El Real Madrid ganó el cuarto partido en el Palau y puso el definitivo 3-1 para revalidar el título. Campazzo fue designado MVP de la final
El Real Madrid se proclamó campeón de Liga por 35ª vez en su historia tras derrotar en la final al Barcelona por un global de 3-1, conquistando el título por segundo año consecutivo y el cuarto en las últimas cinco temporadas. Lo hizo en el cuarto asalto en el Palau, donde ha levantado el trofeo en cinco ocasiones más (1986, 1994, 2000, 2007 y 2015), en un encuentro en el que volvió a llevar la iniciativa. Y la rubricó con su mejor seña de identidad: su fortaleza como equipo. Campazzo (15 puntos, 9 rebotes, 6 asistencias y 28 de valoración) y Tavares (10, 13 y 22), inconmensurables, con Causeur, Rudy y Randolph secundándoles en una exhibición física. La hegemonía madridista no para de crecer y el Real Madrid de Laso de ampliar su leyenda con 17 títulos en ocho temporadas. La Liga se une a la Supercopa para cerrar el curso 2018-19 con otro doblete.
Los de Laso entraron como una moto en el cuarto partido, avisando de sus intenciones ante un Barcelona que sufrió el acierto blanco en el tramo inicial. Su recital en el triple, con cinco en cinco minutos, tres de ellos de Rudy sin fallo, le llevó pronto a coger una ventaja de +11 con el 8-19. Pero la tónica de la final volvería a aparecer una vez más y los azulgranas replicaron a partir de la salida de Pangos y Tomic y dominando el rebote ofensivo. Un triple del base local daba la vuelta al marcador en el arranque del segundo cuarto (27-26, min. 12).
Defensa y rebote ofensivo
Los segundos diez minutos se convirtieron en una batalla de defensas, donde afloró la tensión de un partido así. Una falta no pitada a Campazzo que acabó con un contraataque de Smits hizo ponerse las pilas atrás a los blancos, que se dejaron de concesiones y mantuvieron su buena labor con Heurtel (cero puntos al descanso). Pero lo que dio oxígeno a los madridistas fue el rebote ofensivo, con un imperial Tavares, permitiéndoles segundas opciones que aprovecharon Carroll, Ayón y Thompkins, para devolver la iniciativa al Real Madrid al final de la primera parte (33-37).
La reanudación fue un calco del arranque del partido. El Real Madrid castigaba de tres en tres con Rudy y Randolph, mientras que Tavares imponía su ley en la pintura. Se tradujo en un 37-47 en el ecuador del tercer cuarto. Tocaba reacción del Barcelona, que empujado por Singleton y Pangos borró la diferencia blanca para dejarla en dos puntos pasados dos minutos (45-47). Sin embargo, la presión no pudo con el vigente campeón. Apareció Causeur con cinco puntos consecutivos tirando del carro al mismo tiempo que el equipo se cerraba atrás sin permitir rebotes ofensivos. Campazzo, con siete rechaces, reflejaba el gran trabajo de los suyos en este apartado (47-55, min. 30).
El Madrid no dio opción
El Barcelona lo intentaba una y otra vez. Un 5-0, con los primeros puntos de Heurtel entrado el último cuarto, les colocaba a cuatro puntos con el 51-55. El Real Madrid tenía la lección aprendida y recurrió a su mejor arma durante toda la temporada: el fondo de armario. Un triple de Campazzo, gigante durante todo el encuentro, Causeur, Tavares, y Taylor encontraban soluciones siempre para controlar a unos locales que se vieron impotentes ante la solidez y el hambre de victoria blanca. Tavares refrendó su partidazo con un mate y una canasta para el 55-67 a dos minutos, insalvables ya para un rival que claudicó frente a un impresionante derroche físico del campeón (68-74, min. 40). Toca seguir disfrutando de un equipo que promedia más de dos títulos por año en los últimos ocho.
nota de prensa Real Madrid
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