¿Qué ha pasado en la NBA? Schröder decide en el Madison, Warriors aplasta a Cleveland

El día de Martin Luther King siempre es especial en la NBA. Hasta 9 partidos se juegan, muchos en horarios tempestivos para nosotros. Schröder abrió la veda asaltando el Madison. Gentileza de fullbasket.es

Warriors-Cavaliers, la crónica de Daniel Rocamora
Todos los focos estaban situados en Oakland, en el Oracle Arena para ser más concretos. Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers. Dos equipos, una rivalidad, un objetivo: aniquilar psicológicamente. Y los locales ganaron 126-91.
Los actuales campeones de la NBA acumulaban un total de 4 victorias consecutivas ante los de la Bahía, pero una vez el árbitro concede el ‘balón al aire’ todo queda olvidado, entre bastidores. LeBron y compañía no conocían la gravedad de los acontecimientos que estaban por suceder. En principio, mi objetivo giraba entorno al análisis del partido en su plenitud, pero 1440 segundos, o 24 minutos si lo preferís así (una mitad baloncestísticamente hablando) son más que suficientes para juzgar al mejor equipo del universo. Dicho esto, prosigamos.

Los Cavs bailaban bajo una indumentaria integrada por la oración ‘I have a dream’ (tengo un sueño) en un pasillo cuyas paredes grababan a fuego el conocido ‘Strenght in numbers’ (la fuerza de los números) que caracteriza a estos Warriors. Unos metros más allá, se hallaba el inframundo, el parqué que sería testigo de uno de los actos de canibalismo más feroces que recuerde. Inocentes, desconocían el futuro, al igual que el resto de mortales.

El partido comenzó con un 7-0 inicial para los locales que dejó entrever que todo lo sucedido no tomaba parte en la arena. Ritmo y desacierto en ambos equipos, por eso estuvo caracterizado el comienzo del partido. La diferencia estaba en la defensa, en la incapacidad del equipo rival para reaccionar y ajustar su transición defensiva. Te asfixian y acribillan a la carrera. Una vez más, Kevin Durant volvió a hacer gala de sus innumerables recursos como defensor, como jugador de baloncesto.
Tras un fugaz amago de los Cavs por reparar lo irreparable, los ex campeones no cesaron, y mediante un nuevo parcial de 10-1 alcanzaron una renta de +13 puntos. LeBron James no reaccionaba, Irving residía en el banquillo con sus 2 faltas personales, y el resto de soldados miraban a sus generales solicitando órdenes que cumplir. Cayeron en la trampa, en la falsa telaraña que simboliza su defensa. Ayudas, intensidad e intimidación interior. Y al ritmo de JaVale McGee y sus exitosos ‘picks and rolls’ con Kevin Durant se cerró este primer cuarto.

37-22 a favor de los de la Bahía con un inverosímil +10 en puntos al contraataque, +6 puntos en la zona, 13 asistencias por 15 canastas y 7 triples. Todo carburaba de la mano de una plantilla sin aparentes fisuras, con un Curry en versión MVP, con Durant mostrando el por qué de su llegada, con Klay siendo Klay, con Dray omnipresente, con Pachulia aportando, y con un banquillo que recordaba al de la pasada campaña.

Así, nos adentramos en la boca del lobo. Daba comienzo el segundo cuarto.
Nada parecía haber cambiado. Los Warriors lograron con velocidad y cierta facilidad una cómoda ventaja de +20 puntos liderados por un Shaun Livingston que sigue siendo ‘el Factor X’ de estos Golden State Warriors. Superioridad en centímetros, físico y recursos al poste ante cualquier otro base. Es clave para los de Kerr.

Tras 15 minutos de juego, los de la Bahía acumulaban un total de 19 puntos al contraataque. Su rival, únicamente sumaba 26 en el marcador. Casi todo nacía atrás, a raíz de la defensa. Los Warriors se sumían en su versión caníbal. Hambrientos, insatisfechos, con ganas de asaltar el trono del mejor jugador del planeta y sus Cavs.

El partido continuaba, esta vez bajo la batuta de David West hasta que ocurrió. Ocurrió. Todos sabemos el qué. Choque entre líderes, entre competidores, entre estudiosos del juego. LeBron James fue ‘placado’ por Draymond Green, quien recibió una falta flagrante de primer grado. Los Cavs reaccionaron de la mano de ‘King James’, quien camuflado cual depredador comenzó a atacar sin reparo alguno el aro rival. Sin reparos, con agresividad. Todo apuntaba a que Dray la había vuelto a liar, pero no fue así. Ni muchísimo menos.

Con una facilidad insultante para jugar al baloncesto, los Warriors volvieron a reivindicar su deidad, finalizando este segundo cuarto con un 41-27 con la guinda del mago, nuestro querido Steph. Triple sobre la bocina, público entregado y ‘chispa’ aparente entre los integrantes de esta plantilla de ensueño.

78-49 a favor de los locales con 34 puntos al contraataque, con un déspota dominio de la pintura (42-18), 26 asistencias y 10 triples (8 tras ‘catch and shoot’). Pero dejemos las estadísticas de lado. Adentrémonos en el valor de lo inconmensurable, de las sensaciones. Es cuestión de crear sin otorgar, de facilitar sin ceder, de dominar en ambos lados de la cancha y todas las facetas del juego. 4 All-Stars (quizás 5 con Pachulia), un buen grupo de actores secundarios y un entrenador oculto en el devenir del juego, creador de un estilo que perdurará durante décadas.

