Los Cavaliers se llevaron el séptimo partido (89-93) y culminaron una remontada para la historia, del (3-1) al (3-4). Primer título para la franquicia, LeBron, magnífico MVP. Dios salve al Rey
En la antesala parecía una misión durísima, imposible, contra todos los pronósticos quizá. Pero desde el ambiente se podía presentir un clima distinto, con un equipo que por primera vez en la historia podría levantar un (3-1) en contra dentro de las finales y que llegaba a al séptimo con una ambición gigante. Es la historia que va a contar Cleveland Cavaliers, nuevo campeón de la NBA después de destronar a Golden State Warriors por (89-93) para así cerrar una emocionante serie por 3 a 4.
Es el primer título de la historia para la franquicia, y esto no hubiese sido posible sin la presencia determinante de LeBron James. El Rey estuvo descomunal una vez más, y le puso el broche de oro a unas finales únicas y firmando otro partido para le leyenda con 27 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias. Así, terminó la sequía de 52 años dentro de una ciudad que tuvo su desahogo para quebrar la maldición.
Intensos, agresivos y rápidos. Así arrancaron la noche ambos equipos, en un trámite de rachas que encontró muchísima verticalidad en Cleveland y un buen acierto de Golden State desde el perímetro. Las tendencias fueron cambiando, primero favoreciendo al local y luego con algo más de tendencia en los visitantes. De todas formas comenzó muy cerrado, sin efectividad y con los nervios obvios de un partido tan definitivo.
Poco varió durante los doce minutos iniciales, aunque Cleveland se llevó el primer cuarto 23-22 por pequeños detalles (como la aparición de Love, de gran aporte en el rebote ofensivo, o el desequilibrio habitual de LeBron). De todas formas, todo fue demasiado igualado.
Aún así las claves del juego era clara, o por lo menos las vías de cada uno, porque Cleveland arrancó mal desde el perímetro pero trató de explotar su juego interior ya fuese con la verticalidad de LeBron o algunos otros puntos, mientras que Golden State se fue salvando desde los triples, con Draymond Green como bandera (arrancó 3/3). Igual había un par de actores que tardaron en aparecer, como Klay Thompson que estuvo prácticamente desconocido, al igual que Curry, que de forma muy rápida sumó 3 faltas.
Pero dentro de esa vorágine de juego comenzó a aparecer una figura sobresaliente: Draymond Green. El de los Warriors arrancó muy bien la noche pero con el correr de los minutos el equipo se dio cuenta que la carta clave era él, al menos en la primera mitad. Estuvo descomunal desde los triples (entró al descanso largo con un perfecto 5/5), abusando de las malas ayudas en la defensa de Cleveland y sacando una luz de ventaja que se fue estirando.
Las dos defensas fueron duras, pero desde afuera los Cavaliers pecaron y Golden State lastimó gracias a la noche infalible de Green (22 puntos en los dos cuartos iniciales, 6 rebotes y 5 asistencias). Es cierto que Cleveland tuvo armas para pelearle porque LeBron aportó lo de siempre, similar pasó con Irving y aparecieron ráfagas de un necesitado como Love, pero aún así la visita no pudo contrarrestar la efectividad de Golden State desde lejos y la brecha fue de siete (49-42) al descanso.
JR Smith abrió el tercer periodo con dos triples consecutivos y el duelo se igualó una vez más. Independientemente de esa racha, Irving fue el hombre decisivo porque encadenó una carrera donde a pesar de un buen momento de Curry Cleveland volvió a pasar al frente (65-59). Desde ahí, el base visitante se abrazó al ritmo del juego y condujo la noche.
De todas formas Golden State lo cerró mejor, pasó la tormenta que padeció a manos de Irving y Cleveland para entrar al último periodo ganando por la mínima de (76-75), cuando los Warriors elevaron su defensa, con Green haciendo un trabajo bárbaro y con un interesante cierre de Livingston. Golden State pasó de perder por siete a ganarlo por uno, obligando un último cuarto de temporada que prometía ser de película.
Cleveland arrancó mejor el periodo definitivo, entendiendo que las decisiones debían pasar por LeBron e Irving. Pero Golden State respondió bien, rápido, con la aparición del dúo Curry-Thompson para ponerse 85-83 arriba en un momento bisagra. La otra clave siguió siendo la misma de toda: Green, descomunal.
La vida de los Cavaliers no se extinguió con ese arrebato de Golden State, en absoluto porque James retomó y se cargó el equipo al hombro. Aún así, el momento clave de la noche llegó con un triplazo de Irving, ante la defensa de Curry, que posteriormente terminó siendo decisivo para el triunfo de Cleveland. James, desde la línea, cansado y herido, terminó de poner el juego en dos posesiones (93-89) para que Golden State intentase revertir la tendencia aunque sin éxito.
Por basquetplus.com / Photo NBA Media
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