Una hora con Diego Epifanio: Palabra de entrenador

A pocas semanas para dar el pistoletazo de salida tenía muchas ganas de conversar con tranquilidad con Epi. Para mi la figura del entrenador me resulta muy interesante. Sí, ya se que los jugadores meten las canastas, cierran los rebotes, se lesionan, sufren la intensidad de sus rivales, pero la extenuante y solitaria presión sobre el entrenador, me parece epopéyico

Piratas del Basket: Te quería decir que tu oficio me resulta admirable. Yo parto ya de esa base porque me parece un trabajo tremendamente duro, aunque siempre con la clara idea de una profesión muy vocacional

Epi: Bueno, es una profesión, yo hablo sobre mí personalmente, a mí me gusta muchísimo, disfruto mucho, me gusta mucho lo que significa ser entrenador, la gestión del grupo, lo que significa ayudar a los jugadores, que al final son los protagonistas, a que su rendimiento sea mejor dentro de las necesidades del equipo. Pero sí que es verdad que a nivel personal exige mucho, como todo. Es un trabajo en el que estamos muy expuestos y tienes que intentar aprender a protegerte un poco de eso. Es un trabajo en el que yo, por ejemplo, tengo a mi familia a 500 kilómetros, bueno entonces te lleva muchos sacrificios personales del día a día.

Esta va a ser mi vigésima primera temporada en un vestuario profesional. Cuando estaba en Burgos era más fácil, pero ahora es verdad que te pierdes muchas cosas de la familia, de mis padres, de mis hijos, de mi mujer, del entorno directo, te pierdes muchísimas cosas. Pero bueno, al final, como hablamos antes, es un poco nuestra pasión y hay que intentar, a pesar de todo eso, disfrutarlo.

PdB: Los entrenadores tenéis esa pasión de entrenar. Esto es algo que me habéis dejado siempre claro y que da igual entrenar segunda FEB, como se llama ahora, que ser segundo de la NBA, o categorías inferiores… Pero, en realidad, ¿qué fue lo que te inspiró para llegar a ser entrenador profesional? ¿Y en qué momento te diste cuenta que podías llegar a ser capaz de llegar a conseguirlo? Es algo que muchos entrenadores aspiran.

Epi: Cuando era pequeño vivía enfrente de mi colegio, allí entonces, conocí a la primera persona que me entrenó y me enseñó a entrenar. Yo bajaba muchas veces y ella empezó a meterme el sueño de entrenar. Porque una cosa es ser entrenado, ¿no? Te lo pasas bien, juegas, es lo divertido. Pero bueno, yo tenía mucho tiempo libre, entonces empecé a ayudar. Tenía 15 años, justo fue mi época de instituto.

Siempre lo digo cuando voy a los cursos, yo al principio entrenaba las cosas que yo, o sea, que a mí me entrenaban. Yo era cadete como jugador y hacía los ejercicios en cadetes y yo intentaba hacer eso mismo a los niños de la escuela, y Carmen, que fue mi primera entrenadora y fue la persona que me dio la oportunidad luego de ir ayudándola, muchas veces me decía, “no, eso no se puede hacer con niños … a estos niños no les puedes enseñar este ejercicio si no saben anotarse las zapatillas”… Entonces, ese fue mi primer proceso como entrenador, a aprender, me ayudó mucho, me abrió muchas puertas.

Y después, bueno, pues fui entrenando en la Liga Escolar, luego ya en su momento Atapuerca me abrió las puertas para entrar en su cantera y un año me ofrecieron ser entrenador del primer equipo. Yo lo primero que dije fue que no, porque yo no me veía capacitado.

Yo tenía 24 años y no me veía capacitado… En plan, yo decía, bueno, sí, he jugado, he entrenado niños, pero de ahí a… ¿qué le voy a decir yo a Tony Smith?, que estaba en el equipo, que había jugado en ACB muchos años, ¿sabes? Entonces, yo no me veía muy capacitado para el tema. Y entonces, el primer año que me lo ofrecieron, que me lo ofreció el director deportivo, que en ese caso era Eduardo Pascual, me dijo, “Epi, hemos pensado en subirte al primer equipo”. Y yo les dije que no, yo estaba centrado en mi carrera de profesor. Y al año siguiente, él me volvió a insistir, al cual estuve súper agradecido y me dijo, mira, “he pensado que si no quieres estar en el equipo profesional, no vas a estar en el club”… entonces pensé “pues voy a probar, voy a probar un año.”

