Los Minnesota Timberwolves sentenciaron su pase a las finales de la Conferencia Oeste por segundo año consecutivo tras imponerse con autoridad por 121-110 a unos Golden State Warriors que, sin Stephen Curry, se vieron incapaces de frenar el poderío ofensivo de los de Minnesota en el quinto partido de la serie
Julius Randle fue el gran protagonista de la noche, firmando 29 puntos con un impresionante 13 de 18 en tiros de campo, una actuación que impulsó a los Wolves en un encuentro donde nunca soltaron el control. A su lado, Anthony Edwards brilló con 22 puntos y 12 asistencias, demostrando una madurez notable para liderar a un equipo que ahora espera al ganador entre Denver y Oklahoma City. Si los Nuggets fuerzan un séptimo partido el jueves, Minnesota podría disfrutar de hasta cinco días de descanso antes de la gran cita.
Por el lado de Golden State, la ausencia de Curry por una lesión en el tendón de la corva, sufrida en el segundo cuarto del primer partido, volvió a ser una losa imposible de levantar. Brandin Podziemski emergió como el líder ofensivo inesperado, firmando un récord personal en playoffs con 28 puntos.
Jonathan Kuminga también destacó con 26 puntos desde el banquillo, pero sus esfuerzos resultaron insuficientes ante un Minnesota que dominó en todas las facetas. Jimmy Butler y Buddy Hield, claves en el triunfo inicial, quedaron en deuda en los partidos siguientes, y los Warriors se vieron superados en cuatro encuentros consecutivos por primera vez en postemporada desde 1972.
La serie dejó claro que, aunque Golden State planteó mayores dificultades defensivas que los Lakers en la primera ronda, el arsenal ofensivo de Minnesota, capaz de anotar en todas las áreas y con un ritmo frenético, fue demasiado para los de San Francisco. Rudy Gobert se adueñó de la pintura con 17 puntos, mientras que Mike Conley añadió 16 puntos y ocho asistencias. Además, Donte DiVincenzo recuperó su puntería con 13 puntos, y los Timberwolves encestaron un demoledor 77% en tiros de dos (36 de 47).
Los partidos de cierre de serie suelen ser trampas difíciles de superar, pero los Wolves se mostraron implacables, con una combinación de intensidad defensiva y acierto en el tiro que prácticamente sentenció el encuentro desde el inicio.
Randle, que está firmando unos playoffs memorables, volvió a brillar en los momentos clave. Una jugada en particular encendió al Target Center: tras capturar el rebote de un triple fallado por Draymond Green, Jaden McDaniels lanzó un pase largo para que Randle definiera en bandeja y, con un adicional, ampliara la ventaja a 62-47, desatando la locura en las gradas.
Los Warriors, liderados por un combativo Jimmy Butler que sumó 17 puntos, llegaron a recortar una desventaja de 25 puntos en el último cuarto, acercándose hasta un 99-90 tras un raro triple de Moses Moody. Pero Edwards, imparable, respondió de inmediato con un triple propio, y la diferencia nunca volvió a caer por debajo de los dobles dígitos.


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