En un duelo intenso y repleto de alternativas, el Real Madrid supo resistir la embestida de Unicaja en el Martín Carpena para sellar su billete a la final de la Liga ACB. Liderados por un imponente Edy Tavares (16 puntos y 12 rebotes), los blancos cerraron la serie por 3-1 y se medirán a Valencia Basket en la lucha por el título, que arranca este viernes a las 21:15 en la capital
El equipo de Chus Mateo, que había cedido el tercer partido en Málaga, fue capaz de responder al empuje local en un escenario de máxima exigencia, desactivando en los últimos minutos el empuje de los de Ibon Navarro, quienes cierran una campaña histórica con cuatro títulos: Supercopa, Copa del Rey, Basketball Champions League e Intercontinental.
Desde el salto inicial, Unicaja mostró sus credenciales. Tres triples en apenas dos minutos y otros dos poco después encendieron las gradas del Carpena. El Real Madrid, en cambio, acusó la falta de dinamismo en ataque y solo reaccionó cuando Sergio Llull asumió el liderazgo al término del primer acto (22-16).
A pesar del dominio inicial local, el equipo madrileño se sostuvo gracias a su fortaleza en el rebote. Bruno Fernando no lograba entrar en ritmo y el Madrid, aún errático y con pérdidas preocupantes, se aferraba a sus veteranos para mantenerse a flote.
Con el paso de los minutos, Mateo optó por recortar la rotación al mínimo. Campazzo tomó las riendas para surtir de balones a Hezonja y Musa, mientras que los triples de Osetkowski obligaban a los blancos a reaccionar en defensa. Al descanso, el marcador reflejaba un 43-39 para Unicaja que, por momentos, pareció incluso corto por lo visto en pista.
La reanudación trajo consigo los mejores minutos del Madrid. Con Tavares ganando presencia en ambos aros y Andrés Feliz colaborando en la batalla por el rebote, los visitantes firmaron su primera ventaja del encuentro (54-53). Sin embargo, Unicaja no tardó en recuperar la iniciativa, y con todo por decidir se llegó al último cuarto (63-61).
En el tramo definitivo, los de Mateo explotaron al máximo su mejor recurso: balones interiores para Tavares. El pívot caboverdiano se adueñó del partido, sellando canastas claves mientras Unicaja se atascaba en sus tiros abiertos. El desgaste físico comenzó a pasar factura al conjunto local, cada vez más impreciso.
La eliminación de Tavares por faltas, con el Madrid controlando una renta de siete puntos, encendió una última chispa de esperanza para los andaluces. Pero el partido ya tenía dueño. Con un parcial final de 16-25, el Real Madrid sentenció la serie y certificó su pase a una nueva final de Liga Endesa.
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