Yo no iba con muchas expectativas de estar mucho tiempo. Me gustaba mucho el baloncesto, disfrutaba muchísimo y en ese proceso, tuve la suerte de trabajar con José Luis Oliete, con Niete Volgas, con Gonzalo García Victoria y con Andreu Casadevall, de ayudante. Los primeros años te vas adaptando, había que hacer muchas cosas. Éramos un cuerpo técnico muy pequeño y éramos un equipo, bueno, que estaba en el LEB 2 de aquel momento (actualmente Segunda FEB), y entonces fui encontrando mi sitio, estuve 11 años ahí siendo ayudante y yo me sentía muy a gusto con los cuatro jefes que tuve. Estuve, la verdad, muy a gusto, valoraron mucho mi trabajo, me dejaron participar, cada uno a su manera, y al final te vas encontrando bien en esa posición y de verdad que yo no tenía una aspiración de ser primer entrenador. Igual que no la tenía de haber sido entrenador profesional.

Estuve con Andreu Casadevall ocho años, aprendí muchísimo, él me dio mucho, me potenció mucho, me dio muchas alas, me dio muchas oportunidades y me sentí muy a gusto. Y bueno, al final cuando a Andreu lo llama el Zaragoza para irse a la ACB, y mi primer chip fue irme con él.

Porque yo pensé, nosotros en Burgos habíamos ascendido tres veces, pero nunca habíamos llegado a estar en la liga. Entonces era el plan, yo quiero ver la ACB por dentro, y cuando me dice Andreu, “oye, que me voy a ir”, y me dice, “¿te quieres venir?” Yo dije que sí. O sea, no lo pensé porque dije, bueno, ya luego hablaré con mi familia y les explicaré la situación, pero yo quería ver la liga ACB por dentro. Pero las cosas de la vida fue que el presidente del San Pablo, Álvaro, le dijo a Andreu que la única condición para dejarle salir a Zaragoza era que yo me quedase. No sé si ellos confiaron en mí por la inercia, confiaron en mí por el plan, bueno, acabamos de empezar el proyecto, porque la historia de San Pablo es que en la jornada 7 Andreu se va, que era un poco el pilar. Esto también me ayudó mucho a entender muchas cosas y fue un proceso, como todo, Cuando empecé a entrenar, empecé a entrenar por ayudar, luego cada vez que llegué a un equipo profesional me sentí más cómodo y al final he tenido la suerte de ser el primer entrenador en varios clubes, completando el proceso.

PdB: Te entendí perfectamente y me viene bien para la siguiente pregunta. Yo he entrevistado a más entrenadores y mi pregunta es ¿cuál es tu filosofía de entreno?, es que yo he entrevistado a entrenadores que fueron antiguos jugadores, incluso que fueron algunos fueron estrellas, y luego otros que llegaron creciendo desde la banda. Yo creo que hay entrenadores que son absolutamente diferentes unos de otros. No pueden ser un entrenador como tú que, venga, pues entro para ayudar y de repente tengo un escalón y ayudo, otro escalón, ayudo. O sea, como desde esa humildad del aprender, una circunstancia a lo mejor diferente a un perfil de un exjugador que era un líder en la cancha y de repente en dos o tres años ya están en la elite. Por eso te pregunto, ¿qué filosofía de entrenamiento tienes? Intuyo que desde el esfuerzo y la humildad.

Epi: Yo entiendo que al final los entrenadores tenemos que ayudar a nuestros jugadores que son los principales artistas de esto. La gente no paga entradas para ver a los entrenadores, pagan entradas para ver a los jugadores. Entonces yo me esfuerzo mucho en intentar hacerles ver a los jugadores que es muy importante su esfuerzo, su concentración, por un lado, y que es muy importante la convivencia con sus compañeros.

Yo siempre les digo que en verano se tienen que pegar mucho por defender sus intereses contractuales, pero una vez que entran en el vestuario, eso ya tiene que estar a un lado y todos tenemos que ir en la misma dirección. Creo que eso es donde yo me siento a gusto, trabajando, intentándoles hacer ver que tenemos que intentar buscar soluciones a los problemas que vayan surgiendo, tanto en la pista como en el vestuario, porque al final no dejamos de ser un grupo muy amplio, cada uno con nuestras preocupaciones fuera de la pista… hay que intentar digerir todo eso y lleva un proceso. Pero sí, yo creo que la clave un poco donde yo intento poner mucho énfasis es en decirles, … tenemos que ser muy honestos con el club, con nuestros seguidores, porque ellos esperan lo mejor de nosotros y nosotros vaciarnos.

Luego ya veremos si es suficiente o no. Y a nivel de filosofía de juego, yo prefiero que haya muchos puntos, porque al final es lo divertido. Evidentemente, tenemos que tener un rigor y un esfuerzo defensivo, pero bueno, a mí las primeras ideas que intento plasmar siempre a mis equipos es que es muy importante intentar compartir el balón, que creo que es la esencia de este juego. Mimar el balón, compartirlo y que todos disfrutemos en la pista, porque luego está también la parte de exigencia del esfuerzo defensivo, del esfuerzo físico, luego está el trauma de las lesiones para los jugadores, que son momentos muy difíciles y que hay que superar.

