En una decisión histórica que ha sorprendido a toda la NBA, los Milwaukee Bucks han rescindido el contrato de Damian Lillard, liberando los 113 millones de dólares que le restaban por cobrar en cinco temporadas. Esta maniobra financiera busca dotar de mayor flexibilidad a la franquicia para mejorar la plantilla y consolidar el proyecto alrededor de su estrella, Giannis Antetokounmpo
La llegada de Myles Turner por cuatro años y 107 millones de dólares es una muestra clara de esta nueva estrategia agresiva que busca devolver a Milwaukee a la élite del Este tras superar la incertidumbre causada por la lesión de Aquiles de Lillard en los últimos playoffs.
Aunque Lillard seguirá recibiendo más de 22 millones anuales hasta 2030, su salida marca un antes y un después para los Bucks, que ya han renovado a las piezas clave y ahora suman a Turner como el recambio defensivo que necesitaban, en sustitución de Brook Lopez. Con el declive de los Pacers y la caída de los Celtics, Milwaukee se posiciona otra vez como uno de los grandes candidatos en la conferencia, respaldando el compromiso renovado de Giannis y el ambicioso plan de la franquicia para seguir creciendo en el corto y medio plazo.


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