El Real Madrid se planta en la semifinales de la Copa después de imponerse a Bilbao Basket en un partido que acabó decidiendo Llull en el último periodo. Valencia será el rival de los blancos por un puesto en la final
Sin opción a digestión, el Martín Carpena barría del parqué las sonrisas de Valencia para que Bilbao y Madrid calentaran antes del segundo duelo de la Copa del Rey. Si Doncic animaba a los suyos desde Dallas, el pabellón estaba dividido. El equipo de Mumbrú buscaba hacer sonar por segunda vez en esta víspera de San Valentín las campanas de la Copa. Mientras, los de Laso tenían la obligación de hacer valer una condición de favorito que en esta Copa se desvanece con facilidad.
Inicio sin sobresaltos
Soltó Peruga el balón al cielo de Málaga y el segundo partido de esta Copa arrancó con Bilbao dejando el miedo de lado. Anotaban rápido en el comienzo los hombres de negro, sin apenas cumplir la mitad de posesión, pero respondía el Madrid desde la paciencia para liderar tímidamente el partido en el comienzo.
Mientras que Randolph y Rouselle destapaban el tarro de la anotación, Mumbrú y Salgado alzaban la voz desde la banda pidiendo más intensidad a los suyos. Ese ímpetu solicitado desde el staff del RETAbet mantenía el partido tan igualado como falto de ritmo. El que sí mostraba un compás latino era un Tavares obcecado, para bien, en el rebote y en la intimidación para evitar las penetraciones rivales.
Las altas pulsaciones que el final del Barcelona – Valencia había provocado eran paliadas por un primer cuarto insulso que Madrid y Bilbao cerraron con un 23-21 y más puntos que emoción. La partida de ajedrez entre Mumbrú y Laso había comenzado sin enroques y el mismo guión iba a seguir el segundo acto.
Los minutos corrían y las alternancias en el marcador eran incontables. La segunda unidad de ambos equipos respondía, pero no lograba romper la igualdad. Siete puntos seguidos de Llull iniciaban el ‘picorcito’ en el balear, pero no era el único que notaba calientes sus muñecas. Rouselle dirigía de manera sobresaliente a los suyos, cuidaba el balón mejor que nunca, y situaba a su equipo ligeramente por delante a falta de 3 minutos (39-41).
Pero si Causeur y Deck daban la vuelta al marcador y amenazaban con romper, por fin, el partido, Mumbrú pedía tiempo muerto para frenar el sprint merengue antes del descanso. Un triple de Campazzo era respondido por Bouteille y el duelo que se marchaba al parón con un 50-47 que resumía a la perfección lo vivido en la primera mitad.
El Madrid activa su defensa
El Bilbao había manejado el ritmo del choque desde el arranque, o al menos esa sensación había dado, y el Madrid, con trabajo y paciencia, estaba liderando por milímetros la carrera hacia las semifinales. El tercer acto entraba en acción y Bilbao mantenía el guión de evitar que el Madrid corriera al contraataque cuando fallaban. Pero con esa pauta volando sobre el Carpena, Carroll se activaba y ponía al Madrid 7 arriba, intentaba responder Bilbao, pero el conjunto blanco había metido la directa.
Después de que Deck convirtiera el primer contraataque del partido, notable partido del argentino por cierto, Mumbrú solicitaba un tiempo muerto que iba a activar más al rival que a su equipo. El nivel defensivo del Madrid parecía haberse duplicado y eso le llevaba a alcanzar una ventaja de 16 puntos que, por otro lado, no le hacía creer que el partido estaba solventado. Eso sí, el Madrid había encontrado el camino.
Campazzo empezaba a correr y a anotar, rozando el doble-doble, y Mumbrú que se desesperaba en la banda con la frágil defensa de los suyos. Un arreón final de los mismos que le habían sacado de los nervios evitaba que la sangre llegara al río antes de tiempo.
Llull a escena
73-63 finalizaba el tercer acto y, con esa decena de puntos de ventaja, el Madrid afrontaba un último cuarto decisivo. La lucidez que los de Laso habían mostrado a la vuelta del descanso brillaba por su ausencia en el arranque del acto final y eso daba vida a un Bilbao Basket sobrado de fe.
Con los de Mumbrú sobrados de esperanza entró en escena Sergio Llull. El balear llegaba bajo un halo de dudas, para algunos, a esta Copa y en el momento más delicado tiró de veteranía para frenar el arreón vizcaíno. Siete puntos seguidos del jugador más decisivo del Madrid en la última década dejaba el partido visto para sentencia a falta 4 minutos (87-74).
Pero una última vida le iba a quedar a Bilbao que, gracias a Bouteille, llegaba al último minuto siete puntos por debajo en el marcador. Pero ese empujón final lo iba a frenar Tavares con un mate sensacional que, ahora sí, dejaba el partido a la espera del bocinazo final.
El Real Madrid se planta en las semifinales de la Copa del Rey después de imponerse a Bilbao Basket en un partido igualadísimo. Los de Laso se verán las caras con Valencia por un puesto e la final del domingo. Las campanas de la sorpresa no sonaron por segunda vez en un Carpena que apaga las luces antes de la doble función de mañana.
fuente: elespanol.com · ACB Photo
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