Luego apostar por el colectivo, al jugador hay que hacerle entender que no, que formas parte de un equipo y tu estadística individual no es tan importante, que es difícil porque luego hay que hacerle entender al jugador que necesitamos que aporten en lo individual. Eso sí, siempre, que pongan su talento al servicio del equipo, que no sea para el suyo personal, que bueno, pues como todos tienen sus experiencias buenas, malas, yo siempre digo que nosotros tenemos que apretarles mucho y luego darles la confianza porque al final son ellos los que tienen que hacer un tiro en el último segundo, los que tienen que meter un tiro libre con nueve mil personas ahí, los que tienen que tomar decisiones en muy pocos segundos, tanto ofensivas como defensivas… Creo que eso es lo que el día a día, intentar encontrar soluciones en los problemas que nos surgen, luego el mecanismo salta en los partidos y creo que esa es la clave.

PdB: ¿Te creas tus propias formas de entender el baloncesto que quieren que ellos jueguen o tienes referencias de otros entrenadores?… ¿los entrenadores os copiáis?

Epi: Yo no me considero un erudito del baloncesto, me considero una persona que ha tenido fuente de aprendizaje, cuando fui ayudante intenté absorber todas las cosas y hay cosas que he hecho en mis primeros entrenamientos que no he repetido y hay otras cosas que he hecho igual, porque ellos fueron marcando y luego la propia competición, he jugado contra otros entrenadores, ves cómo entrenan, ves cómo juegan, ves qué decisiones toman, entonces al final sí, hay mucho de copiar, hay mucho de hacer mío una idea, tú ves una idea y dices yo quiero eso, lo que sí que intento dentro de mi debate interno, conmigo mismo y mi debate con mi staff, es que nosotros tengamos muy claro cuál es nuestro mensaje, oye mira, estas son nuestras normas defensivas y qué pasa si pasa esto, dónde está el balón, y ofensivamente me pasa igual, venga, qué soluciones vamos a dar si nos defienden de una determinada manera y muchas cosas son copiadas, yo no me considero alguien que tenga capacidad para inventar algo, y eso que creo que en el baloncesto no está todo inventado, ofensivamente hay spacing nuevos, hay cosas, defensivamente se ha crecido mucho en muchos aspectos de cuando empezaba a jugar, todo lo que es ayudas a la cara, era como una locura, lo que hay que hacer creo que es ir adaptándote, ir adaptándote sobre todo a los jugadores que tienes, porque al final tú tienes que intentar la filosofía que hablábamos antes.

Luego tienes que intentar decir oye mira, si no tengo jugadores que puedan hacer esto, pues tendremos que hacer esto de otra manera, lo que sí, una vez que intentas eso, que en nuestra forma colectiva, nuestras normas colectivas se hayan intentado adaptar un poco, máxima exigencia en que ellos las cumplan, pero sí, yo creo que todos los entrenadores, o por lo menos yo en mi experiencia personal, copiamos muchos, cogemos ideas de otros, las damos una vuelta y las intentamos hacer nuestras.

PdB: Sobre los jugadores, supongo que le darás importancia a todo, pero ¿en dónde pones el punto? ¿más en la condición física o en la preparación mental? ¿Qué te parece más importante? Supongo que es todo, pero ¿ya le das ese toque de relevancia a lo mental?… y más cuando te enfrentas a un desafío importante como es estar en la ACB

Epi: Yo a la hora de confeccionar la plantilla o a la hora de opinar, en cualquier sitio en el que he estado y he podido confeccionar plantillas, creo que hay dos procesos, uno es el proceso puramente baloncestístico, que es el tema de qué condiciones, qué cualidades tiene para jugar, defensivas, ofensivas, cuál puede llegar a ser su desarrollo como jugador en su totalidad, tiene estas características, estas capacidades, esto lo hace bien, esto necesita mejorar, es una parte que es muy importante, es todo.

Y luego hay otra parte que es muy importante y creo que es la personal, como es su relación con sus compañeros, cómo es capaz de aceptar la derrota, cómo acepta la crítica y la corrección y cómo es capaz de superar los buenos y malos momentos. La primera parte, las estadísticas, el vídeo, dice mucho, luego hay que profundizar un poco hablando con compañeros, con entrenadores que los hayan entrenado para saber un poco cómo es más la persona y creo que ahí está la clave, intentar conseguir los mejores jugadores que tengan las mejores cualidades personales o que, sobre todo, una vez que ya tienes eso en la mesa, luego intentar no tener todos los perfiles iguales, no podemos tener 12 que sean la alegría de la huerta, ni 12 que sean unos tristes, tampoco podemos tener 12 que necesiten el balón, entonces dentro de toda esa información hay que intentar que el puzzle quede bien, que encajen todas las piezas y que no queden muchos huecos sin poner.

