Una actuación coral de los rojinegros impulsados por los brillantes de Ndoye y Renfroe, con 20 puntos cada uno, catapultó a los rojinegros al octavo triunfo
Covirán Granada y el Palacio, una unión que sigue dando sus frutos. Con la victoria de Manresa ante Girona, los rojinegros afrontaban su duelo con un punto más de presión, la victoria era cada vez más obligada. Arrancó con buen pie el conjunto local con dos canastas consecutivas de Petit Niang. La batalla con Pustovyi estaba ganada, por el momento, por el pívot senegalés. UCAM Murcia arrancó, como ya es habitual cuando juega de visitante, sin fuerza ni acierto en el tiro, tanto que el marcador reflejó rápidamente un preocupante 9 a 1 en contra para los de Sito Alonso.
Salió Niang por dos faltas en apenas cuatro minutos de juego. Los universitarios impregnaron una agresividad a su juego defensivo que los árbitros decidieron pasar por alto. Se dejó llevar por algunos minutos Covirán Granada dando alas a un conjunto murciano que acercó posturas con relativa facilidad. La ansiedad en el juego local era evidente, jugadas precipitadas y una mala selección de tiro los llevaron al 9-9. A partir de este momento hubo un único y gran protagonista sobre la pista, Youssou Ndoye. Todas las dudas que surgieron sobre el pívot senegalés se borraron de un plumazo con una actuación brillante del rojinegro que sirvió para cerrar el primer periodo con 26 a 16 en el marcador.
El planteamiento de partido por parte de Covirán Granada era claro. Ganar la batalla del rebote, algo que se consiguió; no despegarse ni un solo segundo de su rival en la defensa, llevando a UCAM Murcia a ver su marcador estancado durante varios minutos y confiar en un Ndoye que estaba de dulce. Caicedo también hizo de las suyas con dos triples que enloquecieron a un Palacio de Deportes que rozaba el lleno. Esta vez los tiros sí entraban, pero esto no solo iba de meter triples o hacer la jugada más espectacular que fuese directa al Top10 de la ACB. Esto iba de un juego en equipo, de un engranaje que estaba más engrasado que nunca y que fue capaz de de dejar a un lado la victoria de Manresa y las malas sensaciones de Valencia para concentrarse única y exclusivamente en un rival que se podía derrotar.
Los de Sito Alonso firmaron una leve reacción de la mano de sus únicos valuartes en este tipo de situaciones, Trice y McFadden. Ya lo dijo Pablo Pin en rueda de prensa, “no podemos despistarnos ni un solo segundo porque sino estos jugadores te enchufan un triple”. Con Ndoye aun en pista, el técnico granadino vio que con su agresividad y su efectividad de cara al aro era una locura sacarlo, Covirán Granada se marcó al descanso con un dominio de la zona abismal y con un 49 a 33 en el luminoso que invitaba a pensar que la octava victoria era más que posible.
Los pronósticos se cumplían. UCAM Murcia no era capaz de ser competitivo cuando no sentía el calor de su afición, aunque esta vez quiso acabar con esta pequeña maldición. Los universitarios arrancaron el tercer cuarto con una energía y un acierto de cara al aro que pilló a Covirán Granada de imprevisto. El amago de remontada fue más que real. Del 50 a 33 con el que arrancó el periodo, por un tiro libre anotado de Christian Díaz a consecuencia de la técnica pitada a Sito Alonso, al 53 a 46 con el que Pablo Pin paró el partido. Los temidos triples de McFadden y la eficacia de Anderson aparecieron para dejarle claro a Covirán que la victoria no iba a ser tan sencilla.
Ante la reacción de los murcianos apareció un Alex Renfroe que cogió la batuta del equipo en la anotación cuando más lo necesitaban los rojinegros. El base estadounidense, con la ayuda de un Petit Niang que se crece cuando tiene a la marea rojinegra gritando cada uno de sus rebotes, tapones o mates, hizo que el agobio momentáneo que se vivió ante la posible remontada de los visitantes diese paso a una auténtica fiesta. Con el pronto de los de Sito Alonso apaciguado y dejando a un lado la más que cuestionable actuación arbitral, el Covirán Granada se dedicó a disfrutar del partido (74 – 55).
Con los últimos diez minutos de puro trámite, ya que ni UCAM Murcia sería capaz de dale la vuelta al resultado, ni Covirán dejaría escapar una victoria tan valiosa como está, los rojinegros se hicieron con el octavo triunfo de la temporada. Una victoria que vale más que sumar un simple dígito al casillero. Es la confirmación de que este equipo puede y sabe competir y ganar. La confirmación de que el Palacio de Deportes es, cada vez más, un auténtico fortín y que la salvación pasará indudablemente por lo que se haga en tierras granadinas. La victoria supone alcanzar a Girona, mantener aun a Manresa por debajo en la tabla y, si pierde este domingo, dejar a Betis a tres partidos de distancia. Un triunfo que es mucho más y que permite a Covirán Granada descansar sabiendo que su trabajo esta jornada está más que hecho.
fuente: granadadigital.es
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