Una permanencia de equipo

La crónica de un regreso a casa con la mejor recompensa posible: un año más en Liga Endesa

El Rio Natura Monbus Obradoiro ha sellado la permanencia este sábado en Andorra. Con una victoria coral, la jornada se alargó más de lo planeado y ha servido también para recordar lo que da el baloncesto más allá de la pista, y el significado más extenso del concepto “equipo”.

No en vano, los acontecimientos que sucedieron a ese gran título logrado, así lo demuestran. Incluso el intento de ducha al presidente cuando este entró al vestuario a felicitar a los chicos, aunque haya acabado, contradictoriamente, en agua.

Tras la foto de rigor en la que muchos aprovecharon para sacar pecho, pecho de su “Obra” y de no haber dejado de creer, las piernas cansadas pedían una tregua.

Cuatro americanos, un australiano, un polaco, un ruso, un lituano, un ucraniano, un griego y cinco españoles. Podría ser un chiste, pero es en realidad la parte trasera del Monbus que en tres horas, llevó al equipo de Andorra a Barcelona para pasar la noche antes de volver a casa. No se crean que los compostelanos nativos y adoptados de la parte delantera estaban menos graciosos.

Tomó el micro Fran Cárdenas, mientras sus compatriotas Pozas y Chagoyen ejercían de animadores de la fiesta. Maric y Caloiaro han descubierto gracias a una semana durmiendo juntos, que comparten humor, y que no es tan diferente del andaluz. ¿Quién lo diría?

De repente, el ex capitán Rafa Luz se suma por Skype a la fiesta, mientras se suceden las llamadas, los audios de Whatsapp, los comentarios en Facebook y los tweets de otros muchos que han sido y son de los nuestros. Comprobamos que Muscala aún recuerda algo de español, que Micky sigue siendo un cacho de pan y que Stanic también nos tiene presentes seis años después. Rivales gallegos como Antelo o compañeros y vecinos como el Santiago Futsal.

Nadie posee crónica de la noche barcelonesa, pero sí de las caras en el desayuno del domingo. Caras, que cambiaron precisamente tras un vuelo con retraso que a las nueve de la noche pasadas aterrizaba en las pistas del Aeropuerto SCQ.

En la puerta de salida, una decena de aficionados esperaban a la expedición…Y pensaban que eso era todo hasta llegar a Sar. Por una vez, pudieron ser ellos mismos quienes grabasen el Miudiño con sus móviles, e incluso los más atrevidos se atrevieron a entonarlo, que para algo lo habían ensayado la noche anterior en el autobús.

Hoy es lunes, y quizás con un inicio de nostalgia, la pereza propia del momento, pero sobre todo, mucha mucha alegría, observamos el plan de entrenamientos semanal. Solo un último empujón para repetir fiesta con 6000 invitados de honor.

nota de prensa Obradoiro CAB

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