PdB: Fijándome en ti, que eres una pieza más, ¿tú qué te consideras? ¿Un entrenador líder o un entrenador que eres una parte más de esa convivencia, con ese punto de exigencia por tu puesto, pero que no haces hincapié en ese liderazgo? ¿Eres estricto?, yo he visto entrenadores que hasta saben lo que comen todos los días los jugadores, … y si hay un conflicto entre jugadores, ¿cuál es tu rol? ¿En qué rol tú te sientes cómodo?

Epi: Yo siempre les digo a ellos, tengo la suerte de entrenar jugadores a máximo nivel y yo nunca he estado en el otro lado, la gente nunca ha pagado por verme jugar, la gente nunca ha tenido la presión de tener que tomar decisiones importantes para un equipo, para una ciudad, para un club, yo intento empatizar con ellos, yo nunca he estado en esa situación, pero a la contra también es verdad que llevo 21 años en vestuarios profesionales, mi experiencia me dice lo que les ha ido bien a otros jugadores, yo intento dirigir un grupo desde el ejemplo de puntualidad, esfuerzo, trabajo, de darle importancia a cada segundo que pasamos juntos, porque creo que es muy importante que cada vez que llegamos aquí nos evadamos de todo lo que pasa afuera, ni familias, ni problemas personales, ni momentos, porque al final las temporadas son muy largas y nos pasa de todo,… todo el mundo tiene momentos buenos personales y momentos más bajos, pues hay que intentar evadirse de todo eso, entonces por eso le damos mucha importancia al tema de la planificación, que los jugadores sepan con antelación cuándo tienen que entrenar, cómo son nuestras normas, para que luego nuestra vida personal sea mejor, para que podamos conciliar exactamente la vida personal, porque luego cada uno es un mundo, hay gente que tiene familia, hay gente que no tiene hijos, hay gente que tiene una familia muy lejos, hay gente que tiene una familia al lado, hay gente que está estudiando aparte, entonces tenemos que intentar facilitarles la vida, intentar inculcarles que sean responsables, porque al final son la imagen de un club, y luego están muchos formando su personalidad, porque son jóvenes, yo tengo jugadores de 34 años, otros de 20, 21, 22 años, están formando su personalidad, están formando su futuro, entonces yo muchas veces les digo que no hagamos nada de lo que nos arrepintamos, que tampoco dejemos de hacer algo que nos vaya a arrepentir, entonces es importante…

PdB: Entonces tienes un perfil como, digamos, tutor, ¿no?

Epi: Alguien tiene que decidir por todos cuál es lo bueno para el grupo, para eso me paga, pero también tiene que haber una aceptación por parte del grupo, de que vean que esto tiene un proceso y que ese proceso es muy importante, que al principio puede que no entiendas por qué se hacen las cosas, pero que luego ese proceso hasta ahora puede tener su éxito o tiene su parte que funciona, por eso también creo que es importante el tema de las renovaciones, de que haya gente que entienda cuál es nuestra forma de trabajar, por qué hacemos las cosas y ahí ayuden a los demás a adaptarse rápido. La idea es intentar que vean que estás ahí para ayudarles y ser lo más honesto que puedas ser, porque yo creo que al final el jugador, si tú eres honesto, si tú le explicas la situación, el jugador siempre tendrá una buena reacción.

Escuché unas declaraciones una vez de Ancelotti, que decía que si hay algo del equipo que no te gusta, enfádate con el entrenador del Madrid, pero no te enfades con Carletto. Pues esto es igual, yo me enfado, pero esto creo que al final, como todo en la vida, al final lo que queda son las personas, el trato personal y ahí eso creo que para mí le intento dar mucha importancia porque creo que es muy importante. Mi rol de entrenador.

PdB: Una última pregunta sobre este bloque, más centrado en lo que es entrenar…. ¿tú qué eres de los que le das mucha importancia al análisis del dato o te guías más por las sensaciones del propio juego, de cómo se mueve el balón, de cómo están los jugadores en ese momento, contra qué rivales voy a enfrentar, en qué situación están mis chicos, o te mueves exclusivamente, que ahora sé que vídeo, dato, dónde se colocó la jugada, si en la cruz aquí o en la cruz allí? ¿A ti qué te mueve?

Epi: Nosotros intentamos abarcar lo máximo posible, haciendo un análisis de los datos estadísticos, haciendo un análisis del vídeo, para intentar llegar lo mejor preparados posible a lo que nos vamos a enfrentar. Tanto ofensivamente como defensivamente tenemos nuestras normas generales, pero luego cada semana intentamos adaptar un poco a lo que el rival nos va a exigir.

