El Real Madrid derrotó a Unicaja de Málaga para proclamarse campeón de la Minicopa Endesa en un Buesa Arena que presentó una bonita entrada. Gentileza de fullbasket.es
El Madrid buscaba su quinta Minicopa Endesa, donde lleva dominando desde Doncic hasta Kostadinov pasando por Balciunas, Garuba o Queeley. Y los chicos de López-Palacios la lograron, aunque tuvieron que sudar la gota gorda ante el Unicaja.
Y es que los pupilos de Manuel Bazán, que se cargaron al Barça en semifinales con un juego coral y un alto porcentaje desde la línea de tres, comenzaron el choque muy fuertes, decididos a frenar el potencial físico blanco. La pareja formada por Rubén Domínguez e Iván Ruiz lideraron un primer parcial de 14-8 que desconcertaba a los madridistas, colapsados en ataque y sin soluciones a la férrea defensa cajista. Eshete Calvo aportó alternativas desde el banquillo, pero los blancos se fueron nueve abajo tras el primer cuarto (25-16) por un triple de Enrique López -tres en ese 1Q-.
El propio Domínguez puso la máxima diferencia en el marcador nada más comenzar el segundo cuarto (27-16), pero a partir de entonces toco cambió, con un parcial de 2-15 que puso al Madrid por delante en el marcador (29-31, min 15). Calvo y Ríos habían cambiado el rumbo del encuentro desde el banquillo con penetraciones agresivas y acierto desde la línea de 6,75m. La defensa blanca mejoró ostensiblemente, hasta el punto de irse al descanso dos arriba (35-37).
La inercia del Madrid se mantuvo tras el descanso, con un Kostadinov superlativo en ambos lados de la cancha. Intimidando a los rivales con su envergadura, destilando clase en todos los movimientos al poste (más allá de la diferencia de altura). Y los blancos, atacando cada rebote ofensivo, abrieron brecha (37-45, min 24). Intentó Unicaja correr más al contraataque, pero las pérdidas y el no poder cerrar el rebote les dejaron prácticamente sin opciones antes del último periodo pese a los triples de Domínguez (48-59).
Pero seis puntos consecutivos nada más comenzar el 4Q hicieron soñar a Unicaja con la machada, pero un triple de Maganto volvió a disparar al Madrid, más sólido y controlando los nervios en todo momento. Una canasta de Allen puso el 57-69 a falta de 5.57 para el final, y los de Bazán apenas pudieron reaccionar.
Kostadinov sentenció la final con un triple que, a su vez, acabaría de confirmar un unánime MVP.
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