Los New York Knicks, cuartos cabezas de serie de la Conferencia Este, y los Atlanta Hawks, quintos, se enfrentan en la primera ronda de los playoffs de la NBA de 2021. Los equipos no llegan a los playoffs desde 2013 y 2017, respectivamente
Se suponía que los Knicks ni siquiera iban a llegar a los playoffs, y mucho menos a organizar una serie. Una inyección de dureza del entrenador Tom Thibodeau insufló vida a una plantilla que antes se daba por muerta, y el esfuerzo por sí solo puede ganar muchos partidos, especialmente en esta temporada tan corta y accidentada. La clasificación defensiva de Nueva York entre los cuatro primeros es una prueba de ello.
No cometas el error de subestimar su talento. Casi todos los integrantes de la plantilla elevaron su juego bajo el mando de Thibodeau. Nadie más que Julius Randle, candidato al premio al Jugador Más Mejorado de este año. El experimentado jugador de 26 años ha superado los máximos de su carrera, con una media de 24,1 puntos (46/41/81 en tiros), 10,2 rebotes y seis asistencias por partido, lo que le ha convertido en el más improbable candidato al MVP.
El alero de segundo año R.J. Barrett dio el salto en ambos extremos de la pista que uno quiere ver en un número 3 de la clasificación general, y el recién llegado Immanuel Quickley se convirtió en un candidato a Sexto Hombre del Año como novato.
La aparente lesión del pívot titular Mitchell Robinson no pudo ni siquiera detener el impulso de Nueva York, ya que el veterano Nerlens Noel llenó sin problemas el vacío en el aro. Un puñado de veteranos aprovechó igualmente las oportunidades, y su producción colectiva ayudó a convencer a Leon Rose, ejecutivo de primer año, de apretar el gatillo en un acuerdo por el ex MVP Derrick Rose que consolidó a los Knicks como una verdadera amenaza.
Los Hawks estaban 14-20 cuando despidieron al entrenador Lloyd Pierce a finales de febrero, undécimos en la Conferencia Este y fuera de la lucha por los playoffs. Sustituyeron a Pierce por Nate McMillan, de mentalidad defensiva y eterno candidato a Entrenador del Año en los Indiana Pacers durante los cinco años anteriores, e inmediatamente ganaron ocho partidos seguidos. Su récord de 27-11 para cerrar la temporada bajo la dirección de McMillan incluía un índice neto de +4,5 que se situaba en segundo lugar tras los 76ers de Filadelfia, primeros clasificados de la Conferencia Este, desde principios de marzo.
El cambio no fue tan sencillo como cambiar de entrenador. El resplandor de la incorporación de Bogdan Bogdanovic y Danilo Gallinari en la agencia libre se desvaneció rápidamente. Los Hawks no fueron inmunes a los problemas de salud que afectaron a la mayoría de los equipos esta temporada. La primera de las dos ausencias por lesión de De’Andre Hunter, de siete semanas de duración, comenzó el 29 de enero, y el regreso de Bogdanovic de su propio período de siete semanas en la lista de lesionados coincidió con la contratación de McMillan.
Se necesitó tiempo para encontrar el equilibrio. Trae Young cedió parte del control de la ofensiva a Bogdanovic. Los incondicionales del frontcourt John Collins y Clint Capela, que combinaron 32,8 puntos, 21,7 rebotes y tres tapones por partido, se flexionaron entre alineaciones grandes y pequeñas. Se subieron a la ola de las buenas rachas de Gallinari. La incorporación del nativo de Atlanta, Lou Williams, en la fecha límite de traspaso les dio un noveno anotador de dos dígitos para sacar del banquillo. Los Hawks tenían mucho talento desde el principio, y sólo se enriquecieron una vez que empezó a consolidarse.
Cara a cara
Los Knicks barrieron la serie de la temporada, y Randle fue un monstruo, promediando un 38-12-7 en un reparto de tiros de 58/50/82. Ningún jugador ha tenido más éxito contra los Hawks esta temporada. Eso es absolutamente un problema.
Atlanta puede consolarse con no haber mostrado nunca a Nueva York toda su baraja. Hunter y Gallinari se perdieron dos de los tres encuentros, y Bogdanovic uno. Los Hawks llevaron a los Knicks a la prórroga en el enfrentamiento del mes pasado sin Hunter ni Gallinari. Que alguno de los dos ayude a evitar que Nueva York promedie 123,1 puntos por cada 100 posesiones contra la defensa de Atlanta es otra cuestión, especialmente porque Hunter todavía no es él mismo.
En su mayor parte, Thibodeau ha montado a Randle, Barrett, Rose, Noel y Reggie Bullock en los momentos decisivos, pero Thibodeau montará a quien esté trabajando más para ganar en una noche determinada. Quickley, Alec Burks y Taj Gibson también han visto minutos significativos en partidos cerrados. Elfrid Payton es a menudo el hombre extraño.
La alineación Randle-Barrett-Rose-Noel-Bullock ha sido la mejor de Nueva York esta temporada, superando a sus oponentes en 18,3 puntos por cada 100 posesiones en 275 posesiones que no son basura, según Cleaning the Glass. Si se cambia a Gibson por Noel, esa cifra sigue siendo de +15,2 puntos por cada 100 en una muestra similar.
Sorprendentemente, Young, Bogdanovic, Capela, Collins y Kevin Huerter sólo han empezado cinco partidos juntos en toda la temporada. Los Hawks llevan un balance de 4-1 en esos partidos. Esos cinco están superando a los oponentes en 23 puntos por cada 100 en un tamaño de muestra de 227 posesiones y deberían ser los pilares de la alineación de cierre de Atlanta. Un Hunter sano podría sacar a alguien. McMillan también opta ocasionalmente por un mayor espacio en el suelo de Gallinari o Tony Snell.
Debido a que los Hawks han hecho malabares con las ausencias por lesión a lo largo de la temporada, no han tenido a menudo un arsenal completo a su disposición para cerrar los partidos. Han sido un equipo de 0,500 en 36 partidos cuando el marcador está dentro de los cinco puntos en los últimos cinco minutos y peor cuando los partidos están más apretados. Atlanta ha sido superado por 58 puntos en los últimos cinco minutos de 30 partidos de una sola posesión, el segundo peor equipo después de los Detroit Pistons.
A tener en cuenta
Thibodeau va a cazar la defensa de Young cada vez que pueda. Los Hawks permitieron 107,8 puntos por cada 100 posesiones cuando Young estaba en el banquillo esta temporada, igual que el conjunto de los Knicks, que son los cuatro primeros. Con Young en la alineación, la defensa de Atlanta fue 5,2 puntos por cada 100 posesiones peor, el equivalente a una defensa de las últimas 10. En los playoffs, cuando los oponentes trabajen los cambios para machacar a los eslabones defensivos débiles una y otra vez, los problemas de Young, de 1,90 metros, serán aún más evidentes. Reza por Young en el aislamiento.
La cuestión es si Young puede hacer que los Knicks paguen en el otro extremo. Los equipos de Thibodeau a menudo han provocado a tiradores de gran volumen similares para que se queden sin jugar. La eficiencia de Young contra la longitud de Nueva York dictará el espacio para sus compañeros y, en última instancia, determinará esta serie. Los Hawks tienen un balance de 13-19 en los partidos en los que Young no consigue igualar su porcentaje de tiro real medio de la temporada (58,9%).
Fuente: sports yahoo · Foto: USA Today
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