La noche NBA está marcada por el duelo fratricida entre los Thunder de Westbrook y los Warriors de Durant, pero hubo cuatro partidos más. Gentileza de fullbasket.es
Empezamos en Oakland, donde los Warriors recibían a unos Thunder invictos. El gran atractivo del partido, más allá de la competición estricta, era el reencuentro entre Kevin Durant y Russell Westbrook tras la marcha del primero al megaproyecto de Golden State, considerado como un “traidor” para muchos aficionados.
Pero si Durant eligió unirse a Curry y compañía era por algo. Porque el engranaje de los Warriors le permite más espacios en ataque, menos atención de la defensa y una liberación mental de no ser el que siempre tire del carro. Anoche, sin embargo, fue el mejor del partido, sin paliativos. 39 puntos (7 triples) y 7 rebotes, aunque ya en la primera mitad sumaba 29. Porque fue en el segundo cuarto donde el partido se rompió, con un parcial de 37-11 favorable a los locales, que se fueron al descanso 68-43 ante la impotencia de Westbrook.
Otro dato para ensalzar más la figura de Durant: desde el pasado 23 de noviembre de 2015, KD suma 69 partidos consecutivos anotando 20 o más puntos, igualando la cifra que consiguió Jordan en el curso 90-91. Se queda a sólo 3 del propio MJ, que llegó a los 72 seguidos entre 1987 y 1988.
Cuando Frank Vogel llegó a Orlando fue para construir un proyecto desde prácticamente cero, basado en los estrictos patrones de la defensa, dando carta de libertad a ciertos jugadores para explotar su talento. Anoche vimos lo más parecido a la versión que, teóricamente, quieren dar los Magic en cada partido. Ganaron a los Kings con 29 puntos de Fournier y 17 de Ibaka, pero la clave estuvo en la defensa, con Biyombo, Green y Payton (11 asistencias) como tejido interconectado. DeMarcus Cousins, con 33 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias, se quedó sin recompensa.
Defienden mejor que el año pasado, han aumentado un escalón en el grado de competitividad… pero los Timberwolves siguen sufriendo horrores para ganar. Anoche cayeron en casa 99-102 ante los Nuggets de un Gallinari efectivo (19 puntos) y un Nurkic (18) que aporta solidez en la pintura. Minnesota fue capaz de mantenerse en el choque a pesar de su horrenda noche en el tiro, en parte por un superlativo Karl-Anthony Towns (32+14) y un Wiggins que sí estuvo acertado anoche (25). Pero le faltó continuidad a la segunda unidad y un poco de suerte en los últimos minutos, donde Bjelica pudo forzar la prórroga desde el triple pero erró. Mencionamos también el estreno anotador de Juancho Hernangómez (2 puntos en 11 minutos).
Los Pacers no están bien. Y no porque lo afirme Paul George (“Estamos jugando muy mal, es completamente incomprensible y debemos reaccionar ya o no vamos a ser un equipo competitivo”), sino porque su balance es ya de 2-3, con unas sensaciones pésimas en el juego colectivo. La ausencia de George Hill se nota, y mucho. Ante los Bucks poco pudieron hacer, porque Giannis Antetokounmpo y Jabari Parker decidieron que este partido no se les escapaba. Ambos, con 27 puntos, empiezan a hacer soñar a Milwaukee, asentado ya en la zona noble de la Conferencia Este.
Acabamos con la victoria trabajada de los Cavaliers en casa ante los Celtics del rookie Jaylen Brown, que fue titular por primera vez en su carrera y demostró estar sobradamente preparado para sumar en el proyecto de Brad Stevens. 19 puntos y una interesante defensa sobre Lebron, que acabó con 30 puntos, quedándose a sólo dos de superar a Hakeem Olajuwon como décimo máximo anotador de la historia. Cleveland juega mejor que antaño, con mucha más circulación y más jugadores aportando en ataque. Claro que el Big Three promedia más de 60 puntos partidos, con un Love que parece haber recuperado su mejor versión física (26). Los de Ohio, únicos invictos de la NBA (5-0).
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