Michael Jordan, del primer al último baile (9): draft 84, pachangas NBA, Larry Wright y Julio Torres del Estu a Valladollid

En 1984 llegan al mundo la actriz Scarlett Johansson y el padre de Facebook, Mark Zuckerberg pero a nosotros nos importa más otro alumbramiento. Michael Jordan (MJ), con 21 años, se hace profesional. Tras tres años en la Universidad de North Carolina, es elegido por Chicago Bulls como número tres del draft, por detrás de Olajuwon (nº1, Houston) y Sam Bowie (nº2, Portland). El futuro 23 de los Bulls firma con Rod Thorn, entonces General Manager de Chicago

Visto desde hoy, cuesta creer que no se lapidase al directivo de los Blazers que prefirió a Bowie (un siete pies con salud de cristal) antes que a Jordan pero vayamos al contexto: Portland es el tercer mejor equipo del Oeste en la temporada 1983-1984 y al tener como rookie a Clyde Drexler, de parecidas cualidades a MJ, optan por Bowie.
La vida, ya se sabe, tiene parte de azar.

Llega el verano del 84. Bruce Springsteen publica el disco “Born in the USA” y Queen lanzan el single “Radio Ga Ga”. En el baloncesto todos pensamos en los Juegos Olímpicos de Los Angeles con España subida a la ola rock de la ilusión gracias a la plata del Eurobasket de 1983 en Francia.

Estados Unidos hace un equipo de universitarios con Michael Jordan (con el dorsal 9) y Steve Alford pasando de rivales a compañeros. Juegan en casa y creen que el oro les pertenece. Por si acaso, en vez de un entrenador buscan a un sargento de hierro, Bobby Knight (Univ. Indiana).

Ese verano, la selección de EE.UU, para ellos USA, encara varios partidos amistosos con jugadores NBA agrupados como NBA Players. Son pachangas para los pros y chutes de motivación para que los cachorros.

En Iowa, el NBA All Stars alinea en su quinteto inicial a Buck Williams, Danny Ainge, Clark Kellogg, Bill Walton y Ronnie Lester para medirse a una selección olímpica que sale con Jordan, Fleming, Perkins, Tisdale y Pat Ewing.
Las potenciales estrellas ganan a los senior por 79-92, con 17 puntos de Alvin Robertson, un ágil escolta que en cuatro de sus cinco primeros años con los Spurs haría luego un promedio sideral: más de 3 robos por partido, más de 5 asistencias, más de 17 puntos y más de 5 rebotes.

EE.UU. triunfa, emociona, ilusiona, vende… En Indiana, otro cinco NBA son retados por la chavalada. Por un lado, Mark Aguirre, Larry Bird, Robert Parish, Isiah Thomas y John Paxson (Bulls de 1985 a 1994); por otro, Jordan, Fleming, Perkins, Tisdale y Robertson. Vencen los jovenzuelos por 97-82.

Dos de dos pero… hay que seguir alimentando la moral de la tropa. En Arizona, Knight arranca el encuentro apostando de nuevo por el mismo repóker: Jordan, Fleming, Perkins, Tisdale y Robertson. Se miden a un combinado pro donde parten de inicio el hoy olvidado anotador Walter Davis (Suns 1978-1988, entre otras franquicias), Alex English (las metía hasta dormido, sin despeinarse), el saltarín Larry Nance, y dos bases amigos: Magic Johnson e Isiah Thomas. Los talentos curtidos ceden tras un 84-72.

En ese duelo ante Magic y compañía, Jordan presenta sus credenciales: 27 puntos, lengua fuera y muñequera blanca en el antebrazo izquierdo, detalle que muchos de nosotros imitamos años después, en mi caso comprando en El Corte Inglés de la Gran Via de Bilbao, cuando Deportes estaba en la última planta.

Julio Torres al habla.

En ese mismo 1984, un chico madrileño casi más alto que Torrespaña (centro de TVE estrenado en 1982), se brega en el Estudiantes. Se llama Julio Torres. Este pívot de 2,08 m. a punto de dejarse una barba que le acompañará de por vida, vive así ese momento.

“En el Estu, para que os hagáis una idea, me entrena, entre otros, Pepu Hernández , con el que apenas me llevo unos años, él es de 1958 y yo de 1965. En esa época, son gente amateur, antiguos estudiantes, que más que baloncesto (que también), te transmiten valores de vida y la idiosincrasia de un colegio como el Ramiro De Maeztu”, señala un Julio que en el curso 1983-1984, el primero de la ACB, a sus 17 años juega poco en una temporada donde el equipo del pabellón Magariños salva la categoría in extremis al ganar una eliminatoria al Peñas Huesca.

Paco Garrido entrena a ese conjunto estudiantil. Además están Terry Stotts (sí, el actual entrenador de Portland), Chuck Aleksinas, García Coll, Ion Rementería, Pedro Rodríguez, Ramón Goenechea, ‘Chinche’ Lafuente, José Gabriel Álvarez y Héctor Perotas, según detalla la web de Estudiantes.

