Los Warriors consiguieron un punto de inflexión en la serie, ganando en Cleveland el cuarto partido (97-108) y colocando la final con un balance de (3-1). Los Golden State, que se fueron hasta los 17 triples, tienen hasta tres partidos por delante, dos de ellos en su cancha, para finiquitar el anillo
Golden State logró uno de esos triunfos que parecen quebrar una serie. Por muchos aspectos, por hacerlo de visitante, porque el rival no había perdido nunca en su casa durante estos playoffs y por llevarse un duelo tan bisagra que incluso en el historia parece no tener vuelta atrás.
Hay que decir que históricamente ningún equipo ha logrado superar un 3-1 en una final en 32 oportunidades, un registro contundente que no deja bien parado a los Cavaliers. Por su parte, y no es un detalle menor, Golden State logró establecer un nuevo récord de triples en un partido de finales, sumando 17, superando la marca de 16 que habían impuesto los Spurs en el 2013.
Gran parte del mérito de esos triples y de la victoria de Golden State se respalda en Stephen Curry, quien volvió a tener una labor descomunal y terminó su noche con 38 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias. Ante esto, de poco valieron los 34 tantos que realizó Kyrie Irving para Cleveland.
Todo comenzó parejo, con Cleveland y Golden State sin sacarse diferencias y con protagonistas no tan claros desde el inicio. Harrison Barnes tomó algo de iniciativa en los Warriors, mientras que el dúo compuesto por Kyrie Irving y Tristan Thompson lastimó en los Cavaliers. Klay Thompson tuvo un breve momento en la visita, aunque lo más interesante de Golden State estuvo sobre el final del parcial donde Curry empezó a tener un poco más de peso. Sin estar tan enfocado en LeBron, Cleveland remó siempre pero los Warriors se llevaron 29-28 el primer acto.
Poco cambió en el segundo periodo, dentro de un marco muy igualado donde la intensidad fue tremenda y donde la exigencia que cada equipo le puso a su rival fue altísima a pesar de algún momento más irregular que otro. No obstante hubo puntos a tener en cuenta, porque Irving se encargó de absorber muchas de las responsabilidades locales (gran primera mitad con 16 puntos) y cuando eso se combinó con la aparición de James la historia empezó a tener otro color a favor de Cleveland.
Pero claro, los Cavaliers lograron anotar en segundas opciones, hasta 17 puntos anotaron así, y ante eso Golden State respondió con una buena fórmula desde el perímetro (terminó la primera mitad con 8 triples y arriba del 50% de efectividad). Curry y Thompson tuvieron sus rachas habituales, aunque el momento explosivo de LeBron fue más marcado y gracias a esa mejor performance en las alturas Cleveland terminó arriba por cinco (55-50) el segundo cuarto.
El momento clave del encuentro comenzó con una técnica en contra para Golden State, facturada por Irving y en una diferencia favorable al local que se amplió con un triple de LeBron (61-53). Pero entre Curry y Thompson le pusieron picante al juego, el base ya había metido un triple previo pero el tándem de los Splash Brothers apareció en el momento justo y Golden State terminó pasando al frente por tres unidades a cuatro minutos del final: 72-69.
El ocaso del tercer parcial no vio variaciones, porque si bien seguían siendo para valorar las buenas noches de Irving (al cierre del cuarto alcanzó 27 unidades) y James (ya llevaba doble-doble de 14 tantos y 10 rebotes) lo cierto es que Golden State terminó entrando al último cuarto con ventaja de 79-77 habiendo estado arriba por seis puntos un minuto antes.
Todo terminó de definirse en el último cuarto, porque los Warriors lograron apagar cada intento de Cleveland y el final empezó a clarificarse con el correr de los minutos. Los triples fueron decisivos para destrabarlo, y una bomba de Curry marcó un margen de diez (96-86) que decretó un mazazo del cual Cleveland nunca más pudo volver. Ese triple de Curry rompió otro récord de estos Warriors que todo hacen posible: mejor marca histórica de triples (17) en un partido de Finales.
Cleveland trató de remar contra la corriente pero el nivel de Curry justamente impidió esa remontada. La actuación estelar de la figura de Golden State fue apagando la última llama visitante, terminando el duelo con un 108-97 definitivo y quedando muy cerca de sumar otra corona en la liga.
Por basquetplus.com / Photo NBA Media
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