Oklahoma City y Indiana escriben una nueva página en la historia de la NBA. Por primera vez desde 2012 y 2000, respectivamente, Thunder y Pacers regresan a unas Finales, con un premio que ninguno ha conquistado jamás: el anillo de campeón. La serie arranca este jueves en el Chesapeake Energy Arena, con el Trofeo Larry O’Brien esperando nuevo dueño
Ambos equipos están unidos por un personaje clave en la última década: Paul George. El traspaso que lo llevó de Indiana a Oklahoma City en 2017 acabó siendo la primera ficha de un dominó que ha reconfigurado a ambas franquicias. Los Pacers obtuvieron a Oladipo y Sabonis, y más adelante a Tyrese Haliburton, líder del equipo actual. Los Thunder, tras enviar a George a los Clippers, consiguieron a Shai Gilgeous-Alexander —MVP y máximo anotador del curso— y la elección del draft con la que seleccionaron a Williams.
Gilgeous-Alexander, con sus 31,6 puntos por partido en playoffs, ha liderado a un equipo que no ha dado señales de flaqueza: 68-14 en temporada regular, barriendo a sus rivales con una defensa que se ha consolidado como la mejor de la postemporada (104,7 de rating).
Los Pacers, en cambio, llegaron desde atrás. Estaban por debajo del 50% de victorias en enero y cerraron la fase regular como cuartos del Este. Pero en playoffs han sido un ciclón: 4-1 a Milwaukee, 4-1 a Cleveland y 4-2 a los Knicks.
Indiana aterrizó en Oklahoma City con contratiempos —tormentas obligaron a un desvío a Tulsa—, pero llega con confianza y un ataque explosivo: 117,7 de rating ofensivo, solo superado por Cleveland.
Los Thunder se llevaron los dos duelos previos en temporada regular. Ahora, con el anillo como objetivo, la historia se escribe desde cero.


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