Con un despliegue de carácter y energía, los Indiana Pacers dominaron este jueves por la noche a los Oklahoma City Thunder con un contundente 108-91, igualaron las Finales de la NBA 3-3 y enviaron la serie a un decisivo séptimo encuentro
Obi Toppin lideró la ofensiva con 20 puntos, bien acompañado por Andrew Nembhard (17) y un Pascal Siakam doble-doble con 16 tantos y 13 rebotes. Tyrese Haliburton, a pesar de la distensión en el gemelo que arrastra desde hace días, sumó 14 puntos y mantuvo la dirección del equipo en un partido en el que Indiana fue de menos a más.
Los Thunder, por su parte, nunca encontraron respuestas. Shai Gilgeous-Alexander fue su máximo anotador con 21 puntos, y Jalen Williams aportó 16, pero ambos fueron enviados al banquillo al inicio del último cuarto, con el marcador ya claramente decantado y una desventaja de 30 puntos. La diferencia llegó a ser de 31, la segunda más amplia que ha sufrido Oklahoma City en toda la temporada.
La serie se decidirá el domingo por la noche en Oklahoma City, en el primer séptimo partido de unas Finales desde 2016. Las estadísticas históricas juegan a favor de los locales (15 victorias y 4 derrotas en séptimos partidos de Finales), aunque los precedentes invitan a la cautela: el más reciente, en 2016, terminó con victoria visitante de los Cavaliers en la pista de los Warriors, y otra de las derrotas locales más recordadas fue en 1978… cuando los SuperSonics de Seattle —franquicia que décadas después se transformaría en los actuales Thunder— cayeron ante Washington.
Indiana empezó de forma preocupante, fallando sus primeros ocho lanzamientos y viendo cómo el Thunder se adelantaba 10-2. El ambiente en el Gainbridge Fieldhouse pasó rápidamente de la euforia a la tensión. Reggie Miller, leyenda de los Pacers, se mostraba nervioso a pie de pista con una camiseta de Jalen Rose. Pero todo cambió de golpe.
Desde ese mal arranque, los Pacers dominaron por completo: un parcial de 68-32 en los siguientes 24 minutos dio la vuelta al partido y dinamitó la resistencia de Oklahoma. Por primera vez en toda la serie, Indiana superó con claridad la barrera de los 10 puntos de ventaja —una marca que no había logrado en ninguno de los cinco encuentros previos— y alcanzó los 28 de diferencia en el tercer cuarto.
Ni siquiera los ajustes del técnico rival surtieron efecto. En un intento desesperado por cambiar la dinámica, los Thunder salieron tras el descanso con Alex Caruso en el quinteto titular, desplazando a Isaiah Hartenstein. Sin embargo, el tercer cuarto comenzó con más de tres minutos sin anotaciones por parte de ninguno de los equipos, que encadenaron 13 tiros fallados consecutivos.
TJ McConnell volvió a ejercer de revulsivo desde el banquillo con 12 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias, dando energía a una segunda unidad que desbordó a la de los Thunder.
En los últimos segundos, la tensión se desbordó con la expulsión de James Johnson, tras lanzar un codazo a un rival, aunque el incidente no cambió el rumbo del duelo. Indiana vuelve a creer. Oklahoma City deberá responder como ya lo hizo en las Finales del Oeste ante Minnesota. Todo se resolverá el domingo, en un escenario cargado de historia… y presión.


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