Serbia completa las semifinales (67-83)

Con 22 puntos de Bogdanovic y un juego interior poderoso, Serbia impuso su ley de la constancia ante una Italia carente de más recursos que unas rachas que no llegaron. Los balcánicos se clasifican para semifinales por cuarto verano consecutivo

Serbia se vuelve a colar entre la élite continental, tras imponer su constancia y sus recursos a una Italia de altibajos que no encontró sus picos y rachas.

La superioridad en el juego interior de Serbia (44-19 en el contador de rebotes) tuvo momentos que rozaban lo circense, con Ognjen Kuzmic (9 puntos y 7 rebotes) y Boban Marjanovic (10 y 7) imponiendo sus centímetros con soltura. La sapiencia de Bogdan Bogdanovic y sus 22 puntos acabaron siendo la perfecta oposición italiana.

En un entristecido inicio de partido, Serbia tardaría más de cuatro minutos y medio en anotar la primera canasta. Italia arrancaba cargando el juego en la figura de un Melli superior por talento y versatilidad en la posición de cuatro. Sus ventajas, aunque modestas, eran superiores a las que lograban Kuzmic en el 5 y Bogdanovic desde la creación exterior.

Pese a todo, el nuevo jugador de los Kings rompía el hielo balcánico (5-2). Para encontrar los primeros momentos de lucidez debería llegar Marjanovic. Serbia encontraba en él un eje en la pintura sobre el que hacer girar su juego. La imposibilidad de Italia de negar su recepción, unido a su gran capacidad para doblar el balón ponían en órbita a los balcánicos, que recibían la réplica de un bello 2+1 de Datome. Y de Belinelli. El gatillo fácil de la estrella italiana y el entramado de bloqueos dispuestos para liberarle de su par mantenían la ventaja italiana, que solo Milosavljevic retorcía hasta el 17-18 del final del primer cuarto.

Serbia empezaba a aplicar sus teóricas superioridades en el inicio del segundo periodo: con Bogdanovic empezando a ejercer de facilitador, el criterio en la circulación ofensiva y esa posición de 5 para la que Italia no tenía respuesta individual. A Kuzmic (mate y tapón ante Cusin) le tomaba el relevo Marjanovic, cuya diferencia de altura convertía su impacto en el de un adulto entre niños. Serbia, pese al acierto transalpino desde el triple (5/10), empezaba a abrir brecha: 25-32 (minuto 15).

Cuando los de Sasha Djordjevic se apuntaban al 6,75 con Lucic y Macvan, la diferencia sobrepasaba ya la decena (27-38). Su arsenal se veía completado, mientras su rival sufría para imponer sus poderosas pero poco diversificadas herramientas ofensivas. Así, desde los triples de Burns y Datome, Italia se volvía a encender (33-38).

Y de eso vivían los de Ettore Messina, de los chispazos (que fueron pocos y bien contenidos). Enfrente, una Serbia con el valor de la constancia, castigadora y con un juego interior ante el que Italia solo podía rotar jugadores viendo como los centímetros de Kuzmic y Marjanovic resultaban inalcanzables (37-52, minuto 25).

Es precisamente la misma constancia intrapartido la que escribe la trayectoria serbia en la etapa Djordjevic. Serbia iba escribiendo su cuarta semifinal consecutiva (Copa del Mundo 2014, EuroBasket 2015, Juegos Olímpicos 2016 y EuroBasket 2017), habituándose a estar por encima de las expectativas. Como quedaba escrito por la ausencia de Jokic. Y de Bjelica. Y de Raduljica. Y de Nedovic. Y de Teodosic. De Milos, que había sido la identidad más irrenunciable de la Serbia moderna.

Italia todavía tendría algunos intentos de regresar al partido. La primera, con un 6-0 de parcial en la recta final del tercer cuarto, se frenó con una técnica a Messina. La segunda es esa constante sensación de dinamitero que desprende el juego de Belinelli, siempre pegado a esa sensación de estar a punto de coger la racha buena.

Ante él, la tranquilidad que rezuma Bogdan Bogdanovic. Un triple que era pura ascendencia y una bellísima bandeja eran una nueva muestra de la constancia serbia (61-72, minuto 36). Y su confirmación como referente espiritual de un equipo que contraponía su poso a la efervescecnia italiana, que volvía a estrellarse contra los cuartos de final (67-83).

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Nota de prensa ACB • Foto: FIBA