En pleno día de un histórico Game 7 de las Finales, Kevin Durant ha decidido robarse parte del foco mediático. Mientras el mundo del baloncesto mira hacia el desenlace entre Thunder y Pacers, el alero ha protagonizado un movimiento de impacto: los Phoenix Suns lo han traspasado a los Houston Rockets
El veterano jugador, que contaba con una cláusula de no traspaso efectiva en la práctica, dejó claras sus preferencias: San Antonio, Miami o Houston. Finalmente, el destino elegido es Texas, donde se unirá a un núcleo joven y prometedor encabezado por Alperen Sengun, Amen Thompson y Fred VanVleet, bajo la dirección del recién renovado Ime Udoka.
El intercambio, pieza por pieza
Houston Rockets recibe: Kevin Durant
Phoenix Suns recibe: Jalen Green, Dillon Brooks, la 10ª elección del Draft 2025 y cinco segundas rondas
Phoenix opta por una reestructuración agresiva. Recibe a Jalen Green, un escolta explosivo con potencial de All-Star, a Dillon Brooks, un alero veterano de carácter y defensa, y un valioso pick top-10 del Draft. Las cinco segundas rondas suponen también una buena bolsa de activos para futuras operaciones o reconstrucciones.
Houston, en cambio, pisa el acelerador. Apuesta por ganar desde ya, sacrificando juventud e inestabilidad a cambio de la experiencia, el talento ofensivo y la jerarquía de Durant. Un salto al vacío que puede dar réditos inmediatos o volverse contra ellos.
Un nuevo capítulo para un viejo protagonista
Desde que dejó a los Warriors, Durant se ha convertido en protagonista habitual del mercado, aunque ya sin el aura que lo rodeaba en 2016. Aquella vez fue portada global tras abandonar Oklahoma para unirse al equipo que lo había vencido en las Finales del Oeste. Hoy, nueve años después, la emoción ha cedido paso a la rutina del traspaso.
San Francisco fue su pico más alto: dos campeonatos, dos MVP de las Finales y una versión imparable. Luego vino su grave lesión en el tendón de Aquiles y una carrera que, pese a mantenerse en la élite individual, ha estado marcada por decepciones colectivas. Brooklyn y Phoenix fueron proyectos de grandes nombres pero sin grandes logros. Harden, Irving, Booker o Beal fueron compañeros sin recompensa.
Aún así, a tres meses de cumplir 37 años y con un salario de 54,7 millones de dólares en la temporada que viene antes de ser agente libre, Durant sigue generando deseo en media NBA. En su última campaña con los Suns, promedió 26,8 puntos, 6 rebotes y 4,2 asistencias en más de 36 minutos por partido. Números de estrella, en un equipo sin rumbo que ni siquiera logró meterse en el play-in.
Kevin Durant inicia así su cuarto proyecto post-Warriors. Y lo hace en una franquicia que apuesta fuerte, con la vista puesta en volver a los playoffs y, quién sabe, soñar en grande.


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