En un choque de emociones extremas, de cambios de guion constantes y de una prórroga que decantó la balanza, el Real Madrid dio un paso decisivo en la final de la Liga Endesa. El conjunto blanco firmó una remontada épica ante el Valencia Basket y terminó llevándose el segundo punto de la serie (102-96), en un WiZink Center entregado al espectáculo y al carácter de su equipo, que tuvo a siete jugadores por encima de los diez créditos de valoración y a sus bases, Campazzo y Feliz, como auténticos protagonistas en los momentos calientes
El inicio fue fulgurante por parte del Real Madrid, con una puesta en escena que prometía otra noche de autoridad. Alberto Abalde inauguró el marcador con cinco puntos consecutivos y la defensa impedía al Valencia ver el aro. Sin embargo, la sequía taronja desde el triple se rompió de forma brutal: a partir del 11-2 inicial, el equipo de Pedro Martínez clavó siete triples en once intentos para cerrar el primer cuarto con un parcial demoledor (1-17) que volteaba por completo la dinámica del partido (22-25).
La tónica se mantuvo en el segundo periodo. Valencia llegó a escaparse por nueve puntos (29-38), liderado por el acierto exterior y un Real Madrid descolocado. Pero los blancos, fieles a su gen competitivo, reaccionaron con un parcial de 8-0 que los volvió a meter de lleno en la pelea. El intercambio de golpes siguió hasta el descanso, al que se llegó con ventaja mínima para los locales (48-45) tras otro parcial final favorable (7-0).
Valencia no se desmoronó y regresó al parqué con mejor tono tras el paso por vestuarios. Dominó el rebote, encontró buenas posiciones de tiro y mantuvo a raya al Madrid con una defensa sólida. Con todo, el equipo blanco, pese a su falta de acierto desde el perímetro, supo mantenerse cerca gracias a su efectividad cerca del aro y a una notable gestión del balón (69-68 al final del tercer cuarto sin pérdidas).
El último cuarto arrancó con otra embestida visitante. Liderados por Nate Reuvers en la pintura y con aciertos de Costello y Montero desde el triple, Valencia se disparó hasta el +9 (73-82). Pero justo cuando más apretaba la soga, apareció Facundo Campazzo. El argentino activó a su equipo con robos, penetraciones y liderazgo, encendiendo a la grada. Una de sus asistencias sirvió para que Andrés Feliz anotase un triple que desató la locura. Aunque Costello respondió con otro triple, el Madrid ya había encontrado su impulso.
Sergio Llull, siempre presente cuando el reloj arde, igualó el duelo con una entrada marca de la casa (89-89) a falta de ocho segundos. Montero tuvo la última para el Valencia, pero su tiro lejano no entró y todo quedó en manos del tiempo extra.
La prórroga se convirtió en un duelo de artilleros. Feliz y Montero intercambiaron triples, Garuba se unió a la fiesta y Hezonja desde la línea de personal puso el 100-92. El Madrid había roto definitivamente el partido. Valencia, tocado anímicamente, ya no encontró respuesta. El 2-0 en la serie era un hecho, y los blancos mantienen viva su racha inmaculada como locales en la ACB esta temporada.
El próximo capítulo será en la Fonteta, donde el Valencia Basket afrontará la misión imposible: ganar tres partidos seguidos a un Real Madrid que solo ha perdido uno de sus últimos treinta en la Liga.
102 – Real Madrid (22+26+21+20+13): Campazzo (18), Abalde (10), Hezonja (13), Ndiaye (4), Tavares (9) -cinco inicial-, Llull (2), Garuba (10), Feliz (14), Bruno Fernando (10), Musa (12).
96 – Valencia Basket (25+20+23+21+7): Montero (23), Badio (5), Puerto (-), Pradilla (4), Reuvers (11) -equipo inicial-, Jones (9), López-Aróstegui (14), Soriano (3), Costello (16), De Larrea (-), Jovic (6), Sestina (5).


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