Cómo veis, 24 minutos son más que suficientes para definir al mejor equipo del planeta, galaxia, universo y, quizás en un futuro, de la historia.

La segunda mitad no tuvo más historia, con unos Cavaliers derrotados anímicamente, sin respuesta ante el vendaval de los de Steve Kerr, que dan un golpe encima de la mesa.

Triple-doble de un Draymond Green (11+13+11+5 tapones), 20+11 asistencias de Curry, 26 de Klay Thompson y 21+6+5+2+3 de Kevin Durant, que paró a Lebron.

Washington abusó de Portland. Un titular que se ajusta bastante a lo que se vio en la capital de los Estados Unidos. Los Blazers no aparecieron. Al descanso ya perdían 75-50, y por momentos la diferencia ya había sido de 30 puntos. Wall (22 puntos y 7 asistencias), Beal (25), Morris (17+13+5) y un Satoransky que firmó una gran primera mitad (10+10) bastaron para doblegar a los de Oregon, aciagos en el tiro y sin capacidad de reacción. Y ojo con los Wizards, que ya son quintos en el Este y han ganado 14 de sus últimos 20 partidos. Al final, 120-101.

Los Nuggets siguen con su buena racha y anoche derrotaron 125-112 a los Magic con un estelar Nikola Jokic, que se fue hasta los 30 puntos para sellar su high-career. Él y Mudiay (13 asistencias) fueron suficiente para batir a los de Florida, incapaces de frenar el dinámico juego de los de Colorado, que siguen luchando por los Playoffs de forma realista.

Los Knicks han pasado de tener un balance de 14-10… a un 18-24. Salvo resurrección apoteósica, otra temporada más al traste. Ni la llegada de Rose ni la evolución de Porzingis -no jugó- han servido para cambiar la inercia de una franquicia sin rumbo. Y con rumores de Melo de irse, porque los Playoffs parecen inviables. Cayeron 108-107 ante los Hawks en un partido vibrante que no se decidió hasta el último minuto. El 96-101 con el que se colocaban los neoyorquinos a falta de 2.30 para el final del partido hacia presagiar algo bueno para los de Hornacek. Rose estaba inspirado. Pero en ese momento apareció el juego coral de los de Budenholzer, que con dos triples de Hardaway y Schröder empataron. Volvió a aparecer el #25 con una bandeja para poner el 105-107, rompiendo el empate a falta de 45 segundos para el final. Pero en la siguiente acción, y a falta de 22 segundos, Schröder clavaría un triple tras un ataque muy bien elaborado por Atlanta que acabaría siendo definitivo. Porque aunque los locales tuvieron la última bola, Rose primero, Melo después y hasta Noah tras un palmeo fallaron sus tiros. Nueva derrota y Willy no jugó.

El duelo del futuro (y del presente) se lo llevó Joel Embiid, que acabó con 22 puntos, 12 rebotes y 5 tapones… en 28 minutos. Es el noveno partido consecutivo en el que el pívot de los Sixers termina con 20 o más puntos. Domina al poste, lanza desde fuera y es capaz de coordinar una entrada empezando desde la línea de tres. Y mide 2,13m. ¿A quién tenemos que reclamarle el habernos quitado dos años de su carrera? Los Sixers ganaron en Milwaukee 113-104, sobre todo porque Antetokounmpo apenas jugó dos minutos de los últimos 15 de partido. Castigado por las faltas, Kidd esperó al último cuarto, pero cometió la sexta al intentar taponar a Embiid. Terminó con 23 puntos. Destacar el buen trabajo de Ilyasova (12) y la dirección del Chacho, nuevamente titular (10+7+6). Saric (17+9) lideró una productiva segunda unidad, que tuvo en Chasson Randle a una sensación (10 puntos en 15 minutos). Philadelphia acumula seis triunfos en los últimos 8 partidos. En defensa ha sabido ajustarse, y en ataque mueve el balón mejor que nunca -67 puntos en la segunda mitad-. Trust the process.

Además…
. Anthony Davis no jugó, y los Pelicans rozaron la machada en Indiana, pero acabaron sucumbiendo ante el buen hacer de Teague (16+8+10) y George (19+5+6). Hasta seis jugadores de Nueva Orleans alcanzaron los dobles dígitos en anotación, pero insuficientes. Al final, 98-95.
. Nueva exhibición de Isaiah Thomas, que está a un nivel excelso. En Boston recuerdan a Pierce, pero el pequeñito base les ha devuelto la ilusión. Victoria 108-98 ante los Hornets con 35 puntos de Thomas, 17 en el último periodo. Charlotte acumula 5 derrotas consecutivas.
. Los Clippers no dieron opción a los Thunder (120-98). Westbrook estuvo errático (7 de 19) y los de Oklahoma no encontraron respuesta al dominio de Rivers y Redick desde el exterior. Aunque el más destacado fue Speights, que anotó 23 puntos (y capturó 10 rebotes) en 27 minutos desde el banquillo.
. Victoria de Utah ante Phoenix 106-101 para seguir quintos en el Oeste. 7 jugadores con dobles dígitos en anotación, mientras los de Arizona lo dejaron todo en manos de Bledsoe (31) y Booker (25), pero se quedaron sin premio.

Photo NBA Media

Total
0
Shares
Artículo Anterior

Gordon Hayward y DeMar DeRozan, jugadores de la semana en la NBA

Siguiente Artículo

Montakit Fuenlabrada: A por el más difícil todavía

Artículos Relacionados
Artículos Relacionados