Hay veces que es muy importante, a lo mejor, dos o tres situaciones tácticas, hay otras veces que es más importante poner el foco en el rendimiento de dos o tres jugadores del rival. Hay que ir jugando un poco para intentar que el jugador llegue lo más preparado posible, intentando evitar una saturación de información, porque hay veces que le exigimos mucho al jugador de nuestro ataque, de nuestra defensa. Al final no saben ni qué hacer.

Entonces es muy importante intentar filtrar. Yo creo que el trabajo de los entrenadores ayudantes es muy importante en todas las competiciones y cuanto más subes, y ya no tanto en la capacidad de trabajo, que es muy importante, sino en la capacidad de síntesis o de análisis. Esta es la clave. Ahí es en lo que intentamos profundizar. Ir al concepto. Encontrar los tres o cuatro aspectos más importantes y no siempre vienen del mismo lado.

Hay veces que es la estadística, hay veces que es la sensación de cómo ves al equipo, cómo llega, y luego intentar adaptar un poco a cómo es tu situación. Hay situaciones en las que el equipo tiene mucha confianza y puedes probar a hacer cosas nuevas y hay momentos en la temporada en que el equipo tiene alguna duda y hay que intentar no cambiar mucho para intentar reforzar el trabajo que hemos hecho. Los conceptos que quieres imprimir.

PdB: Ahora voy a centrarme más en la actualidad, pero en realidad no en la actualidad de lo que nos encontremos ahora dentro de unas semanas, sino un poco también desde lo que es el perfil del entrenador. Creo que el pasado siempre nos influye en el presente. Actuaste, como ya me dijiste, como entrenador jefe en el San Pablo, en ACB, entre los años 2017 al 2019. ¿Qué recuerdos tienes de aquella época? ¿Qué te marcó de aquello ahora que vuelves cinco años después a la ACB?

Epi: Primero a nivel personal fue un proyecto muy ilusionante, me sentí muy protegido. Estaba en casa, el cuerpo técnico que ya conocía, mi entorno cercano, muy cerca de mí. Entonces, a nivel personal solo tenía que poner la ilusión, que era como va a pasar hasta aquí. A nivel personal, estuve muy a gusto. Luego estaba la responsabilidad de decir, joder, yo no quiero ser el entrenador que descienda burgos. No quiero ser yo el entrenador que descienda mi ciudad, porque yo conocía a todo el mundo del club, sabía lo que había costado para la ciudad estar ahí, el empeño que habían puesto muchas personas, entonces era una responsabilidad muy grande decir, vamos a hacer todo posible para salvar el proyecto.

Y bueno, los dos años que estuvimos fueron estupendos, … el primer año salvamos la categoría y el segundo nos clasificamos a Europa… Pero para todo esto empezamos con un balance de 0-7 y eso fue muy duro, fue muy duro para todo, para mi entorno, que sufrió mucho porque me veían sufrir. Y eso personalmente te hace valorar mucho a la gente que está a tu lado. Eso es clave, porque perdiste 7 seguidos, pero el club confió en mí, el grupo también, y al final pudimos conseguir los objetivos. Personalmente para mí era eso, una sensación de ilusión con una sensación de angustia. Entonces me centré mucho en lo que yo podía hacer, en lo que estaba en mi atmósfera de trabajar.

Y luego profesionalmente, es otra dimensión en el sentido de que la Liga ACB tiene mucha repercusión, cualquier cosa que dices, que haces… El entrenador tiene mucha presión, tiene muchos ojos puestos en él. Me enseñó mucho a protegerme del exterior. Yo hago mi trabajo lo mejor que sé, mi máximo esfuerzo, intento ayudar a todos los que están dentro del proyecto y no puedo hacer nada por convencer a alguien que no crea en mí.

De los que están fuera, de los que están dentro, intentar hacerles ver que esto merece la pena. Pero el que está fuera, paga su entrada y ve los 40 minutos, … intentar abstraerme de todo eso… lo he seguido haciendo muy bien, intentando protegerme. Y no es una crítica a la gente que está fuera, porque la gente que está fuera hará su análisis dentro de que sea periodista o sea el aficionado. Podría afectarme sus valoraciones, pero entendí que tenía que hacerme muy fuerte mentalmente y que no me afectaran esas valoraciones y sí a tener muy en cuenta a la gente que está trabajando codo a codo conmigo. Creo que eso me ayudó mucho a exigirme.

Y lo que más me impactó es que cuando lo ves en la tele o lo ves en la grada es una cosa, pero la calidad física de los jugadores, el esfuerzo, la toma de decisiones en mucho menos tiempo que en la LEB Oro, la ejecución, todo es en mayúsculas. Es en milisegundos. A todo eso es a lo que también me tuve que adaptar. Al final, tanto profesional como personalmente, fue una experiencia muy bonita en mi vida.

