Yo soy un demente de la mía mamma… (81-80)

¡Mamma mía! ¡Qué victoria de Movistar Estudiantes! Sylven Landesberg con un triple imposible sobre la bocina decidió un partidazo con 28 cambios de ventaja y 8 empates ante el campeón italiano Umana Reyer Venezia. El final, a cara o cruz, hizo temblar Torrejón de Ardoz, con un Movistar Estu que no perdió la cabeza ante los golpes en forma de triples venecianos en los momentos decisivos

Tras el respetuoso minuto de silencio en memoria del árbitro internacional Gianlucca Mattioli, saltaron a pista Cook, Cvetkovic, Landesberg, Suton y Brown. Fue este último el encargado de anotar las primeras canastas para Movistar Estudiantes (6-2).

Aunque en la previa Maldonado advertía de que sería un partido entre dos equipos muy lanzadores de tres, el primer triple no llegaría hasta el minuto 5, mientras la batalla se dirimía más bien en la pintura (19-13 y tiempo muerto visitante a 3:20). Umana Reyer Venezia, alentado por sus pocos pero ruidosos “tifosi”, no tardaría mucho en entrar de lleno al encuentro: el cuarto acabó con un ajustado 20-18.

Hakanson, Brizuela, Vicedo, Caner-Medley y Arteaga empezaban por Movistar Estudiantes un segundo cuarto fallón en el que Reyer tomó ventaja por primera vez (24-25) tras cuatro minutos de juego. Ninguno de los dos equipos lograba tomar ventaja clara en un intenso intercambio de canastas, hasta que los triples italianos empezaron a entrar. Con 30-36 a falta de 3 minutos para el descanso, solicitó tiempo muerto el técnico colegial. Logró frenar el ritmo anotador del Reyer, pero no aumentar el suyo. Al descanso, 33-40.

Sentó bien el paso por vestuarios a Movistar Estudiantes, que con una defensa intensa y canastas dentro y fuera logró un 7-0 en menos de dos minutos para empatar a 40. Reyer volvió y el partido entró en una fase loca de correcalles, intercambio de golpes (metafórica y literalmente) que hizo las delicias del público que se había desplazado en este día festivo a Torrejón de Ardoz.

Un triple de Cvetkovic ponía el 48-48 y obligaba a De Raffaelle a pedir tiempo mediado el cuarto. Los transalpinos recuperaron la iniciativa merced a una de esas rachas que vaticinaba en el “scouting” previo Salva Maldonado (50-56), pero tal y como pidió el técnico, sus pupilos no perdieron la cabeza cuando esto sucedió y siguieron defendiendo y atacando con criterio. Así Suton igualó el partido en la última jugada del cuarto: 56-56.

El cuarto decisivo empezó con esa misma intensidad, que costó que Cvetkovic se retirara cojeando. Suton, otra vez, devolvió la ventaja a Movistar Estudiantes (59-58), pero apenas duró una jugada. Fue Darío Brizuela quien se encargó de que el Estu volviera a ponerse por delante: 64-63 a falta de un mundo, 6 minutos, mientras otro jugador que se retiraba cojeando, este el veneciano Johnson (aunque pudo volver a pista). El partido era un yo-yo, y Venecia volvió a ponerse por delante: 64-68 a 4:30.

El donostiarra tomó protagonismo, esta vez desde el tiro libre, para volver a empatar (68-68). La tensión se palpaba, con defensas al límite de la legalidad y fallos no habituales. Tocaba ir a los tiros libres, y desde ahí Cook (¡qué pillo es!) puso otra vez a Movistar Estudiantes por delante (70-68), pero en la siguiente jugada Watt volvió a empatar.

Era otra vez Brizuela el que desde los tiros libres ponía el 75-76 a falta de 28 segundos, pero desde la misma distancia Johnson ponía la cosa en 75-78 quedando 16. Tiempo muerto colegial. Brizuela se vino arriba y anotó un triplazo… con demasiado tiempo:78-78 con 11 segundos por jugarse. Johnson anotó un canastón en carrera dejando solo 3 segundos que obligaba a la épica a Movistar Estudiantes.

Y hubo épica: dentro-fuera, asistió Brizuela a Landesberg que anotó el triple de la victoria sobre la bocina. ¡MAMMA MÍA!

Nota de prensa Movistar Estudiantes • Foto: FIBA

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