“La noche que salimos campeones olímpicos, no pudimos festejar nada. Terminó la premiación y tuve que salir hacia el aeropuerto para no perder el vuelo. Nunca más nos volvimos a juntar los doce para celebrarlo. Era una deuda con nosotros y creo que con la gente de Argentina”, contó Walter Herrmann a manera de anécdota en la previa de los festejos por los 20 años del Oro Olímpico conseguido en Atenas 2004
Para celebrarlo, accedieron a jugar un partido en el Estadio Mary Terán de Weiss de la ciudad de Buenos Aires este sábado pasado. Al evento asistieron los doce jugadores: Carlos Delfino, Fabricio Oberto, Luis Scola, Andrés Noccioni, Emmanuel Ginobili, Alejandro Montecchia, Walter Herrmann, Leonardo Gutierrez, Hugo Sconochini, Rubén Wolkowyski y Gabriel Fernandez; y la totalidad del cuerpo técnico a cargo de Rubén Magnano, con excepción del fallecido Roberto “Turco” Vartanián, utilero de la selección por años.
Como invitados participaron deportistas olímpicos de Argentina como Paula Pareto (Judo), Marcos Milinkovic (Vóley), Germán Chiaraviglio (salto con garrocha), Federico Molinari (anillas), Juan Martín del Potro (Tenis) y Santiago Lange (Vela). También fueron parte los cantantes Duki y Paulo Londra, junto a algunos influencers y streamers reconocidos del país. Como una caricia al alma, en el último cuarto, los jugadores compartieron cancha con sus hijos a manera de legado, siendo uno de los puntos mas emotivos de la noche.
Al terminar el partido, Rubén Magnano agradeció a la gente por haber concurrido al estadio y por las muestras de cariño y reconocimiento recibidas a lo largo de estos años, culminando su discurso con: “Gracias por apoyarnos; gracias por contenernos; gracias por adoptarnos.”
El 28 de agosto de 2004, la selección Argentina derrotó en la final a Italia por 84 a 69, con muchos puntos altos en el equipo como Luis Scola con 25 puntos y 11 rebotes. En la semifinal habían derrotado al seleccionado de Estados Unidos, cortando la racha de campeonatos olímpicos consecutivos para los NBA, desde el histórico Dream Team de 1992 en Barcelona, comandado por Michael Jordan, Magic Johnson y Larry Bird.
“Es un flashback tremendo. Pasaron 20 años, algunos seguimos jugando muchos años más juntos, otros no. Y todos pasamos un montón de cosas desde ese momento que no estamos tan atentos. O sea, sí, hablamos de vez en cuando, pero a veces cuando hablás por mensaje es algo más superficial y no es una escena con un grito, charlando dos horas, tres horas”, dijo Emmanuel Ginóbili en la conferencia de prensa realizada el pasado viernes, antes del partido conmemoratorio.
Leonardo Gutiérrez destacó el legado que dejaron en el básquet argentino: “Creo que este grupo traspasó generaciones. Obviamente estamos viejos. ¿Quién los va a querer ir a ver? Si, nos quieren ver más gente, nos quiere disfrutar, por más que corramos a dos por hora”. Después agregó “Creo que la gente entiende que va a ir a ver un show y dar ese abrazo que hace 20 años no nos pudieron dar. Y va a haber gente de nuestra edad, con 46, 50 años, que va a llevar a su hijo y que le va a decir: ‘estos chicos me cambiaron la vida, me llevaron a una cancha de básquet’”.
El capitán del oro olímpico, Hugo Sconochini, consideró que: “Este equipo es increíble. Le vi hacer cosas que no vi hacer a ningún equipo donde estuve. Este equipo tiene características totalmente distintas a las que yo estoy acostumbrado, a las que vi con equipos ganadores. Este equipo tiene alma, tiene vida, tiene amistad, tiene muchísimas cosas que otros equipos que igual llegaron a ganar no tienen”.
Sconochini también recordó la derrota con España en el torneo, destacando que: “Es el equipo que nos mató siempre. No nos emparejábamos bien, ni abajo del aro ni afuera. Ellos lo demostraron en los siguientes años, eran un talento impresionante.”
Manu Ginobili agregó: “Había varios de los chicos que querían ganarle a España; lo sentían particular porque ellos tenían que volver allá. Nosotros sin España tendríamos varias cositas más.” Para Andrés Chapu Noccioni los partidos con España: “Nos generaba un bloqueo mental; creo que nos pasó factura años y años.”
La deuda se saldó; los jugadores pudieron festejar con sus familias y amigos; el publicó los aplaudió de pie, con lágrimas en sus ojos y la piel erizada, recordando lo vivido esa tarde-noche de la consagración olímpica, al gritó de “Esta es la banda de la Argentina; esta bailando de la cabeza; …esta es la banda más loca que hay…”
