Kyrie Irving, el líder de unos Celtics que vuelven a aspirar a todo

Se han recuperado del varapalo que supuso la lesión de Gordon Hayward y son ya el mejor equipo de NBA en este curso

El 17 de octubre de 2017 fue una fecha fatídica para los Celtics: en el primer partido del nuevo curso baloncestístico, y cuando apenas se habían jugado algo más de cinco minutos, el adiós a la temporada de Gordon Hayward era un hecho. Una fractura de tibia lo tendría en el dique seco más de lo que, se suponía, los Celtics podrían soportar. Hoy, un par de meses después, encadenan una de las mejores rachas de triunfos consecutivos en la historia del equipo. La explicación pasa por el talento y determinación de Kyrie Irving, que se ha convertido en la pieza esencial para encadenar victorias, pero también pasa por un equipo que se ha convertido en una piña y que compensa con trabajo los momentos en los que el talento se resiente. Así se justifica una racha que puede presumir de ser la más larga de la liga (nueve victorias a la hora de escribir estas líneas) para una escuadra que iniciase el curso con un 0-2.

Kyrie ha crecido desde su etapa como escudero de LeBron James; está encontrando su tiro (ha conseguido su mejor registro en los Celtics hasta la fecha, con 35 puntos), entiende mejor el juego de las defensas rivales, es casi imparable en el mano a mano y asiste como nunca. Ha recogido el encargo de ser el responsable de la magia de Boston, y demuestra estar a la altura del reto de liderar la franquicia partido tras partido. Su implicación en el juego colectivo es total, algo que evidencia un rendimiento defensivo que rompe con su fama de jugador perezoso atrás. Sirva como dato que lidera las estadísticas de robo en la NBA, con 2’4, algo inaudito en la historia de este jugador. Su buen momento, además, parece haber contagiado a sus compañeros; como dicen los americanos, han encontrado “the Zone”; traducido al román paladino, están “enchufados.

El estado de forma de Irving y su excelente adecuación a las expectativas que la franquicia había puesto en él, así como la capacidad de Boston para leer y adaptarse al desarrollo de cada partido, es algo tan notorio que la casa de apuestas BetStars ya constata la variación de las cuotas de apuestas para sus partidos. Una estrella puede ser el catalizador, pero para aspirar al anillo de campeón necesita estar rodeado de un equipo eficiente y con una buena distribución de pesos entre las diferentes facetas del juego.

La grave lesión de Hayward ha servido para estrechar los lazos entre los integrantes de un equipo que se enfrentaba a la mayor de las incertidumbres. No hay egoísmo en el juego y todos asumen que el éxito de Boston depende del trabajo colectivo. Brad Stevens no dudó en priorizar un mensaje de tranquilidad y calma, pero sin por ello rebajar el nivel de exigencia, preocupado porque la baja de Hayward se convirtiese en una excusa para no aspirar a lo más alto. Este objetivo pasaba por obtener el máximo de los recursos a su disposición, y los números parecen estar confirmando su trabajo.

Irving es la clave, fundamental en las transiciones, pero es justo reconocer que gran parte del mérito recae sobre el trabajo defensivo de sus hombres fuertes, jugadores que han demostrado ser capaces de anular el juego rival. Son la mejor retaguardia en este curso, disponen de recursos y juegan desde la intensidad y el compromiso; nombres como Jaylen Brown, Marcus Smart, Terry Rozier, Jayson Tatum, Al Horford y el propio Irving han demostrado con creces que están dispuestos a jugarse el resto por el futuro de la franquicia. 

Este sentimiento de equipo y la capacidad de sacrificio individual también se manifiestan en la media de rebotes de un equipo que no se prodiga en altura. De pasar a ser uno de los puntos débiles del equipo, las 48 capturas que promedian los sitúan en el cuarto puesto de la lista de mejores reboteadores (cuentan con un brutal 81,9 % en su propio aro). Destaca lo repartido de estos guarismos; si bien es cierto que Horford es el líder en esta faceta, con unos discretos 9’1 por encuentro, al menos otros seis jugadores superan los cuatro por partido.

Los Celtics deslumbran con su juego, algo que acrecienta el mérito de Stevens, que todavía trabaja para establecer un quinteto titular estable (que apunta a los nombres de Morris, Irving, Brown, Tatum y Horford). En el banquillo parece que tendrán su sitio Marcus Smart como sexto hombre, Terry Rozier, cuya progresión no está pasando desapercibida para el cuerpo técnico, Aron Baynes, Daniel Theis y Semi Ojeleye, jugadores capaces de mantener la intensidad del equipo cuando se les necesita y con capacidad para desbloquear encuentros complicados. Por todo esto, y si la magia de Irving les acompaña, los Celtics pueden convertirse en la revelación de la temporada y hacer olvidar aquel aciago 17 de octubre.

Foto: Wikipedia.org

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