PdB: Se te llegó a nombrar de forma habitual que eres el señor de los ascensos, ¿te gusta este título nobiliario ganado a pulso a lo largo de estos años?

Epi: Como te decía antes, intento abstraerme bastante. Yo he tenido mucha suerte. Mucha suerte porque siendo ayudante, el equipo en el que estaba yo ascendió durante varias temporadas hasta la LEB Oro, y luego ascendimos hasta tres veces en Burgos a la ACB, primero como ayudante, y luego ya como primer entrenador. Luego fui a Lugo y en la segunda temporada ascendimos y, ahora en Coruña, lo mismo, en mi segunda temporada hemos logrado ascender a la ACB, pero muchas veces cuando me dicen lo del tema de los ascensos creo que se han dado muchas circunstancias. El grupo humano era bueno, la capacidad de trabajo de todos, de staff, de jugadores era muy buena, ilusión. Creo que se dieron muchas circunstancias. Y luego también esa pequeña suerte de en momentos puntuales que no haya lesiones o en momentos puntuales que hay un contratiempo el grupo lo supo aceptar y superar. Bueno, en los tres ascensos que tengo como entrenador jefe son todos distintos, en realidad cada uno de ellos fueron una historia muy diferente.

Creo que sí que siempre se ha dado un denominador común, que es que los grupos eran muy buenos a nivel de vestuario, a nivel humano, a nivel de esfuerzo y luego a nivel de ilusión, para mí es la clave.  

PdB: Está claro que habéis apostando por la continuidad de los jugadores. Seguro que buscando las buenas sinergias que os colocaron justo donde estáis

Epi: Lo cierto es que cuando llegué quería formar un bloque homogéneo, un bloque que fuera duradero en el tiempo, y apostamos por Olle, Aleix, Atu… O sea, jugadores, un perfil joven que tiene capacidad de crecer. Van a estar cuatro o cinco años con nosotros… continuidad. Jugadores jóvenes, igual que nos pasó con Galán. Son jugadores que creemos que tienen un recorrido. ¿Qué pasa? Que luego, lo que hablábamos antes, las piezas del puzzle tienen que ser un poco de todo. Por ejemplo, Figueroa… su primera experiencia del año pasado en Alemania fue muy buena. Tiene físico, tiene mucho hambre, tiene 26 años, es un jugador que aún tiene mucho que demostrar. Que ya ha hecho muchas cosas, pero tiene mucho que demostrar, que tiene mucho potencial.

Bueno, hay que jugar un poco el equilibrio entre tener jugadores que tengan esa capacidad o esa experiencia y combinarlo con gente que tenga energía, que tenga ilusión, que tenga ganas. Que son gente que aún tiene retos por superar. Y combinarlo con gente que ya ha vivido, a lo mejor, en su carrera o en algún momento ya ha vivido cotas mayores. Hay que intentar hacer ese entramado.

PdB: Renovasteis a ocho jugadores, y venimos de unas temporadas, dos en tu caso, de ganar muchos partidos, y ahora vamos a ir a una que, por desgracia, yo anticipo que no vamos a ganar muchos partidos. Entonces, estos ocho jugadores que vienen de un ecosistema totalmente diferente, ¿qué sobreesfuerzo te va a suponer inculcarles esta adaptación?

Epi: Es de las primeras cosas que hemos hablado con ellos, es decir, aquí todos hemos vivido una experiencia buenísima, ¿vale? Pero no todo fue maravilloso. El año pasado también tuvimos momentos malos, el año anterior, momentos de dudas, momentos de… Tuvimos la presión de subir, que al principio no la sentíamos. Éramos más nosotros mismos la que nos metíamos en esa presión, pero luego al final tuvimos que superar eso, el entorno, … tuvimos que superar lo de Olle, tuvimos que ir a un partido sin varios jugadores. Bueno, y eso lo fuimos superando.

Entonces ahora nuestro primer mensaje ha sido, eh, los que estáis aquí, ocho, más todo el staff, sabemos que no fue fácil el año pasado, que sufrimos mucho. Entonces ahora lo importante es hacer el máximo esfuerzo por decir, bueno, el año pasado, nosotros ya hemos pasado la historia de este club, ¿vale? Pero ahora queremos seguir haciéndolo y sobre todo no queremos pasar la historia porque nos señalen por lo malo. ¿No? Lo que te decía antes, ya estábamos con la presión de que no queremos descender.

