Los blancos superaron al Khimki en un partido muy igualado, que dinamitó Carroll en el último cuarto con 15 puntos
El Real Madrid alcanzó el ecuador de un durísimo noviembre (10 partidos) y consiguió la séptima victoria en la Euroliga, que le mantiene líder e invicto. En su vuelta al WiZink Center tras dos salidas, los blancos, sin la inspiración de otros días en ataque, se impusieron en los últimos minutos a un Khimki que se lo puso muy difícil. Carroll rompió el partido con 15 puntos en el último cuarto. Los blancos saben también ganar a tanteos bajos. Causeur fue el jugador más valorado con 19 (13 puntos y 4 asistencias).
El conjunto blanco no se confió a pesar de la importante baja de Shved en los visitantes y entró en el partido dominando en ambos lados de la cancha, si bien hiló más fino en defensa. Tavares y Randolph (4 puntos y 5 rebotes) se imponían en la zona a un rival que solo encontró la vía de la anotación en Bost y Gill y casi siempre tras rebote ofensivo (5), el lunar de los locales en el inicio. Causeur, con 8 puntos, gracias a sus seis seguidos en los dos primeros minutos, llevó el peso ofensivo de un Real Madrid que alcanzó la decena de ventaja antes del final del primer cuarto (19-9).
Igualdad en el segundo cuarto
La entrada de Malcolm Thomas en los visitantes les dio aire en ataque (9 puntos) al mismo tiempo que adormilaron el ritmo de partido. El Real Madrid pasó sus mayores apuros no pudiendo correr, circunstancia que aprovechó el Khimki para lograr un acercamiento peligroso. Primero con el 24-19 en el 12´ y luego con el 39-35 ya en el último minuto de la primera parte. Sin embargo, la sensación era de aparente control para un Real Madrid que encontraría respuestas a cada momento con el trío Campazzo-Deck-Ayón. Entre los tres, 19 de los 22 puntos de su equipo en un segundo cuarto que terminó 41-35.
La dinámica no cambió tras el descanso. El mérito del Khimki radicaba en negarle el rebote al mejor reboteador de la Euroliga y en su acierto en el triple (3 de Mickey). Unido a la falta de continuidad en ataque de los blancos, fue la mezcla perfecta para que culminaran la remontada a 30 segundos de cerrar el tercer cuarto. Deck, con una canasta sobre la bocina, permitió al Real Madrid entrar uno arriba en el tramo final (56-55, min. 30).
Carroll y la defensa
El partido se había complicado con el paso de los minutos. El Real Madrid no encadenaba una de sus habituales rachas rompe partidos y el Khimki se mantenía en sus trece de disputarle la victoria. Con 60-60 se llegó al minuto 33. Pero el mejor síntoma de los locales era su buen nivel defensivo. Cuando más incierto estaba todo, elevó su nivel atrás. Ya no había rebotes ofensivos de su rival ni tiros cómodos de fuera. Igualó la dureza del Khimki y estos dejaron de ser tan efectivos. Además, llegó Carroll. En la escasez de puntos en la que se movía el encuentro, el norteamericano fue decisivo con 15 en este cuarto, 7 de ellos en los últimos dos minutos para establecer un 74-64 que resultó insalvable para los rusos (79-74, min. 40). La próxima semana, doble jornada europea: Herbalife Gran Canaria (casa) y Olympiacos (fuera).
Nota de prensa Real Madrid • Foto: EuroLeague Media
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