El oficio de Italia sentencia a Finlandia (57-70)

Los italianos anotaron sus seis primeros triples y se escaparon 20 puntos arriba frente a un rival muy tierno y que sólo se aproximó cuando no había tiempo para la remontada

Italia aprovechó su espectacular puesta en escena para imponerse a Finlandia por 57 a 70. Los italianos dominaron el inicio de partido gracias a su efectividad exterior y sacaron provecho de los nervios de un rival donde estuvo desaparecida su estrella, Lauri Markkanen, quien se quedó únicamente en cuatro puntos.

Fieles a su estilo, Italia abrió el marcador con un tiro abierto de Luigi Datome y Finlandia respondió con un triple de Sasu Salin. Dos equipos ofensivos y muy perimetrales arrancaron buscando el aro de forma descarada con un punto de mayor efectividad para unos italianos que, tras los triples de Marco Belinelli y Nicolo Melli, hacían bueno el factor experiencia frente a los finlandeses y ponían tierra de por medio (5-12). Henrik Dettmann, técnico de Finlandia entendió la psicología del partido y trató de calmar ánimos a sus jugadores con un tiempo donde también introdujo cambios y metió a Lauri Markkanen.

No fue éste sino Melli (llegó promediando 6,2 puntos y en el primer cuarto sumó 10) y Datome los que siguieron dominando el encuentro de tal manera que Italia llegó a encadenar triples hasta anotar los seis primeros e irse 15-30 en un marcador que sumaba puntos para Italia sin que Finlandia pudiera hacer algo más que cruzar los dedos para que acabara el primer cuarto y dejara de arreciar el vendaval ofensivo al cual era sometido.

No era lógico el acierto italiano y la realidad se hizo efectiva en el partido cuando encadenó cuatro fallos consecutivos, podía sumar el quinto y sentir como Finlandia despertaba, pero rozando lo surreal Belinelli se levantó a nueve metros y acabó con el mal momento del equipo. Italia supo meter el partido en formol y con un mate de Paul Biligha volver a irse 17 puntos arriba (23-40). A Finlandia se le notaba verde e inexperta. Desnuda emocionalmente sin su animosa afición, perdía la lucha del rebote (Italia, con 14 rebotes, le doblaba a los 15 minutos de partido) y seguía estancada en un único triple. Ni siquiera sus estrellas podían hacer algo para reaccionar y si Markkanen sólo sumaba dos puntos, Petteri Koponen tuvo que esperar a la segunda parte para anotar su primera canasta. El voluntarioso Jamar Wilson tiró de orgullo para que los fríos finlandeses despertaran, pero sólo Salin parecía tener puntos en las manos (11 en la primera parte) y eso fue claramente insuficiente para reducir la ventaja al descanso (29-48).

Algo debía ocurrir en el encuentro para que éste cambiara, pero Italia tiró de veteranía para que eso no sucediera. Es cierto que despertó con siete puntos en tres minutos, pero Italia llevó el balón a las manos de sus mejores jugadores y Belinelli (máximo anotador con 22 puntos) respondió con dos triples para perpetuar la veintena de puntos de renta en el electrónico.

Remontar 20 puntos siempre es difícil, pero imposible si no hay fluidez ofensiva y Finlandia volvió a sentir plena impotencia en ataque cuando sumó más de cuatro minutos sin anotar en medio del tercer cuarto. A Italia ya no le importó que tampoco su casillero se elevara, pues su partido ya hacía tiempo que había concluido y que no hubiera noticias en el encuentro era la mejor noticia para ella. Así las cosas, pareció amanecer para Finlandia cuando, en el último minuto, Koponen (acabó con 13 puntos) y Mikko Koivisto encadenaron dos triples. Los finlandeses venían de un pésimo 2/9 por lo que ese atisbo de mejoría fue la última esperanza que tuvieron en el encuentro. El empujón emocional le llevó a ponerse a 11 puntos (47-58) a poco menos de ocho minutos para el final, pero si había emoción era más por el esperado bajón italiano que por la capacidad finlandesa por dar la vuelta al encuentro.

Durante todo el campeonato Italia ha mostrado tantas luces como sombras dentro de los partidos, por lo que era de esperar que también en este llegara un momento de duda y despropósito. Para su suerte, en esta ocasión la bola de nieve no se hizo más grande y entendió que los minutos debían caer lo más rápidamente posible. Eso dijo Ettore Messina a los suyos y estos le respondieron espesando en final del partido hasta llevarlo a donde quería. La Italia menos potente de los últimos torneos vuelve a los cuartos y quién sabe si con otro momento de inspiración puede soñar con algo más… frente a Finlandia, con muy poco, logró mucho.

Estadísticas

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Nota de prensa ACB  • Foto: FIBA

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