Entonces, chicos, estamos aquí, … ahora va a cambiar un poco el rol. Ahora tienes que aceptar que tu rol va a cambiar. El tema de los minutos, el tiempo que vas a tener el balón en tus manos, el uso de las faltas… Pero no tiene que cambiar en nada en lo que significa el vestuario, la convivencia del día a día, el trabajo del día a día. El parqué es el mismo, que te acostumbres a eso. Eso es, que acostumbremos a todos a eso, a su nuevo rol.

Y a los cinco nuevos… nosotros aquí ya tenemos una forma de convivir, tenemos una forma de trabajar, … os tenéis que adaptar. Y luego, nosotros nos tenemos que adaptar  a lo que es la Liga ACB. De los ocho, hay varios que ya han estado, pero hace tiempo que no están.

Entre todos nos tenemos que acoplar, nosotros esperamos que dentro del sufrimiento que va a ser adaptarnos a esta liga tan competitiva. Que el hecho de renovar tantos como ocho, que ya se conocen, sobre todo que conocen la idiosincrasia del club, las cosas buenas y malas que puede llegar a tener, que conoce la ciudad, que conoce a nuestros aficionados, que conoce nuestra forma de trabajar…. Intentamos que todo eso nos ayude más que lo que nos puede restar el hecho de llegar a una competición donde tenemos que aclimatarnos cuanto antes. Somos los novatos. Nos tenemos que adaptar al arbitraje, nos tenemos que adaptar al ritmo de juego y nos tenemos que adaptar al ruido mediático que vamos a tener. Entre todos, tanto los que renuevan del año pasado como los nuevos, se trata de sumar.

PdB: El año pasado estabas saturado con la palabra ACB, muchos meses antes de lograr el objetivo, ¿Cuál crees que será la palabra hit parade de esta presente temporada?

Epi: Pues no lo sé. No lo sé. Lo del año pasado era un poco en plan proteger al vestuario. Decir, ey, no nos metamos más presión. Disfrutemos nosotros dentro del vestuario, que disfrute el club, que disfruten nuestros aficionados de la experiencia que estamos viviendo. Y no hablemos del año que viene. Porque posiblemente el año que viene, algunos de los que estaban dentro, como ha pasado, ya no van a estar. Entonces, demos valor a lo que estamos viviendo. Para mí era una manera de proteger al vestuario y decir, venga, vamos a exigirnos en el día a día, vamos a intentar dar nuestra mejor imagen. Que no nos pese lo que puedan decir de nosotros. Y disfrutemos, porque en la vida es muy importante disfrutar.

Ahora este año, pues no sé cuál será el hit. Alguno habrá. Seguro que en algún momento tendré que focalizar algo. Casi siempre es un poco por proteger al vestuario y por poner en valor un poco el trabajo. Nosotros tenemos ahora un reto que es muy bonito, pero que es muy difícil.

Tenemos que intentar sumar todos los de dentro, nuestros aficionados. Bueno, ha habido un cambio de chip también en los aficionados. Aquí había una masa social y ahora seremos, somos muchos más en la grada.

Que los que llevan desde el primer día apoyando al club son conscientes, sin ningún tipo de duda, de lo que ha costado llegar hasta aquí, con lo cual nosotros lo que le podemos prometer a esas personas es, como hasta ahora, que nosotros vamos a dar nuestro máximo y necesitamos de vuestro apoyo al máximo. Luego, bueno, ya haréis las valoraciones después, pero en el momento del partido necesitamos que esos nuevos que vengan pues se adapten un poco a esa necesidad que vamos a tener como equipo, de que vayamos todos en la misma dirección, de animar, de igual que nosotros vamos a intentar transmitir que no damos ni un balón por perdido, que no perdemos ni un segundo en la pista, aunque lo hagamos muy mal. Necesitamos de toda su fuerza, de todo su cariño, de toda su energía positiva para sacar esto adelante.

PdB: Este es el tercer año tuyo en A Coruña y entonces he visto tu trayectoria, donde has estado dos años en Lugo, unos meses en Madrid, y me he dado cuenta que tu experiencia más longeva fuera de Burgos, que es tu casa, a lo mejor ya es aquí. ¿Qué opinas de la ciudad? ¿Te sientes integrado? ¿Si tienes amigos aquí? ¿Cómo llevas estar fuera de tu núcleo familiar que está tan lejos? Que integrado está el Epi de fuera de las canchas.

Epi: Bueno, pues mira, te diré que sí, que es verdad, va a ser mi experiencia más larga en un club fuera de Burgos. El club me ofrecía vivir en el centro. Disfrutar de la ciudad. La verdad que el piso estaba muy chulo y les dije, no, yo quiero un piso al lado del pabellón. Entonces vivo a 3 minutos andando de Riazor. Mi objetivo cuando fui a vivir allí es en plan, yo voy a pasar mucho tiempo en el pabellón, básicamente es un poco mi filosofía.

