El equipo naranja no logró sobreponerse a un inicio desafortunado frente a un Joventut inspirado desde la línea de tres puntos, con un Dekker superlativo con sus 30 puntos, 8 triples, y 8 rebotes
El encuentro comenzó con mucha cautela por parte de ambos equipos, reflejo de la presión que suponía la importancia de los puntos en juego. Las imprecisiones iniciales dieron paso a un intercambio de aciertos en jugadas rápidas, pero el Joventut pronto encontró su ritmo. Utilizando bloqueos y tiros exteriores, logró desestabilizar la defensa del Leyma, que empezó con buen pie pero perdió fuelle rápidamente.
Fue en el primer cuarto donde el Joventut marcó diferencias gracias a su efectividad en los triples. Aunque el Leyma intentó reaccionar con un parcial de 5-0 impulsado por una mejor actitud defensiva y un mayor control del rebote, un tiempo muerto de Daniel Miret devolvió el impulso al equipo visitante. La inspiración de jugadores como Dekker, Robertson y Hanga desde el perímetro desarmó por completo al equipo local, que acumuló errores en ataque y faltas en defensa.
En la primera mitad, las únicas notas destacadas del Leyma vinieron de Huskic, máximo anotador con apenas nueve puntos, y Burjanadze, que intentaron mantener al equipo a flote en la pintura.
Tras el descanso, el Leyma mostró un intento de recuperación, mejorando su fluidez ofensiva. Sin embargo, el desequilibrio entre ataque y defensa permitió al Joventut seguir ampliando su ventaja, con triples demoledores que neutralizaban cualquier esfuerzo del equipo local.
A pesar de intentos puntuales de remontada, como los liderados por Diagne y Barrueta en el tercer cuarto, con jugadas destacadas como un espectacular alley-oop de Jakovics para el senegalés, el Joventut mantuvo el control del partido. La puntería desde el arco de jugadores clave como Dekker y Robertson resultó decisiva para frenar cualquier avance del Leyma.
En los minutos finales, aunque el equipo coruñés se mantuvo luchador y con buenas sensaciones en tramos específicos, no logró recortar la distancia. El Joventut, sólido y eficiente, gestionó el marcador a su favor hasta el pitido final.
El encuentro comenzó con mucha cautela por parte de ambos equipos, reflejo de la presión que suponía la importancia de los puntos en juego. Las imprecisiones iniciales dieron paso a un intercambio de aciertos en jugadas rápidas, pero el Joventut pronto encontró su ritmo. Utilizando bloqueos y tiros exteriores, logró desestabilizar la defensa del Leyma, que empezó con buen pie pero perdió fuelle rápidamente.
Fue en el primer cuarto donde el Joventut marcó diferencias gracias a su efectividad en los triples. Aunque el Leyma intentó reaccionar con un parcial de 5-0 impulsado por una mejor actitud defensiva y un mayor control del rebote, un tiempo muerto de Daniel Miret devolvió el impulso al equipo visitante. La inspiración de jugadores como Dekker, Robertson y Hanga desde el perímetro desarmó por completo al equipo local, que acumuló errores en ataque y faltas en defensa.
En la primera mitad, las únicas notas destacadas del Leyma vinieron de Huskic, máximo anotador con apenas nueve puntos, y Burjanadze, que intentaron mantener al equipo a flote en la pintura.
Tras el descanso, el Leyma mostró un intento de recuperación, mejorando su fluidez ofensiva. Sin embargo, el desequilibrio entre ataque y defensa permitió al Joventut seguir ampliando su ventaja, con triples demoledores que neutralizaban cualquier esfuerzo del equipo local.
A pesar de intentos puntuales de remontada, como los liderados por Diagne y Barrueta en el tercer cuarto, con jugadas destacadas como un espectacular alley-oop de Jakovics para el senegalés, el Joventut mantuvo el control del partido. La puntería desde el arco de jugadores clave como Dekker y Robertson resultó decisiva para frenar cualquier avance del Leyma.
En los minutos finales, aunque el equipo coruñés se mantuvo luchador y con buenas sensaciones en tramos específicos, no logró recortar la distancia. El Joventut, sólido y eficiente, gestionó el marcador a su favor hasta el pitido final.