El Unicaja perdió 68-66 en su visita al Khimki en un partido que dominó claramente durante 39 minutos, pero sucumbió en el último instante por errores propios y el acierto del alero estadounidense Anthony Gill, que con una canasta en la jugada final firmó la remontada para los rusos
La derrota aleja un poco más a los malagueños, ya con un balance de 8-13 en la Euroliga, de su objetivo de meterse entre los ocho primeros de la fase regular, pues el Khimki, que era séptimo, le aventaja ahora en cuatro victorias después de un duelo en el que el Unicaja fue superior durante gran parte del choque, pero pagó muy caro sus fallos en ataque en momentos claves.
El equipo español, sin dos piezas básicas como el escolta serbio Nemanja Nedovic y el ala-pívot estadounidense Jeff Brooks, por lesión, estuvo excelente en defensa en el primer cuarto y, pese a sus muchos errores en ataque, al igual que su rival, se impuso por un estrecho 9-11 en un parcial donde el escolta ruso Alexey Shved logró los nueve puntos de su equipo.
Los andaluces mejoraron ostensiblemente en la parcela ofensiva y anotaron 28 puntos en el segundo periodo a pesar de los 17 puntos de Shved, que al final se erigió en el máximo anotador del partido con 22, y de que por primera vez los moscovitas se pusieron por delante con una bandeja del alero Sergey Monia (21-20, m.15).
Los cajistas continuaron con su ritmo y sin notar las ausencias de Nedovic y Brooks, bien suplidos por la buena actuación del joven base inglés Mo Soluade, que lideró la reacción.
Entre el pívot georgiano Giorgi Shermadini, el ala-pívot Carlos Suárez y Soluade amargaron al Khimki, que declinó en defensa, mientras que sus 22 puntos en ataque no le sirvieron para irse con ventaja al descanso (31-39, m.20) ante el empuje de los malagueños.
El Unicaja estaba realizando un partido sensacional como colectivo, pues no sobresalía ningún jugador en especial, sino que todos aportaban, como el escolta finlandés Sasu Salin, que casi al final del tercer cuarto anotó un triple importante para aumentar la renta de su equipo (42-50, m.27).
El Khimki lo estaba pasando mal y nadie lograba frenar a Salin o al base estadounidense Ray McCallum, que poco después logró la máxima diferencia para el conjunto español (42-52, m.27).
En los moscovitas, Shved había quedado relegado al ostracismo en esta fase, en especial merced a la buena defensa cajista, pero en el equipo ruso salió a relucir entonces el alero estadounidense Tyler Honeycutt, quien, con cinco puntos consecutivos, hacía soñar con la victoria a los suyos (49-55, m.30).
El conjunto andaluz había bajado su consistencia defensiva y poco a poco el Khimki, liderado por Honeycutt, impuso ahora su mayor consistencia y empató el encuentro a 55 (m.34).
Esta igualada da paso a un partido totalmente diferente, con más nervios y ya sin tanto nivel para el Unicaja, que, sin embargo y aún con problemas, supo mantener una leve diferencia (60-66, m.39, tras un triple del polaco Adam Waczynski).
Los malagueños casi saboreaban la victoria, pero llegó un último minuto letal para sus intereses. Dos errores en ataque permitieron la remontada de los rusos, que con un parcial de 8-0 igualaron a 66 y, a falta de 8 segundos, lograron un sufrido triunfo con un palmeo final del estadounidense Gill ante la decepción del Unicaja.
contenidos efe · foto: euroleague media
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