Entonces, eso me lleva a que cuando viene mi familia intento dedicarles tiempo, no les dedico lo suficiente, seguro, y cuando estoy con ellos me hace que no salga mucho por la ciudad. También te digo, si alguna vez he salido, he salido a cenar o he salido con alguien. Porque sí que he tenido gente que se ha ofrecido a ayudarme a adaptarme un poco a la ciudad.

Sí que es verdad que con el tiempo voy entendiendo que es bastante importante intentar compatibilizar las dos cosas, tanto la vida profesional como la personal. Pero al final me intento extraer mucho. Básicamente te diré que cuando acabe la entrevista me voy a ir a nadar, de nadar me voy a ir a comer, voy a volver al pabellón, saldré a las 8 del pabellón y me iré a casa.

Esto no quiere decir que sea un monje de clausura, pero no suelo hacer demasiadas cosas. Intento pelear con eso, de hecho ya llevo un tiempo intentando ir a algún sitio que ponga música en directo. A mí me mola mucho la música y me parece una forma de conectar. Siempre que alguien me ofrece un plan de esos me estoy apuntando. Sí que es verdad que cada vez me cuesta más salir a cenar porque me tengo que cambiar. Parece una tontería, me tengo que poner vaquero, elegir la ropa… Me gusta mucho cuando viene gente de fuera a verme y salir a comer. Me siento más a gusto.

Mi familia es bastante de estar por casa. Cuando vienen mis hijos les encanta jugar al básquet en el palacio, en el parque, vamos a ver equipos de cantera. Sí que es verdad que alguna tarde si tenemos libre salimos a pasear un rato. No hago muchas cosas, pero sí que intento, que me cuesta mucho, cuando estoy haciendo algo personal no darle muchas vueltas a lo profesional.

Intentar desconectar un poco. ¿Lo logras? Se lo prometo siempre a mi familia, no lo estoy consiguiendo. En Lugo me pasó una cosa muy curiosa. Hicimos muy buena relación con la familia del doctor. Hacíamos un poco más cosas fuera del ámbito del baloncesto. Era verdad que a veces, sin querer, siempre hablabas de trabajo, pero ya era en otros espacios distintos. Eso sé que mi familia lo agradeció mucho.

PdB: Conozco bien Lugo y conozco bien Coruña, y sé que son ambientes diferentes y que son ciudades diferentes. ¿Qué es lo que más te gusta del gallego? De lo que es el paisaje, del paisanaje. ¿Y qué diferencias más notables que sé que las hay, percibes?

Epi: A mí, por ejemplo, en Galicia me llama la atención un poco que la gente vive bastante en la calle. ¿No? O sea, hay que decir, en Burgos hace mucho frío, entonces la gente no para en la calle. Sin embargo, a mí una cosa que me llamó mucho la atención, y sobre todo cuando llegué a Lugo, es que en Lugo se vive mucho en la calle, a pesar de la lluvia. Entonces, que la gente sale a la calle y la lluvia no es una excusa para quedarte en casa.

Eso es lo que más me llamó la atención, que la gente sale a la calle a pesar de la lluvia y luego no es solo de estar dentro del bar, sino de convivir en la calle, lloviendo. Entonces, a mí eso fue el primer cambio que dije, … entonces ¿qué necesitas aquí? Pues un buen calzado y un buen chubasquero. Se acabó el paraguas, porque el concepto de paraguas no existe, o sea, no te ayuda la convivencia.

Respecto a Lugo y Coruña, Lugo vive el Breogán de una manera, o sea, lo que es el baloncesto, el breoganismo, de una manera brutal. Yo me sentí en Lugo muy observado en el sentido de que todos saben quién es el entrenador del Breogán. Y es muy importante para ellos el sentimiento del breoganismo. Es un factor muy importante en sus vidas y es una cosa que le da mucho valor a la ciudad, a la ciudadanía.

Yo como entrenador de baloncesto viví la diferencia de llegar a Lugo y todo el mundo sabía lo que yo hacía. Todo el mundo lo tenía como muy controlado. Y aquí en Coruña, creo que el primer año me reconocieron más de tres personas en una temporada entera por la calle. Y bueno, ahora con esto hay un poco más de impacto, pero sí que hay una diferencia. Yo hablo sobre lo que es el entrenador del equipo de la ciudad de baloncesto, que en Lugo el seguimiento es un poco mayor, bueno, un poco no, es muchísimo mayor.

PdB: Epi, estoy seguro que eso fue el primer año, ahora eres y sois todo un referente más en la ciudad, y nos habéis permitido vivir una temporada en la máxima competición del baloncesto español, que seguro, nunca olvidaremos, la primera nunca se olvida… Muchísimas gracias por tu tiempo.

Fotografia: @basquetcoruna