El Real Madrid cayó por 79-72 después de verse desbordado en el segundo cuarto. Lleva cuatro derrotas en cinco jornadas de Euroliga y tres de ellas han llegado ante los otros equipos españoles
Cinco jornadas en Europa y cuatro derrotas. El Madrid también cayó en su visita al Palau (79-72) después de verse atropellado en el segundo cuarto. El equipo de Laso lleva una trayectoria sospechosa en la Euroliga. Ha doblado la rodilla ante los otros tres equipos españoles (Barça, Baskonia y Valencia) y en Milán. La temporada no ha hecho más que comenzar, pero el lastre ya empieza a pesar. El Barça, sin Mirotic, se acercó en algunos tramos al ideal que quiere su técnico. Intensidad atrás, roles definidos y aprovechamiento del talento. La fórmula parece sencilla, pero hasta ahora sólo se ha visto de forma intermitente. Y ante el Madrid apareció sobre todo antes del descanso cuando los locales fueron muy superiores
Campazzo había estado poco más de cinco minutos en pista y ya acumulaba tres faltas. Mediado el segundo cuarto estaba sentado en el banquillo con la mirada perdida cuando el Barcelona inició el despegue. Laso empezó dando el mando del equipo a Alocén, como sucedió en Milán. Luego tomaron el relevo el Facu y Laprovittola. El equipo no funcionó con ninguno. Tres pilotos y ningún rumbo fijo. El Madrid se quedó en 14 puntos en el primer cuarto. Fue más falta de puntería que mérito azulgrana. Lo del segundo periodo fue otra historia. El goteo de puntos se repitió, se quedó en 13. Toda la culpa fue de la defensa y de la intensidad del Barça. Jasikevicius lamenta desde que volvió al Palau que su equipo todavía carece del colmillo suficiente. Sin Mirotic, que por horas no pudo reaparecer después del positivo por coronavirus, y sin Claver, su equipo durante algunos minutos fue algo parecido a lo que desea el técnico lituano.
Como Laso andaba con la mosca detrás de la oreja desde el principio, apostó por un quinteto de bajitos para ver si cambiaba el panorama. Tavares no era determinante, pero la apuesta por los pequeños tampoco funcionó. Las rotaciones del Barça pusieron a los azulgrana en órbita. Oriola aumentó varios grados la temperatura atrás. Kuric y Heurtel se encargaron de hacer bueno el trabajo defensivo con su fiabilidad en ataque. El escolta, por momentos, recordó al mejor Carroll. El base francés sigue a la búsqueda de su nuevo rol con la llegada de Calathes, pero como el talento le desborda sumó con facilidad.
El Madrid se quedó sonado con la técnica que mandó a Campazzo al banquillo con tres faltas. El Barça estaba a la vista, pero se escapó con demasiada facilidad. La defensa y las ayudas ahogaron el ataque blanco y entonces llegaron las canastas fáciles. El Barça ganó con un baloncesto de otra época. Nada de lluvia de triples, nada de una racha desde la larga distancia. El parcial de 30-13 marcó sin remedio el partido para los blancos.
El Madrid trató de incorporarse. Fue una mezcla de orgullo y de una entrega que no se había visto antes. Hubo un tímido amago de regreso en el comienzo del último cuarto (64-56), pero se quedó ahí. El intento definitivo llegó liderado por Llull. Un par de canastas muy del número 23, un triple y una entrada suicida, situaron al Barcelona a la vista (72-65 a menos de tres minutos). El problema para el Madrid es que los deméritos acumulados eran demasiados.
79. Barcelona (18+30+16+15): Hanga (4), Abrines (8), Higgins (13), Smits (7) y Davies (14) -quinteto titular- Calathes (3), Oriola (2), Martínez (7), Kuric (15) y Heurtel (6).
72. Real Madrid (14+13+15+20): Alocén (3), Abalde (11), Taylor (4), Thompkins (14) y Tavares (6) -quinteto titular- Campazzo (2), Rudy (3), Garuba (6), Llull (9), Deck (2), Laprovittola (0) y Randolph (1).
Fuente: larazon.com · Foto: euroleague media
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