El Bilbao recobra la confianza (80-66)

Si el Granada había puesto los pies del Bilbao Basket en el suelo tras un inicio de temporada de verdadero ensueño, de pasear por las nubes, la Champions volvió a reordenar todo, con la confianza reparada, para los ‘hombres de negro’

El liderato de grupo está mucho más cerca tras un paseo en Miribilla y la segunda victoria. Faena de aliño. Si el Bahcesehir se anunciaba como rival directo por esa primera plaza, parece muy poquita cosa para inquietar. Aunque ofreció dos caras: una penosa en la primera parte y una mucho más mejorada, aprovechando la relajación local por el abultado marcador, tras el descenso. Partido entretenido en el que el Surne tuvo que volver a la acción cuando los otomanos se colocaron con 48-45. Otro arreón y diluvio de puntos: 75-55. La sólida defensa y la variedad en los ataques permitió mostrar la enorme superioridad sobre este conjunto que ha sido campeón de la FIBA Europe Cup y con cuatro años en la élite. Defensa sólida y ataques variados llegando de muchas maneras para alegrar a cara tras la primera derrota del año, el sábado cerca de La Alhambra.

Y eso que de nuevo se cruzó la fatalidad por el camino del equipo de Ponsarnau. En una jugada tonta, Sulejmanovic se torció un tobillo y tuvo que retirarse. Por fortuna, no revestía gravedad y pudo regresar a la pista poco después. Los turcos trataban de buscar bloqueos directos e indirectos para acabar bajo el aro, pero sus jugadores estaban muy estáticos, sin balón ni se movían. Hicieron la primera falta a los siete minutos, pese a lo que llovía en su cesta: 17-4. Los porcentajes eran de risa: 2 de 11 en tiros de campo. Así que el Bilbao se dio el gustazo sin apretar el acelerador: 31-11.

Ozmizrak, exbase del Obradoiro, dio más nervio al juego visitante, para comportarse en global con cierta dignidad. Apenas contraatacaban ambos conjuntos, el juego se hizo pesado. El rebote era vizcaíno. Pero llegó un tercer cuarto de acomodo y Arlslan y Smith acercaron a los otomanos en el marcador. El lanzamiento exterior empezó a entrar: del 28 por ciento del primer tiempo pasaron al 50, aprovechando la relación local. Boutsiele empezó a hacerse el dueño de la pintura y la distancia se estrechó a cuatro puntos. Entonces surgieron Reyes y, sobre todo, el Smith local para poner las cosas en su sitio. Más la impagable labor de Hakanson, el único base al timón por la lesión de Radicevic. El 80-66 es un gustazo para la vista de un equipo que salió preocupado de Granada.

fuente: as.com

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