Triunfo por la mínima del Casademont Zaragoza (70-69)

El Casademont se estrenó ante su público en la competición continental, y lo hizo con un mal partido ante un rival con muchos menos recursos en su plantilla, pero que se empleó con más energía y determinación durante la mayor parte de la contienda (70-69)

En sus actuaciones como local, el cuadro aragonés se venía manejando este curso con seguridad y convicción, con una brillantez colectiva admirable, tal y como había evidenciado en sus tres compromisos de la Liga ACB: arrolló al Obradoiro y al Bilbao Basket, y el pasado fin de semana derribó todas las previsiones con un soberbio triunfo contra el Barcelona. Este miércoles, sin embargo, en su primer encuentro en casa de la Champions League, el conjunto zaragozano no ofreció su rendimiento habitual y sufrió más de lo previsto ante el Falco Szombathely, el campéon de Hungría y el adversario más accesible de cuantos conforman el Grupo D.

La escuadra de Fisac inició el choque con dudas, tras encajar un 2-12 de parcial; y ya no recuperó el pulso hasta el tramo final, cuando hizo valer su mayor talento y serenidad, y la mayor profundidad de su banquillo, para voltear el marcador y firmar su segunda victoria del torneo europeo. A dos minutos de la conclusión, los locales se hallaban en una situación comprometida, a todas luces imprevista (61-65), ante un adversario menor. Entonces, tres puntos de Alocén, un mate de Justiz y una canasta de Radovic situaron por delante a los zaragozanos, a 37 segundos del final. Los húngaros se agarraron a Zoltan Perl, el exjugador del Estudiantes, para prolongar la incertidumbre a la última posesión (68-69). Un palmeo de Radovic (70-69) y, en la siguiente acción, un robo de balón de Seeley dieron al Casademont una victoria por la mínima.

El equipo aragonés afrontó la cita sin Renaldas Seibutis, que sigue recuperándose de sus problemas de espaldas; sin Rodrigo San Miguel, con una contusión en el costado; y también sin Fran Vázquez ni Jonathan Barreiro, quienes finalizaron con diferentes molestias el partido del pasado domingo, contra el Barcelona, y ayer guardaron descanso por precaución.

El Falco plantó cara durante los 40 minutos. Procede de la ronda previa, donde doblegó al Oradea rumano y al Ventspils letón. Los magiares debutaron en la fase de grupos con una derrota en la pista del JDA Dijon (87-68), pero después superaron al PAOK de Salónica, en la segunda jornada de la competición (76-66).

El Falco Szombathely amenazó en los primeros compases (4-12), impulsado por su acierto exterior y favorecido, además, por las numerosas desatenciones defensivas de los locales. El Casademont había saltado a la pista sin determinación, sin su solvencia habitual, y no generaba situaciones ventajosas para anotar. Un mate de Justiz, una penetración de Brussino y dos tiros libres de Radovic redujeron las distancias (10-12), en el ecuador del primer acto. A partir de ahí, el equipo aragonés serenó su juego, al mismo tiempo que intensificó el trabajo en las labores de contención. Y esa mejoría enseguida le reportó réditos: a los 11 minutos, un 2+1 de Hlinason ya puso por delante a los zaragozanos (17-16), quienes, poco a poco, se iban acercando a su verdadera dimensión. Después golpeó Benzing desde el perímetro, con un certero triple; luego Alocén, con una acción genial; e inmediatamente después lo hizo Hlinason, machando el aro después de una asistencia de Vit Krejci. El Falco comenzó a desencajarse sin remisión, más aún tras un lanzamiento lejano de Benzing que conllevó, además, un tiro adicional por la falta personal de Varadi (30-23). Al filo del descanso, Porfirio Fisac dio entrada a Aitor Etxeguren, otra de las perlas de la fértil cantera de la entidad. El ala-pívot, de 16 años, convirtió un triple en una de sus primeras intervenciones. Otra joven promesa con talento y personalidad.

Sin brillantez, sin ritmo, y con un desatino inusual en sus acciones de ataque, el Casademont había volteado el marcador con suma facilidad. En el intermedio, los zaragozanos ya disponían de un renta de cinco puntos (33-28), pese a haber anotado sólo 12 de sus 38 tiros de campo (apenas un 31% de efectividad).

El duelo se mantuvo equilibrado en el tercer acto, en gran medida por el desatino ofensivo de los locales. Por momentos movió el balón con rapidez y criterio, detectó las flaquezas del rival y halló situaciones muy ventajosas cuando dotó de balones al juego interior. Sobre todo cuando encontró a Hlinason, muy superior a cada uno de sus oponentes. Sin embargo, la mayoría del tiempo se manejó con dudas, sin ritmo, sin fe, sin la decisión que demandaba el encuentro. Pese a su mal partido, el Casademont seguía gobernando el marcador a la media hora (53-48), con Hlinason y Benzing -ambos con 12 puntos- como jugadores más incisivos.

Sin embargo, el equipo visitante se fue creciendo con el paso de los minutos, y remontó el duelo a siete minutos de la conclusión (53-57), tras un triple de Varadi. El justo premio a su insistencia, a su vitalidad.

Tras el tiempo muerto de Fisac, el Casademont saltó a la pista con mayor energía y aplomo. Pero el Falco resistió con entereza y optó al triunfo hasta el último segundo de la contienda. De hecho, tuvo una última posesión para haberse adjudicado la victoria (70-69), pero Seeley acabó robando el balón.

fuente: heraldo.es