Al igual que en Ljubljana la semana pasada, en la cancha del Cedevita, el Joventut se aferra a la prórroga para obtener otra victoria europea, la segunda desde el inicio de la fase de grupos y la primera en casa. En esta ocasión, no necesitaron una jugada genial de Andrés Feliz, quien estuvo ausente debido a una lesión, sino que el trabajo en equipo y una defensa mejorada fueron las claves del triunfo de Badalona
Vladimir Brodziansky, con 22 puntos, y Yannick Kraag, con 18, lideraron el ataque de un Joventut que mostró unidad y mejoró a medida que avanzaba el partido, a pesar de tener que lidiar con un rival que no contaba con uno de sus jugadores clave, el canterano verdinegro Arturs Zagars. Aun así, el equipo lituano demostró su potencial durante gran parte del juego.
La ausencia de Feliz y Andrew Andrews obligó a los jóvenes jugadores a dar un paso al frente, y el entrenador Carles Duran decidió darle la titularidad al joven Jordi Rodríguez. Aunque anotó el primer triple del partido, acumuló tres faltas en los primeros minutos y tuvo que regresar al banquillo.
Con un quinteto de mayor estatura, La Penya cedió la ventaja en el marcador a su rival, quien llegó a tener una pequeña ventaja de seis puntos (15-21) al final del primer cuarto, que terminó 17-21.
En el segundo cuarto, el equipo lituano mantuvo el control gracias a su presión defensiva, mayor actividad y el rendimiento destacado de Rasheed Sulaimon, quien fue imparable en la transición. La diferencia llegó a ser de ocho puntos (38-46 al minuto 19), y si no fuera por el acierto de Pep Busquets, el partido podría haberse inclinado aún más a favor de los visitantes. El marcador al descanso fue 41-46, con un triple de Busquets en los últimos segundos.
En el tercer cuarto, los problemas defensivos del Joventut persistieron, y los lituanos causaron daño en el rebote. Con un marcador de 48-58 en el minuto 25, parecía que el Joventut se acercaba al abismo. Sin embargo, después de un tiempo muerto, el Joventut reaccionó con determinación y una defensa mejorada. Los triples de Brodziansky comenzaron a entrar, y Kraag se sumó al ataque, lo que resultó en una racha de 17-3 que llevó al marcador de 65-64 al final del tercer cuarto.
En el último cuarto, La Penya aprovechó el impulso para tomar el control del partido. La racha anterior se amplió a 24-6, con Brodziansky liderando y un Onuaku más centrado en ambos extremos de la cancha. Los badaloneses parecían encaminarse hacia la victoria con una ventaja de 79-71, pero no pudieron mantener el ritmo y permitieron que los visitantes reaccionaran, con triples de Sulaimon y Karinuauskas que llevaron el partido a un final reñido. Tomic anotó dos tiros libres a 3,6 segundos para empatar a 88, y Sulaimon falló el último intento de triple para ganar el partido, lo que llevó al tiempo extra.
En el comienzo de la prórroga, dos triples de Pau Ribas impulsaron al Joventut, que estuvo más acertado en los tiros libres y tomó mejores decisiones en ataque, a pesar de no contar con Vives, quien fue eliminado por faltas personales.
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