Una canasta en el último segundo del ala-pívot da la victoria al Barcelona ante el CSKA. El equipo de Pesic suma siete victorias seguidas en la Euroliga
Otra vez Nikola Mirotic en el último segundo. Otra vez el ala-pívot de origen montenegrino decidiendo un partido de la Euroliga antes de que sonara la bocina. Fue en Rusia y ante el CSKA. En una pista en la que el Barcelona no ganaba desde 2012. Y ante un rival que en la primera vuelta había tomado el Palau con una victoria de escándalo (67-96). Es la séptima victoria seguida en la Euroliga de los de Pesic.
Mike James se había encargado de arreglar su pésimo partido con un triple a falta de cinco segundos para la conclusión. La pizarra de Itoudis había funcionado y el triple desde la esquina abocaba el partido a la prórroga… pero apareció Mirotic. La jugada fue de factura diferente a la de Valencia.
Aquella fue una acción al poste bandeja que terminó con una bandeja perfecta. En Moscú, Mirotic recibió a cinco metros del aro. Se fue hacia la esquina, dio un paso atrás, se levantó desde casi seis metros y el balón acabó dentro. El Barça tomó Moscú con Mirotic (23 puntos y 8 rebotes) una vez más como referente.
Nikola encontró ayuda de Brandon Davies y de un ex del CSKA, Higgins. El pívot se resarció de su pésima Copa del Rey. Ayudó desde fuera (4/4 en triples para 16 puntos y 7 rebotes) y fue el pilar cuando el equipo no terminaba de carburar. Higgins (17 puntos y 5 rebotes) fue la tercera base sobre la que se apoyó el Barça.
Los de Pesic volvieron a estar huérfanos de bases a la espera de la reaparición de Heurtel. Un mal segundo cuarto, que acabó con un triple en el último segundo de Mirotic, quién si no, obligó a los azulgrana a remontar. Lo hicieron gracias a la defensa, los errores del CSKA en los minutos decisivos y el trabajo colectivo. Luego llegó lo de Mirotic.
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