El Monbus Obradoiro gana con un último cuarto letal (101-82)

El Monbus Obradoiro arrancó con una victoria fría, por la falta de público, pero que hubiese sido muy celebrada por la grada, sobre todo en un último cuarto majestuoso. Al final, 101-82, con un parcial 32-13 en esos diez minutos

Fue una primera parte extraña, porque se jugó más a lo que quería el Fuenlabrada y, sin embargo, el Obradoiro consiguió irse al descanso cuatro puntos arriba. El primer cuarto dejó pocas buenas noticias para el colectivo de Moncho Fernández, sobre todo en la retaguardia. No cerró bien el rebote, no consiguió frenar el ritmo de juego y encajó 26 puntos. Pero se mantuvo dentro de partido.

Los visitantes salían ganadores de los duelos individuales, sobre todo en el caso de Meindl, que firmó unos primeros diez minutos impecables. Le dio igual que lo defendiese Czerapowicz o Álvaro Muñoz. Anotó doce puntos sin fallo. El Obra tampoco estuvo fino en ataque, sobre todo Mike Daum, muy acelerado. Su mejor baza fue Birutis en el poste bajo.

En el segundo cuarto no mejoró el panorama. Marc García tomó el relevo de Meindl, con diez puntos. En las filas locales solo daba respuesta Beliauskas, con tres triples en el cuarto. El Fuenlabrada abrió una brecha de diez puntos, 34-44, que obligó a Moncho Fernández a pedir tiempo a falta de 3.53. El Alquimista dio con la tecla para frenar la sangría. Bajaron los porcentajes de acierto visitantes, el Obra cerró mejor el rebote y creció en los dos lados de la cancha. Czerapowicz empezó a encontrar espacios en ataque, Robertson ayudó en la larga distancia y el equipo consiguió darle la vuelta al partido. Al descanso, 50-46.

El tercer cuarto arrancó con un triple de Mike Daum. Pero a ese buen punto de partida le faltó continuidad. El Obradoiro no consiguió abrir brecha cuando tuvo oportunidad. Se atropelló el ritmo y en ese contexto salió mejor parado el Fuenlabrada, que fue recortando diferencias, de nuevo más por las individualidades que por el juego colectivo. Todo quedó pendiente de los últimos diez minutos, a los que se llegó con empate a 69. Moncho Fernández juntó por primera vez a Beliauskas y Robertson, para encarar el tramo decisivo. Y la apuesta le salió bien, porque el equipo firmó sus mejores minutos, de largo, cuando más lo necesitaba. Todo nació, como tantas veces, en una buena defensa que no concedió tiros fáciles ni rebotes. En ataque no dejaron de sumarse protagonistas. Primero Robertson, luego Álex Suárez en momentos complicados, Oliver con rebote y triple… Mientras un conjunto crecía el otro se diluía. Al final, 101-82.

Fuente: la voz de Galicia • acb Photo

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