Utah tuvo la posibilidad, ante el amparo de su afición de cerrar la eliminatoria, pero al final cedieron en un encuentro siempre muy disputado, a pesar de los esfuerzos de Hayward. Al final el control de Paul y la diferencia interior de Jordan, marcaron la diferencia
Típico partido a vida o muerte. Con gran igualdad en todo momento, la suerte se decidió en el tramo final del tercer acto, cuando los Clippers se fueron a una renta de 8/10 puntos, que luego supieron administrar hasta el bocinazo final.
Gran parte de culpa la tuvo Paul (29 puntos 8 asistencias), que en otro gran partido del base, controló el tempo de partido, ejecutando lo necesario para controlar la situación, y además contener a un Hill muy incisivo. Hayward muchas veces, con 31 puntos y 7 rebotes, parecía hacer la guerra por su cuenta.
Pero Utah pagó caro que más jugadores no se unieran a la causa, solo Gobert (15 puntos 9 rebotes), aunque perdió la partida particular con Jordan (13 puntos 18 rebotes), lo intentaba. El banco visitante, con Crawford (12 puntos) y Speights (9 puntos) dando buenos descansos, y la aportación de Rivers y Moute, ambos con 13 puntos, demostraba la mayor capacidad de los Clippers para forzar el séptimo y definitivo de la serie.
Utah: Hill (22), Ingles (0), Hayward (31), Diaw (5), Gobert (15) [5 inicial]; Johnson (9), Hood (4), Neto (5) y Favors (2).
Clippers: Paul (29), Redick (4), Rivers (13), Moute (13), Jordan (13) [5 inicial]; Pierce (3), Crawford (12), Johnson (0), Speigths (9) y Felton (2).
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Photo NBA Media
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