La actuación de Hruban (25 puntos) y de Satoransky (20-13-6), además de un parcial determinante de 0-10 a comienzos del tercer cuarto, fueron las claves del triunfo de República Checa contra Rumanía
Quizá el partido no parecía el más atractivo del día pero pocos eran tan determinantes como este en la jornada del viernes. En un grupo con rivales tan fuertes a los que ya se les ve en la siguiente ronda, la lucha por la cuarta plaza pasaba, en la predicción de ambos, por un triunfo en el estreno del torneo.
República Checa, mucho más equipo pese a las bajas y liderado por toda una estrella europea como Satoransky (20 puntos, 13 rebotes, 6 asistencias y 32 de valoración) consiguió su objetivo en un choque que mantuvo la emoción hasta el descanso. En el primer cuarto, los checos intentaron escaparse a base de triples antes de que recibieran de su propia medicina, con Moldoveanu liderando a Rumanía hasta el 22-21 al final del periodo.
Ya en el segundo, siempre de tres en tres, la dinámica fue de constantes empates en el luminosos y la batalla se centró en un Moldoveanu – Hruban (¡25 puntos al final del choque) más que interesante. El rumano igualó a 38 a pocos segundos del descanso pero el checo estableció el 38-40 al intervalo y su equipo ya nunca volvió a dudar.
República Checa aprovechó los 5 minutos de sequía rumana para endosarle a su rival un 0-10 que terminó por romper el partido (38-50, m.25) y cuando a Satoransky, además, le dio por anotar, la victoria pareció de los suyos (47-62, m.30). Aún así, entre Paliciuc y, especialmente, Moldoveanu (24-8), Rumanía no terminó de bajar nunca los brazos, aunque lo máximo que pudo conseguir es que su desventaja final no fuera holgada: 68-83.
Nota de prensa ACB • Foto: FEB
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