El orden del Lietkabelis marcó las distancias ante el Montakit Fuenlabrada (78-67)

Montakit Fuenlabrada no pudo recuperar sensaciones en la Champions Basketball. El enorme partido de Jasaitis (17+8), la bisoñez de los fuenlabreños, su irregularidad y la motivación lituana acabaron con las expectativas madrileñas. Un primer cuarto, otra vez, muy flojo empinó un partido al que, a ratos, se agarraron los españoles. Sin la fe suficiente. A Fuenlabrada no le llegó con las ganas de un par de ratos

La mala tarde en el tiro desde todas las posiciones y su fragilidad reboteadora (42-29), la falta de experiencia en momentos puntuales para intimidar. Sólo el mejicano Cruz (20 puntos) y Nogueira notable (12+6) estuvieron a la altura de la exigencia europea. El Fuenlabrada tendrá que seguir remando en una segunda vuelta de Champions que parece se le puede hacer muy larga.

Mal primer tiempo de los españoles
Amanecieron con el aro achicado lituanos y españoles. En cuatro minutos tres canastas entre ambos para un magro 5-2. Si fuera por las excelsas defensas, vale, pero más bien era por errores ofensivos en el tiro. Para el Fuenlabrada que comienza de “aquella manera” no era del todo malo. O sí porque su ataque era un desastre. ¿La defensa?, regular. Al diez lo mejor era el marcador: 17-9.

Un parcial de 0-6, amparado en una aceptable defensa, arrimó a Fuenlabrada en el marcador: 17-15 minuto doce. La impresión era otra porque a los lituanos les costaba anotar y el pick and roll de Bellas o Cruz con Nogueira complicaba la defensa rival. Sin embargo, Fuenlabrada perdió el oremus en dos minutos en el tramo final del cuarto y al descanso peligro: 41-29.

Reacción insuficiente del Fuenlabrada
El Montakit quiso poner las cosas más difíciles a la vuelta de vestuarios. Defensivamente la cuestión se lograba. Arriba, seguía faltando puntería y colaboradores para un Paco Cruz que estaba muy solo. El problema es que se alternaban grandes defensas con errores impropios de una competición profesional. Y unos árbitros muy europeos: caseros, vamos. Para más inri, el 4,20 era un enemigo declarado. Contra todo eso luchó el Fuenlabrada para sostenerse al treinta: 58-53.

El tiro seguía siendo injusto. Los lituanos anotaban canastas imposibles y al Fuenlabrada se le negaba desde todas las distancias (24% en triples; 56 en libres). Mediado el cuarto la cosa pintaba mal 68-57 porque a los madrileños les seguía costando anotar un horror. Los lituanos también entendieron que el arbitraje ayudaría e incrementaron los contactos en defensa. Se precisaba una experiencia que se había quedado en Madrid.

El Fuenlabrada, de la mano de un Cruz excepcional buscó la sorpresa. A dos minutos estaba dura la cosa 70-61. Lietkabelis sí se mostró como un equipo experimentado. Alargó las posesiones, cerró su zona para ofrecer el tiro a distancia y sentenció en cuanto se despistaron los españoles. Al final hasta pusieron un basket average importante, 78–67, pero insuficiente para sacar nada de un partido en Lituania en el que estuvieron en todo momento por detrás en el marcador.

Lietkabelis (17+24+17+20) : Wilson (2), Sinovec (4), Jasaitis (17), Kulvietis (12) y Morrison (5) -cinco inicial- Tarolis (8), Kariniauskas (13), Rubstavicius (0), Valinskas (11), Pipelic (6) y Mindaugas (0).

Montakit Fuenlabrada (9+20+24+14) : Bellas (2), Cruz (20), Eyenga (5), Clark (8) y González (2) -cinco inicial- O´Leary (2), Rupnik (7), García (5), Llorca (4), Nogueira (12) y Zanna (-).

fuente: capitaldeporte.com · Foto: FIBA