Julio Torres viaja hacia otras canchas tras esa primavera. Busca oportunidades. Ficha por el Fórum Valladolid, suda al tiempo que atiende el arranque estival de los Juegos Olímpicos de 1984.

El basket, que crece en público, eco mediático y practicantes, entra en una nueva fase, a uno y otro lado del Atlántico. Aquí, lo notamos más porque venimos de más atrás…

Julio Torres lo explica. “Entonces, al pasar de golpe a ser profesional, a vivir con gente mucho mayor que tú, a ver a americanos (al principio uno por equipo, luego dos, luego tres) notas que van cambiando tu idea del baloncesto. Y pasas de obedecer ‘ciegamente’ a tus entrenadores, a ver actitudes extrañas de jugadores que, en aquella época, venían de un baloncesto muy diferente y que ellos creían muy superior; sin dejar pasar por alto que, muchas veces eran tan superiores física y técnicamente (sobre todo en los 80) que no les hacía falta ni entrenar para luego destacar en los partidos…”

Y así cuenta cómo descubre a Jordan: “Estaba concentrado con el Forum Valladolid en Béjar (Salamanca), haciendo la pretemporada. En ese mi primer año de profesional, nos levantábamos o acostábamos siempre dentro de lo que podíamos para ver los partidos de la Selección en Los Angeles, que estaba haciendo Historía. Y en ese equipo USA contra el que jugamos la Final había un imberbe jugador… y el resto ya lo sabemos todos”, concluye Julio con humor. Él comparte ese Forum del curso 1984-1985 con Samuel Puente, Steve Trumbo, George Singleton, Quino Salvo, Chus Llano, Siço Simon, Pepe Alonso… Y Torres sigue un año más, de nuevo con Mario Pesquera como entrenador pucelano Aparte de Jordan y Alford, en Estados Unidos, completan el equipo olímpico: Ewing, Fleming, Joe Kleine (Bulls en 1997-1999), Jon Koncak, Chris Mullin, Perkins, Robertson, Jeff Turner, Leon Wood y Tisdale.

Mientras tanto, el Estudiantes también echa mano de talento universitario norteamericano. En vísperas del arranque de la liga ACB 1984-1985, recalan en Madrid dos inmediatos ídolos de la Demencia: David Russell (viene de un año irregular en el Joventut) y John ‘Oso’ Pinone.

Antes, la Copa de Europa (hoy Euroliga) de ese 1984 celebra su final con FC Barcelona y Banco di Roma. El equipo blaugrana es puro espectáculo al meter cada día 91 puntos, recibiendo 82. En esta década, el basket italiano es experto en bolsa, juegan poco y ganan mucho. De hecho, los italianos meten 78 p. por encuentro y encajan 75 pero… ahí están, en la gran final.

Al descanso, el Barcelona va 10 tantos por delante: 42-32. Se sueña con el primer título continental blaugrana. Epi destaca en ataque pero el partido es áspero y en el segundo tiempo estalla la tormenta. El Barça pierde 18 balones esa noche. Sibilio está fallón, algo que intenta compensar Ansa al sumar 9 puntos. Mike Davis, que apenas anota, brilla reboteando 10 balones frente a los 9 de Clarence Kea. Starks solo lanza cuatro veces de dos en 40 minutos de partido, los mismos que luega una pesadilla llamada Larry Wright.

El escurridizo base, libélula de ébano. fue campeón de la NBA con los Bullets de 1977-1978, y atormenta a Solozábal y Seara. Wright lanza 25 veces de dos y logra 27 puntos. Tiene 29 años y callos de jugar en una NBA que entonces dista siete mares de nuestro basket. Epi anota bolas de todos los colores, consigue 31 p. pero su talento en solitario hoy no basta.

Wright representa a la NBA que se marcha. Nacido en la década de los años 50, tras cinco años de pro, inicia un periplo por Europa donde el bum del basket hace crecer los contratos.

Y en Los Angeles, en el pabellón The Forum, en Inglewood, a finales de julio de 1984, está a punto de estallar la generación de los nacidos en 1962 (Ewing) y 1963 (Jordan), con la llegada a la NBA de universitarios como ellos y otros futuros All Star como Barkley y Stockton. Son los veinteañeros que van a rejuvenecer en breve el baloncesto mundial.

Scarlett Johansson y Mark Zuckerberg aprenden a gatear en el otoño de 1984 a unos meses de que Jerry Krause llegue a los Chicago Bulls en 1985, alguien cuyo papel como general manager allí fue clave a pesar de ciertas críticas lanzadas desde el documental The Last Dance. Y ojo, en unos meses está previsto que se publique la biografía póstuma de Krause. ¿Qué visión dará de Jordan? Diga lo que diga, arderán redes como Facebook.

Por Xabier Sanmartin Cuevas, periodista autor del libro Aquellos Maravillosos Aros [63 reportajes sobre grandes del baloncesto de los años 80 y 90 de ACB, NBA…] https://libros.com/comprar/aquellos-maravillosos-aros/

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