La última parada de un viaje maravilloso

Si tuviéramos que definir en dos palabras a la Selección Española de Baloncesto antes de comenzar su participación en los JJOO, serían sin duda, tranquilidad e ilusión. La tranquilidad que da un colectivo curtido en mil batallas, que siempre o casi siempre ha salido victorioso e ilusión por poner el broche definitivo a una serie de jugadores que ha bordado la excelencia y que se despedirá de la Selección al concluir los JJOO. Sin duda, para ellos sería el final soñado, la última parada de un viaje maravilloso. Un viaje que realizarán un grupo magnífico de jugadores dispuesto a todo

El líder del equipo, cómo no puede ser de otra forma, será Pau Gasol. El de Sant Boi, a sus 41 años y tras superar una lesión en el pie que le ha mantenido fuera de las canchas dos años, viene con la ilusión de un principiante. Aunque su tiempo en la pista se verá reducido, la gran campaña realizada los últimos meses con el Barça nos hace ser optimistas y seguro que veremos a un gran Pau durante el torneo.

A Pau le acompañan varios jugadores que con sus clubs no han tenido un año sencillo y seguro que querrán desquitarse de un año en el que no han brillado. Su hermano, Marc Gasol, querrá redimirse de la irregular temporada con Los Ángeles Lakers, donde no se le llegó ver completamente cómodo en la franquicia de California. Su gran visión de juego y experiencia debe ser clave en los momentos importantes de la competición.

Otro jugador importante y que será el líder en la pista y clave en el devenir de España, será Ricky Rubio. El director de orquesta español ha tenido también una temporada con muchos altibajos con los Timberwolves, aunque al MVP del último mundial se le ha visto una mejor versión, en los amistosos previos al torneo olímpico. El del Masnou será el termómetro del equipo. Cuanto mejor esté Ricky, mejor estará el combinado español.

Dos ilustres veteranos qué en el Real Madrid, por diferentes circunstancias, han bajado sus prestaciones este año, cómo Rudy Fernández y Sergi Llull o un Víctor Claver que prácticamente no ha contado para Jasikevicius en el Barça, estarían en la misma situación de Marc y Ricky. Son jugadores que querrán dar un golpe encima de la mesa y curar su orgullo herido.

El resto de ramillete de jugadores de la Selección ofrece muchísimas variantes. Sergio Rodríguez, será el revulsivo desde el banquillo dando refresco a Ricky, Álex Abrines aportará defensa y amenaza exterior, Alberto Abalde su talento anotador, Usman Garuba su garra, fuerza e intensidad y los hermanos Hernangómez (sobre todo Juancho), volverán a ser importantes en el roster español.

Todos ellos bajo la dirección de Sergio Scariolo. El coach, ha conseguido que los egos de los jugadores se pongan al servicio del equipo. Algo que a priori puede ser fácil, pero que no lo es y es clave a la hora de conexionar a un equipo y conseguir grandes metas.

Está claro que luego el torneo pone a cada uno en su lugar, pero Sergio tiene suficientes mimbres, como para mínimo luchar por las medallas. Sin duda, sería la última y brillante parada de un viaje maravilloso.

Foto: FEB