Nueva York se hartó de perder contra Boston en la temporada regular. Pero en el inicio de las semifinales del Este, en el momento clave y cuando todo parecía perdido, encontró el camino. Los Knicks firmaron una remontada memorable tras ir perdiendo por 20 puntos en la segunda mitad y se llevaron el primer partido en la prórroga, asaltando el TD Garden con un 108-105 que nadie esperaba
Jalen Brunson y OG Anunoby lideraron la gesta con 29 puntos cada uno. Mikal Bridges puso el broche dorado con un robo salvador a Jaylen Brown en el último segundo del tiempo extra, en una jugada que congeló a todo Boston y aseguró la victoria visitante.
Karl-Anthony Towns también aportó con un doble-doble (14 puntos y 13 rebotes), en una noche donde los Knicks demostraron una resiliencia que no se vio en ninguno de los cuatro partidos de temporada regular, todos perdidos ante los Celtics.
El otro lado del drama lo firmó un Boston irreconocible desde el perímetro. Los de Joe Mazzulla firmaron un sonrojante 15 de 60 en triples —incluidos 45 fallos, récord negativo en los playoffs— y tiraron por la borda una ventaja que llegó a ser de 75-55 en el tercer cuarto. La obsesión por el triple les llevó a lanzar 37 de sus últimos 49 tiros desde más allá del arco, con solo 10 aciertos.
Tatum y Brown sumaron 23 puntos cada uno, pero el alero de los Celtics se estrelló desde fuera (1/10 en triples) y protagonizó la acción más dolorosa: el robo decisivo de Bridges tras un saque de banda con tres segundos por jugarse.
Sin Kristaps Porzingis en la segunda mitad —afectado por una dolencia— y con Jrue Holiday recién reincorporado (16 puntos en 39 minutos), Boston se desdibujó en los momentos clave. Derrick White (19 puntos y 11 rebotes) fue de lo poco salvable en un equipo que se diluyó cuando más debía imponer su experiencia.
El último cuarto y la prórroga fueron una montaña rusa. Anunoby, imperial, igualó el partido con un robo y mate. Luego, alternancia de triples —White, Anunoby— y empates constantes. Brunson tuvo en sus manos la victoria en la última jugada del tiempo reglamentario, pero su bandeja no entró. Tatum tuvo una última oportunidad, pero tampoco acertó en su intento desesperado a seis décimas del final.
En la prórroga, Bridges y Anunoby encendieron la chispa con un parcial de 6-0. Y cuando Brown dio esperanzas a los locales con su único triple, Bridges se encargó de apagarlas con un robo letal.
Brunson lo resumió con calma, sin euforia: “No hay una fórmula mágica, pero si seguimos juntos, cualquier cosa puede pasar”.
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