Mario Hezonja y Dzanan Musa, ¿el futuro del Real Madrid?

Da la sensación de que el Real Madrid hará un esfuerzo por fichar jugadores exteriores este verano. El proyecto necesita rejuvenecer algunas de sus líneas y adquirir capacidad ofensiva desde larga distancia

El equipo está inmerso en los playoffs de la liga Endesa, por lo que el club ni habla ni anuncia nada en materia de fichajes, aunque a buen seguro que sus oficinas ya manejan sus opciones de refuerzo y desde la prensa dan por hecho o como muy adelantado dos fichajes que no dejan indiferentes a nadie.

Uno es Mario Hezonja, que en caso de fichar volvería al baloncesto español siete años después. Hace ya semanas que se habla de un acuerdo cerrados para las dos próximas temporadas. Hezonja, que está jugando los playoffs de la VTB-League lo ha negado de manera pública, pero medios cercanos al club blanco insisten en el acuerdo.

Hezonja es un alero, que puede jugar de escolta, o incluso en este baloncesto de hoy de jugadores más bajitos en pista, podría actuar de falso ala-pívot. Con 2.03 y 27 años, este talento croata parece haberse asentado en el viejo continente tras su experiencia de cinco temporadas en la NBA.

Las cualidades del croata son su gran físico y explosividad, que le permite dominar el ataque y sobre el juego con el paso de los años y las experiencias tanto en la NBA como en la EuroLeague, ha cogido solidez. Lo tiene todo para ser una estrella.

Mario comenzó su carrera los 16 años en el Zagreb para inmediatamente fichar por el Barcelona al año siguiente. Los blaugranas tenían claro el potencial del exterior y le firmaron por varios años. Rápido debutó con el primer equipo, su primer partido con la camiseta azulgrana fue en un partido de EuroLeague, y poco después jugó sus primeros minutos en la liga Endesa en la pista del Monbus Obradoiro.

Jugó tres temporadas en el Barcelona, hasta el 2015, llegando a aportar 7.7 puntos en la EuroLeague aquel año. Hezonja con 20 años, llevaba varias temporadas creciendo en uno de los mejores equipos de Europa, pero su mente estaba al otro lado del charco, la NBA le llamaba poderosamente, y serían los Orlando Magic, quienes le escogieron en el nº 5 de la primera ronda del draft de aquel año, quienes le dieron la alternativa estadounidense.

Firma el contrato que le permite su elevada elección en el draft, que le garantiza tres temporadas y algo menos de 12 millones de dólares. Hezonja aprovecha la oportunidad en su año de novato, sufre en el segundo, jugando menos, y en el tercero ofrece sus mejores números en los Magic con casi 10 puntos y 4 rebotes por partido.

Como agente libre en el verano del 2018 Mario ficha por los New York Knicks, donde firma por una temporada y 6,5 millones. El jugador mantiene sus buenas sensaciones de la temporada anterior a pesar del cambio de equipo, con 9 puntos y 4 rebotes por partido y actuando casi la mitad de los partidos como titular.

A pesar de ello los Knicks no siguieron apostando por él, y Hezonja encontró acomodo en los Portland Trail Blazers. Donde su carrera NBA empezó a menguar tanto en salario, 1,8 millones por temporada, como en rol en la pista, bajando sus números a 4.8 puntos por encuentro y algo menos de 16 minutos en pista, menos que en su año de novato.

En la temporada 20/21 los Blazers le enviaron a Memphis Grizzlies dentro de un traspaso a tres bandas, pero el croata nunca se vistió en una cancha NBA esa camiseta y la franquicia decidió cortarle.

Hezonja jugó un total de cinco campañas en la NBA, tres en los Magic, una en los Knicks y una última en los Blazers, con unas medias globales de 6.9 puntos y 3.1 rebotes. Si nos fijamos en los triples, no fue la primera opción del croata para encarar el aro en la NBA, intentando una media de 2.5 triples por partido y anotando 0.8 en el global de su carrera estadounidense.

Con 25 años Mario vuelve a Europa de la mano de todo un clásico, el Panathinaikos, quien antes tuvo que pedirle permiso al Barcelona para ficharle, quien mantenía los derechos del jugador en el viejo continente. Como verde Hezonja destaca. Solo juega 8 partidos en la EuroLeague, pero son suficientes para coger los galones en el equipo, aportando casi 15 puntos. Su físico le hace ser diferencial, y aquí si se prodiga más en el triple, lanzando más, y anotando más, 1,9 por partido.

