El Olympiacos muestra su solvencia ante un desacertado Barcelona, 95-74

El Barça sufrió una contundente derrota ante el Olympiacos, con un 95-74. El partido dejó patente que Atenas sigue siendo el escenario de las grandes pruebas para los equipos con aspiraciones europeas. Tras vencer al Real Madrid (79-69) el martes, el Olympiacos completó su semana con un doblete al imponerse con claridad a un Barça que, ya en el último cuarto, parecía haber aceptado la derrota

A pesar de los esfuerzos de Willy Hernangómez, que incluso rompió su camiseta en la lucha con Moustapha Fall, el conjunto azulgrana se mostró inferior bajo el aro y veía cómo la ventaja del Olympiacos se extendía hasta los 17 puntos a falta de seis minutos.

El desmoronamiento del Barça comenzó cuando, con el liderato en juego, Olympiacos impuso su ritmo y defendió su fortaleza como local, manteniendo la racha invicta en casa. El juego ofensivo que había dado buenos resultados frente al Anadolu Efes se mostró incapaz de responder a la intensidad de Atenas. Si en Estambul el Barça había anotado 55 puntos al descanso, ante Olympiacos esa cifra la alcanzó a seis minutos del final. El porcentaje de triples fue especialmente pobre, con solo dos aciertos de nueve intentos en la primera mitad y un 4 de 17 al cierre del partido, dos de ellos anotados en el último minuto.

Los problemas en el tiro se intensificaron con la debilidad en el rebote. Con un balance de 40-24 a favor de Olympiacos, el dominio griego bajo el aro fue una de las claves. Tras un prometedor inicio (13-17), el Barça se encontró perdiendo por 24-17 al comienzo del segundo cuarto, una diferencia que Darío Brizuela logró frenar temporalmente, aunque no pudo evitar que Olympiacos ampliara la ventaja a 11 puntos.

Al regreso del descanso, la distancia se amplió a 15 puntos y se mantuvo en esos márgenes cómodos para Olympiacos, con Evan Fournier brillando en el tiro y Nikola Milutinov dominando bajo los aros, sumando seis rebotes ofensivos que expusieron las carencias del Barça en la pintura. Sin reacción por parte de los azulgranas, ni siquiera los buenos minutos de Hernangómez, último en saltar a la cancha.