El Herbalife Gran Canaria logró un meritorio triunfo en la pista del campeón francés Limoges CSP por 65-82 y defenderá una buena renta en la vuelta de los octavos de final de la Eurocup
Era un partido complicado. En la casa del campeón de Francia, que llevaba dos semanas preparando la cita. El que era el cuarto encuentro de los amarillos en apenas seis días. Con apenas un entrenamiento para preparar el encuentro y con varias horas de viaje entre A Coruña, Gran Canaria y Limoges. Era un choque, en definitiva, que exigía un esfuerzo colectivo constante. Una entrega absoluta de cabeza para que la inteligencia llegara a donde las piernas no lo hicieran.
La belleza del esfuerzo en equipo y la de la mecánica de Sasu Salin salieron de la mano en un arranque celestial en el mítico Beaublanc de Limoges. El otrora campeón de Europa se vio sorprendido por un ciclón finés y de azul, pero tan amarillo como el fuego que mueve al equipo claretiano en esta actual racha de juego. El Granca salió arrasando (0-11, minuto 4). Tardó casi cinco minutos el Limoges en anotar y cortar la sangría. Pero el equipo galo, a pesar de ser poderoso en el rebote ofensivo, encontraba casi imposible hacer daño a un Herbalife Gran Canaria irreductible, incansable.
Acompañaba el acierto desde 6,75 y un triple de Pangos disparaba la renta hasta los 14 puntos, diferencia que maquilló Traoré en la pintura anotando un 2+1 tras recibir falta de Omic. Con la acción concluyó el primer acto (11-22).
DJ Seeley empezó enchufado el segundo cuarto, anotando cinco puntos consecutivos. Pero no era el californiano el único con gran manejo de balón sobre la pista. El base Bo McCalebb intentó imprimir carácter y ritmo a los suyos, y saliendo desde el banquillo fue uno de los mejores de los locales. Prácticamente solo acercaba a los suyos (17-28, minuto 14), pero el Herbalife Gran Canaria, con tranquilidad, mantenía la iniciativa.
Al primer triple de los galos respondió Albert Oliver con el único que anotó durante la noche. El catalán anotó solo cinco puntos pero volvió a dirigir con éxito a los suyos. Limoges tiró de carácter y con un parcial de 9-2 apretaba las cosas antes del descanso (29-37).
La intensidad física de los de Vujosevic siguió aumentando en los primeros compases del tercer período y el Granca, por primera vez durante la noche, sufrió. Los campeones franceses salieron en tromba y triples consecutivos de Daniels y Westermann les metía de lleno (37-40, minuto 24).
Y cuando más apremiaba la situación, más carácter sacó un subcampeón con mentalidad campeona. Llovió el triple de Newley, el de Salin y una canasta en el interior de Omic. Parcial fugaz de 0-8 que obligaba al técnico local a pedir tiempo muerto. No acabó la sangría, que llegó a ser de 0-16 hasta el 37-56. Limoges volvió a ver el aro pero no consiguió que los isleños dejaran de verlo, y caían de 18 puntos a falta de un cuarto (44-62).
La diferencia llegó a la veintena en diferentes ocasiones, pero una vez más, más allá de cifras, se situó este Granca. Uno con convicción, fe y seguridad. Uno que convertía cada defensa en un diálogo honesto. Sin mentiras ni claroscuros. En los instantes finales Limoges CSP llegó a recortar las distancias hasta los 13 puntos (63-76), pero Brad Newley clavó dos triples postreros para el definitivo 65-82.
Un marcador que ni mucho menos es definitivo, pero otorga un colchón considerable al Herbalife Gran Canaria de cara a la vuelta el próximo miércoles 2 de marzo. Ese día será el primero que los amarillos disputen en el Gran Canaria Arena después del subcampeonato de la Copa del Rey.
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