Esta temporada abandona Atenas para irse al Unics Kazan, recién llegado a la EuroLeague los rusos ven en el talento del croata una opción de liderazgo. Hezonja cumple, aporta 14 puntos y 6 rebotes en un equipo que por momentos se convierte en la revelación de la máxima categoría continental hasta que la guerra les aparta de la acción. En la VTB-League Mario es considerado el MVP de la temporada gracias a sus 18 puntos, 7 rebotes, casi 4 asistencias y 2 recuperaciones de media, y volviendo a fijarnos en su capacidad en el tiro exterior, promedió como en el Panathinaikos un año antes, casi dos triples por encuentro.

El otro es Dzanan Musa, un chico que tras volver a disfrutar en una cancha en Lugo da la sensación que se encamina a una segunda etapa en su carrera, a una segunda oportunidad de estar donde su baloncesto le ha colocado desde muy niño, en la elite.

Musa siempre ha sido un jugador llamado a ser algo muy especial. Su talento y sus 2.06 jugando en posiciones exteriores le colocaron en la lupa del mundo entero, mientras crecía de niño a adulto en el Cedevita, donde debutó con solo 16 años en la EuroLeague y jugó los tres primeros años de su carrera.

Un jugador diferente, capaz de jugar con regularidad en la Euroleague, con 3 puntos por partido, siendo un niño, destacando cada verano con la selecciones inferiores de Bosnia, campeón de Europa Sub-16 en 2016, y máximo anotador del Mundial Sub-17 en 2017, con 34.0 puntos por partido. Con 18 años en su última temporada en Croacia, aportaba 11 puntos y 3 rebotes por partido en la EuroCup y 14 tantos en la ABA-Liga, y todo el mundo se preguntaba cual sería su siguiente paso.

Le quería todo Europa, el Fenerbahce de Obradovic parecía su destino, pero no, la NBA no quiso esperar más por él, y los Brooklyn Nets le escogieron en el número 29 de la primera ronda del Draft del 2018. Con 19 años Musa firmaba un contrato multianual, donde en la segunda temporada cobraría cerca de 2 millones de dólares.

Rápidamente vimos que la NBA iba a ser algo duro para el jugador. En su primer año disputó 9 partidos en toda la temporada, 4 minutos en pista, y 2 puntos por partido. En la segunda campaña jugó bastante más, 40 encuentros, 12 minutos de media, y casi 5 puntos por choque. Parecía una buena proyección, pero no para Brooklyn, que le incluyó en un traspaso múltiple que envió a jugador a Detroit, y tampoco bastante para los Pistons que a las pocas semanas y sin llegar a debutar, le cortaron.

Musa tras sus dos años en Estados Unidos volvía a Europa, y de nuevo volvía a sonar para Turquía. Así fue, pero esta vez para reforzar al Anadolu Efes de cara a su segunda mitad de temporada. Había mucha expectación sobre él, pero no sería nada sencillo reforzar en mitad de campaña a un proyecto tan consolidado como el Efes y con el objetivo de ganar en la EuroLeague por delante. En la competición doméstica Ataman le dio más oportunidades de jugar y rindió hasta unos casi 12 puntos y 4 rebotes, pero en la EuroLeague, competición que al final ganarían, la historia fue bien distinta. Solo disputó cuatro encuentros, solo tres minutos de media, e incapaz de anotar un solo punto.

El Anadolu que le había firmado un contrato de varios años, cambia de opinión y llega a un acuerdo para rescindirlo y para Musa, con solo 22 años de edad, el verano del 2021 se convierte en vital para su carrera. Tenía que decidir su siguiente paso, decidirlo con perspectiva. Tras su paso por la NBA y la EuroLeague sin demasiadas oportunidades, el jugador necesitaba un empujón, jugar, encontrarse así mismo, y Lugo fue el destino ideal para todo ello.

Solo hubo que dejarle espacio, cariño, confianza, dejar que el talento hablase por si solo, y el talento habló. Musa lideró a un Río Breogán que vivió una magnífica temporada, clasificándose para la copa del Rey,  consiguiendo la permanencia matemática muchas semanas antes del final de la temporada y coqueteando con la posibilidad de estar en los playoffs hasta prácticamente las últimas jornada.

Un año increíble donde Musa fue santo y seña del equipo con sus 20 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias, 1.8 triples y la sensación de ser capaz de hacer cualquier cosa en una cancha, de volver a ser capaz de elevar el listón en su carrera de nuevo. Tiene 23 años, tiene toda la vida por delante, tiene una nueva etapa para jugar en la máxima competición continental, o en la NBA en el futuro. A veces dejar madurar una carrera es la mejor opción.