80 ediciones de Copa, un sueño común

De campos de tierra a pabellones lleno. Del blanco y negro a los recuerdos más recientes. De 1933 a 2015, la historia de un torneo que nació con épica y sigue viviendo de ella. ¡80 ediciones de Copa!

Todo arrancó a las 10 de la mañana de un 15 de octubre de 1933. Cuatro equipos, un título, una fecha histórica para el baloncesto español. El origen. Las raíces. Y ya eran conscientes de ellos. “Es un acontecimiento magno, deseado por nuestra afición desde hace mucho tiempo. La fecha de hoy marca un gran paso, quizás el mayor, para la implantación definitiva del basket en España”. La previa del inicio de la primera Copa de la historia, escrita por El Mundo Deportivo, resultó profética. Nada volvería a ser igual.

El sueño de Eladi Homs, que regresó de un viaje a Estados Unidos en 1911 prendado del basket y dispuesto a introducirlo en España. El del Padre Millán una década más tarde o el de tantos pioneros, locos y románticos que en ese momento no podían imaginar la dimensión de su apuesta. El baloncesto crecía y en 1923 ya se celebró el primer campeonato de Cataluña. Ocho años más tarde, el de Castilla. En el 32, jugaron de manera oficiosa y simbólica los campeones de cada región. Sin embargo, no fue hasta 1933 cuando se jugó, de manera oficial, el primer Campeonato de España. La primera Copa. Y qué Copa. Semifinales a doble partido. A las 10h, Juventus-Rayo, el campeón catalán contra el subcampeón madrileño (oficialmente, de Centro), con victoria para los de Sabadell por 40-25. A las 11h, Iluro-Madrid, subcampeón catalán frente al campeón de Centro, con tanteo final de 21-17 para los de Mataró ante un equipo que en años de República perdió en su denominación “Real”.

Ramos de flores, fotógrafos por todos lados, hurras, vermús y saludos deportivos entre los adversarios. Y polémica en la vuelta a la semana siguiente, con el Rayo remontándole al Juventus (23-6) y el Iluro retirándose cuando caía por 12-5 por una decisión arbitral. El colegiado pidió disculpas algo tarde y el boicot, compartido por los equipos catalanes, se extendió al año 34, tras el triunfo del Rayo en la primera final copera por 21-11 en un campo de tierra.

En 1935, la final se jugaría en unas pistas de tenis, las del Montjuic, ante más de 250 personas, con Valencia incorporándose al torneo y triunfo del Société Patrie barcelonés. Finalmente, en 1936, el Rayo se llevó la Copa nuevamente tres meses antes de que empezara la Guerra Civil, que provocó que no se volviera a disputar el trofeo hasta 1940, ya con 8 participantes, con Aragón entrando en liza.

Fue la de los 40 una época dominada absolutamente por los conjuntos de Cataluña. