El Unicaja destrozó al Morabanc Andorra gracias a un ataque que ya al descanso había roto el encuentro (48-30). En un partido muy completo de los malagueños, destacó la chispa de Jaime Fernández (19 puntos y cuatro asistencias). 11 años después los malagueños jugarán una nueva final de copa
La asfixiante defensa exhibida y el trabajo coral de un grupo liderado por un Jaime Fernández en estado de gracia bastaron al Unicaja para desarbolar al MoraBanc Andorra y, de paso, obtener su billete para su tercera final de Copa del Rey, en la que se jugarán el título con el Real Madrid (92-59).
Los malagueños tendrán, quince años después, una nueva cita con la historia y frente al mismo rival ante el que levantaron su único título en 2005. En esta ocasión lo harán arropados por su público y, en caso de ganar, acabarían con la maldición que persigue desde 2002 a los anfitriones.La calidad individual de un Alberto Díaz
que sigue deslumbrando con su juego y, especialmente, de un Jaime Fernández que desarmó a su exequipo, junto al descomunal trabajo defensivo de todo el grupo permitió a los anfitriones ir construyendo desde el inicio un triunfo que encarrilaron en una primera parte casi perfecta.
El base madrileño, que antes del descanso ya sumaba 15 puntos, tres asistencias, dos rebotes y 20 de valoración en solo 11 minutos sobre la pista, se bastó para desarbolar a un irreconocible equipo andorrano que se vio incapaz de superar la tela de araña tejida atrás por los hombres de Luis Casimiro.
Porque solo hubo un equipo sobre la pista en esos dos primeros cuartos. Los cajistas, que llegaron a ganar por 23 puntos, se fueron al descanso con medio billete para la final en el bolsillo (48-30) tras borrar del mapa a su rival como reflejaba la valoración de ambos al irse a vestuarios (63-20) o la estadística de rebotes (19-9).
El tercer cuarto el panorama pareció cambiar. Clevin Hannah empezó a dar muestras de su calidad y redujo la brecha a una docena de puntos en poco más de tres minutos. El Unicaja parecía atascado y Luis Casimiro volvió a recurrir a Alberto Díaz.
Ahí acabó la reacción andorrana porque el polaco Adam Waczynski, con dos triples providenciales, volvió a impulsar a los andaluces en el ecuador del tercer periodo (61-40).
Los del Principado lo intentaban, pero carecían de la frescura y el acierto que exhibieron en el partido de cuartos frente al Iberostar Tenerife y a los diez últimos minutos se llegó con todo casi decidido y la afición malagueña celebrando por adelantado la clasificación para su tercera final copera (68-49, min 30).
El último cuarto apenas tuvo historia. Mientras los locales disfrutaban con la tranquilidad que les daba el marcador y aprovechaban para dar minutos tras su lesión a un Melvin Ejim que aportó buenos minutos y 15 puntos, los andorranos seguían fuera de partido.
La fiesta terminó con el 92-59 final. El MoraBanc Andorra se va de Málaga con la cabeza bien alta y el Unicaja ya sueña con repetir el triunfo de 2005.
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