Vascos y blancos nos regalan un partidazo (99-103)

El Real Madrid volvió a necesitar una prórroga para pasar de ronda, esta vez ante un Baskonia que acarició el pase a la final pero que, en los instantes decisivos, se estrelló con la figura de Sergio Llull. Excepcionales Doncic, Randolph y Beaubois

Primeras semifinales de la Copa del Rey 2017 y primer partidazo. Saski Baskonia y Real Madrid se medían en busca de un billete para la gran final en un duelo que, hasta la fecha, favorecía a los vitorianos con dos victorias en los tres precedentes de esta temporada.

El ambiente en el Fernando Buesa Arena era inmejorable, con toda la afición baskonista apoyando a los suyos y tratando de incomodar a los jugadores rivales. La gran rivalidad entre ambos equipos se hacía presente y, evidentemente, no podía faltar el cántico de moda en la ACB: “¡Era campo atrás!“.

Así, con estos ingredientes, el encuentro arrancó con un buen ritmo y con un triple de Shane Larkin, que quería repetir la exhibición que protagonizó en la ronda anterior. Junto a él, Johannes Voigtmann estaba haciendo mucho daño en la zona de los blancos que, de nuevo ante los vascos, sufrían para anotar de tres, cediendo en el primer cuarto por 20-15.

Pero ya en el segundo parcial apareció el mejor Real Madrid. Desde un primer momento Luka Doncic ofreció un rendimiento impropio para su edad, aunque eso ya no sorprende a nadie. Además, Rudy Fernández estaba encontrando a sus compañeros con varias asistencias de bella factura y, tal y como ocurriera contra el MoraBanc Andorra, el extraterrestre Anthony Randolph no paraba de sumar para los suyos.

Aparte, hubo tiempo para highlights como un alley-oop de Rudy para Hunter que, posteriormente, se iba a comer un ‘gorrazo’ de Ilimane Diop. Pero el protagonista absoluto era Wonder Boy. La joven perla de 17 años estaba dominando a su antojo el partido y, con 13 puntos en 10 minutos, daba la vuelta al marcador para llegar al descanso con ventaja para el Real Madrid (35-44).

Los de Sito Alonso tenían motivos para preocuparse. Doncic y Randolph estaban campando a sus anchas sobre el parqué del Buesa Arena tras un inicio dubitativo del vigente tri-campeón de Copa. El Baskonia necesitaba que Larkin recobrara protagonismo y que, sobre todo, apareciera el jugador más completo de toda la plantilla, Adam Hanga.

El húngaro es el único que queda del quinteto de gala de la temporada pasada y, como tal, es uno de los pesos pesados del vestuario. Después de una antideportiva de Diop sobre Llull, muy clara por mucho que protestara el público, reunió a sus compañeros mientras el madridista lanzaba y anotaba tiros libres (37-50).

Este pequeño tiempo muerto improvisado espabiló al equipo, que tras esta acción sumó un parcial de 11-0 que solo pudieron romper el aeroplano de Mahón y un taponazo de Randolph. El Real Madrid ya no estaba tan cómodo y eso se notaba más allá del marcador, hecho que provocó que Laso acudiera de nuevo a Doncic.

Sin embargo, la perla eslovena no salió tan enchufada como en el segundo cuarto. Encestó el primer balón que tocó pero, poco después, cometió una pérdida muy tonta que acabó con un 2+1 de Hanga, que le sacó la falta al propio Luka. La fórmula no estaba funcionando, pero sí lo hacía Randolph, que mantuvo el liderazgo blanco antes de llegar al último parcial (64-68).

Una vez allí, el Baskonia se puso las pilas y, mediante Rodrigue Beaubois y Kim Tillie, no tardó en ponerse por delante. Al anfitrión le entraba todo, especialmente desde el perímetro, y su afición se venía arriba con cada canasta, viendo como poco a poco se iban acercando a la final soñada.

Pero enfrente tenían al equipo más en forma de toda Europa, el cual no se iba a rendir tan fácilmente. Entonces apareció la figura de Sergio Llull, que se jugó las últimas posesiones con éxito para, finalmente, anotar el triple del empate a 89 que llegó tras un gran rebote ofensivo de Doncic. Tanto el propio Llull como Larkin tuvieron un tiro más para evitar la prórroga, pero el héroe madridista no acertó en última instancia.

Ya en el extra-time, la figura de Gustavo Ayón por fin lució. El pívot mexicano se erigió como líder del Real Madrid con un par de 2+1 y un robo vital que iba a acabar en dos tiros libres para Llull. Restaba un minuto y los blancos mandaban por 96-102, una diferencia que resultó ser insalvable para un Baskonia que se queda sin su final, cediendo de nuevo ante la maldición del anfitrión.

Saski Baskonia – 99 (20+15+29+25+10): Larkin (17), Beaubois (27), Hanga (19), Voigtmann (10), Diop (2) – cinco inicial – Bargnani (8), Sedekerskis (-), Tillie (8), Laprovittola (0), Shengelia (-), Budinger (8), Luz (-).

Real Madrid – 103 (15+29+24+21+14): Llull (23), Carroll (3), Maciulis (2), Reyes (6), Ayón (13) – cinco inicial – Randolph (20), Draper (-), Fernández (3), Nocioni (3), Doncic (23), Hunter (4), Taylor (3).

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Fuente: capitaldeporte.com • ACB Photo

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