La estrella de los Lakers quiere competir por el título, pero su futuro en Los Ángeles está más en el aire que nunca
Por primera vez en años, el nombre de LeBron James vuelve a liderar los titulares del mercado NBA, no por una firma o una renovación, sino por la incertidumbre. El jugador más icónico de su generación, posiblemente el mejor de todos los tiempos, ha decidido ejercer su opción de jugador con los Lakers por 52,6 millones de dólares para la temporada 2025-26. Sin embargo, lejos de cerrar el capítulo, su decisión ha abierto un nuevo foco de especulación que sacude a toda la liga.
Apenas se conoció la noticia, su agente Rich Paul agitó aún más las aguas: “LeBron quiere competir por un campeonato. Sabe que los Lakers están construyendo hacia el futuro, pero también valora tener una posibilidad real de ganarlo todo”, declaró a ESPN. Añadió que el jugador seguirá de cerca cada movimiento de la franquicia este verano. Y es que, según varias fuentes, la conversación no ha ido más allá del ejercicio de la opción: no ha habido negociaciones para una posible extensión de contrato, algo insólito en la carrera de James.
¿Última temporada como Laker?
La ausencia de conversaciones de futuro ha hecho saltar todas las alarmas. Varios ejecutivos de la liga se preguntan si este podría ser el primer paso hacia una petición de traspaso. “¿Y si esto es simplemente una maniobra de presión hacia la directiva?”, deslizan voces internas. Brian Windhorst fue claro: “Los Lakers y LeBron no hablaron seriamente sobre una extensión. Y en la NBA, los contratos que expiran se ven como activos de traspaso”.
Rich Paul intentó apagar el fuego, asegurando que no hay negociaciones para sacar a James de Los Ángeles, aunque reconoció que cuatro equipos se han interesado por la situación del jugador en las últimas 24 horas. “No hubo conversaciones sustanciales”, aclaró. Aun así, la sensación que flota es la de una cuenta atrás: si los Lakers no logran rodear a LeBron de un equipo con aspiraciones reales, este podría estar jugando su última temporada en la franquicia angelina.
El cuatro veces campeón tiene el control total de su destino gracias a su cláusula de no traspaso, pero la presión está sobre la mesa. No busca un simple retiro dorado. Busca competir. Y, como él mismo ha dicho, quiere que cada temporada que le queda cuente.
La pelota está en el tejado de los Lakers. Y el reloj ya ha empezado a correr.
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