Cleveland levantó su segunda bola de partido y venció por (115-101) ante unos Warriors por momentos desquiciados. LeBron James volvió a los 41 puntos, con 11 asistencias y 8 rebotes, y lideró a los suyos hasta el (3-3) en la eliminatoria. El domingo conoceremos al campeón de la NBA
Los locales comenzaron mejor, intenso y aprovechando la inefectividad de un Golden State que rápidamente parecían frustrarse. Los Cavaliers hasta se dieron el gusto de dar un par de lujos (como el caño de LeBron a Thompson), contaron con una altísima efectividad (57% de cancha) y desde ahí manejaron todo el partido.
A los Warriors les faltó reacción, LeBron (9 tantos) fue la gran referencia del demoledor inicio pero también hay que mencionar las tareas de Tristan Thompson (7 puntos y 9 rebotes) e Irving (7). Golden State casi que no tuvo segundas oportunidades (solo 7 rebotes en conjunto), Cleveland dio una clinic en el primer cuarto y llegó a sacar una diferencia de veinte tantos al finalizar el periodo (31-11), sorpresiva autoridad local desde el arranque.
Golden State elevó su rendimiento en el segundo cuarto, mejoró en defensa y estuvo más paciente en ataque, llegando a tomar soluciones más viables y empezando a calmar aquel ritmo frenético con el que Cleveland dominó en los primeros doce minutos. Si bien la reacción llegó a nivel colectivo, Curry fue la gran bandera de esa mejoría con un par de triples que empezaron a calentar la mano del MVP.
La remontada de Golden State llegó a reducir el margen a tan solo ocho de distancia (46-38), pero Cleveland logró tener una respuesta y de la mano de LeBron (que nunca aflojó su intensidad) volvió al ruedo. A James se unieron los puntos de Irving, haciendo daño con sus cambios de ritmo, y el poderío de Tristan Thompson en el juego interior (dominante en los rebotes). Así, los Cavaliers cerraron el parcial a toda marcha y volvieron a escaparse (54-38), para tomar distancias de dieciséis.
Si bien el trabajo de Cleveland fue el gran causante de la diferencia plasmada, la realidad indicó que la noche descomunal de LeBron demolió cualquier planificación de los Warriors. James estuvo letal no solo en su ya conocido poderío a la hora de penetrar sino también desde el perímetro, y anotando desde afuera significó una doble amenaza a la cual los Warriors nunca pudieron encontrarle solución.
Golden State intentó de muchas formas, pero ni con Curry, ni con el también gran juego de Klay Thompson logró hacer demasiado daño. Un triple de LeBron dejaba la stuación diecinueve arriba (80-61) y terminó de encender una fuerte alarma en Golden State. Los Warriors necesitaban despertar lo antes posible, y fue así como llegó un terrible parcial de 10 a 0 encabezado por Klay Thompson (con dos triples y una canasta cercana) para que el campeón vuelva a la carga (80-71). La esperada reacción de los Oakland llegó en el momento justo, prometiendo un último cuarto de absoluto vértigo en el Quicken Loans Arena.
En el arranque del último periodo los locales metieron una racha de puntos y volvió a distanciarse. Nada varió y esa escapada fue definitiva, Golden State buscó pero sin ideas y nunca terminó de despertar, favoreciendo a un Cleveland que no perdió el orden. Para colmo de males Curry sumó su sexta falta con poco menos de cinco minutos por jugar y le trasladó un dolor de cabeza más a Golden State.
Solamente restaba ponerle cifras definitorias al juego, LeBron terminó de redondear su brillante partido alcanzando una vez los 41 puntos (ya había conseguido esa cifra en el partido 5) y Cleveland terminó de abrazarse a un triunfo cómodo por 115-101 para forzar así un séptimo partido. Las finales terminarán de definirse el próximo domingo, con el juego decisivo que coronará al campeón de la temporada.
Por basketplus.com / Photo NBA Media
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