Reflexionando sobre la ilusionante vuelta de Pau Gasol

Ilusión. Esa es la palabra que mejor resume la noticia de la vuelta de Pau Gasol al F.C. Barcelona. Una noticia que recibí con una sonrisa de oreja a oreja, sonrisa que tanto cuesta mostrar en estos tiempos de pandemia. Personalmente, tan sólo por ese gesto conseguido en mí rostro y la alegría posterior de verlo en Barcelona, en el Palau, su regreso ha merecido la pena

Muchas dudas surgen por el nivel físico que tiene Pau, tras dos años alejado de las pistas. Dudas lógicas, ya que es mucho tiempo parado, pero estoy seguro qué, si está totalmente recuperado de la lesión del pie, el mayor de los Gasol dará buenos momentos en lo que queda de temporada. Cierto es que el mejor Pau ya ha pasado, pero el jugar a baloncesto no se olvida.

Eso y su inteligencia para leer lo que sucede dentro de la cancha debe ser suficiente.
Otro factor que me hace ser optimista es que el de Sant Boi no habría dado este paso, si no lo viera factible. A sus 40 años, Gasol no tiene nada que demostrar. De hecho, para el mejor baloncestista de la historia del baloncesto español lo sencillo habría sido haberse retirado tras una dilatada y exitosa carrera y su reciente paternidad.

Está claro que con Pau habrá que tener paciencia y eso en el Barça lo tendrá. El club azulgrana tiene una de las mejores plantillas de Europa y el refuerzo de Gasol es la guinda al pastel, pero hoy por hoy no es urgente su incorporación. De hecho, el equipo de Saras es líder de la Euroliga y acaba de ganar la Copa del Rey. Cuando llegue, bienvenido será, pero mientras su nivel no sea el óptimo, no debutará.

Las dos partes de esta historia ganan, es un win win en toda regla. Pau se pone a tono en la que fue su casa y el Barça con su incorporación, independientemente de lo que pueda aportar Pau en la cancha, recibe una importante inyección a nivel mediático y de merchandising.

También me quedo con el efecto romántico de ver al pívot español con la camiseta donde todo comenzó. Sería maravilloso verle despedirse por todas las canchas del territorio español, en lo que queda de temporada, a modo de homenaje en activo. Eso y el broche final de que dispute sus quintos Juegos Olímpicos, serían un final de ensueño.

Por último, si al final nada de esto es posible y Pau Gasol no vuelve a disputar un partido de primer nivel, nos quedaremos con que lo intentó. Y eso, ya es motivo de ilusión.