El Monbus Obradoiro debutó de manera contundente en su incursión europea, demostrando un dominio absoluto desde el principio hasta el final del partido. En un enfrentamiento contra el Mornar Barsko, el Obradoiro se impuso con un marcador de 90-56. Ahora, en las semifinales de la fase previa de la Basketball Champions League, se enfrentará al Legia de Varsovia, que previamente venció al Fribourg con un marcador de 70-59
El equipo santiagués no tenía información previa sobre su rival, ya que este llegó a Turquía con una formación bastante renovada y sin haber realizado entrenamientos previos. Ante esta situación, el Obradoiro optó por resaltar las características que prometen ser su sello distintivo en esta temporada. Aunque el equipo cuenta con menos peso en el juego, la distribución de la altura se ha ajustado de manera efectiva, lo que permite que todos los jugadores sean ágiles en la cancha. El equipo busca constantemente recuperar la posesión de la pelota, presiona en las líneas de pase y, en cuanto toma el control del balón, ejecuta jugadas de ataque rápidas y coordinadas.
Rigoberto Mendoza fue el primero en destacar en este partido, mostrando un juego sobrio y versátil. Ya sea buscando oportunidades en la pintura o probando tiros de larga distancia desde detrás del arco, Mendoza se mantuvo activo en ambos lados de la cancha.
El Obradoiro mantuvo una defensa sólida que impidió que los montenegrinos encontraran su ritmo de juego. Cerraron las rutas hacia el aro, controlaron los rebotes y obligaron a su rival a depender en gran medida de los tiros de tres puntos en el primer cuarto. Durante esos primeros diez minutos, el entrenador Moncho Fernández ya había brindado minutos de juego a once jugadores, y siete de ellos contribuyeron con los 21 puntos del equipo.
En el segundo cuarto, el equipo continuó en la misma línea, pero con una mayor precisión en los tiros de tres puntos. Jugadores como Pol Figueras demostraron su destreza defensiva, Álvaro Muñoz mostró su capacidad de anotación desde fuera del perímetro, Howard se sumó a la tradición de tiradores de calidad que han caracterizado al Obradoiro en el pasado, y los jugadores altos hicieron valer su superioridad en altura.
Las diferencias en el marcador siguieron aumentando, ya que el Mornar Barsko no lograba detener el flujo ofensivo del Obradoiro ni encontrar su toque en los tiros. Al llegar al descanso, el marcador reflejaba un aplastante 56-23 a favor del Obradoiro, lo que ilustraba claramente el desarrollo del partido en los primeros veinte minutos.
La segunda mitad del partido tuvo poca emoción, ya que el Obradoiro redujo la intensidad, pero mantuvo una ventaja cómoda de alrededor de treinta puntos. Lo más destacado fue la participación de Blazevic en la posición de ala-pívot, junto a Guerrero y Pustovyi. Aunque el tercer cuarto favoreció ligeramente a los montenegrinos con un marcador de 18-15, el resultado general ya estaba decidido.
En el último cuarto fue un constante esperar al pitido final en un partido decidido hacía muchos minutos, y un contundente resultado para poner el broche al estreno europeo de los obradoiristas.
Obradoiro 90: Washington, Rigoberto Mendoza (16), Thomas Scrubb (2), Tinkle (4) y Pustovyi (8) -cinco inicial-. Blazevic (8), Pol Figueras (7), Álex Suárez, Rubén Guerrero (6), Howard (20), Álvaro Muñoz (16) y Huguet (3).
Mornar 56: Kovacevic (3), Murray (9), Vrankes (16), Boykins y Gavrilovic (5) -cinco inicial-. Jovanovic (2), Radetic (2), Mikovic, Starovlah (9) y Walter (10).
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