Sergio Llull está de vuelta. 258 días después de caer lesionado sobre el parqué del Pabellón Insular Santiago Martín y romperse el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, el base-escolta entró en la convocatoria de Pablo Laso para el tercer encuentro del playoff de la Euroliga contra el Panathinaikos. Siempre optimista, el de Mahón colgó el día de la lesión una foto en las redes sociales donde decía: volveré. Y ha cumplido su palabra. Vuelve, y lo hará ante su afición. El MVP de la pasada Euroliga se siente jugador de nuevo
La recuperación de Llull ha sido un camino largo, duro y de un esfuerzo infinito. Pero sin pausa. Dos meses andando con muletas pero ya fortaleciéndose muscularmente con ejercicios, y a partir de octubre caminando sin ayuda y ejercitándose en la piscina y en el gimnasio. Ni un día de descanso para regresar cuanto antes. Caminatas por la sierra de Madrid alcanzando las cimas de Peñalara y la Bola del Mundo, más gimnasio, más piscina. Y así fueron pasando los meses hasta que volvió a tocar el balón en marzo. Un objetivo más.
Momento clave
A Llull, que ha cumplido estrictamente los plazos marcados, le ha dado tiempo a trabajar mentalmente. Y su vuelta no llega en cualquier momento. Lo hace en la fase decisiva de la temporada, con el Real Madrid luchando por la Euroliga y la Liga. El mejor jugador de Europa pretende aportar su granito de arena en estos dos meses que restan de competición, con la plantilla cargada de partidos y algunos compañeros en el dique seco por lesión. El Palacio espera al de Mahón, y él dar nuevas alegrías a la afición.
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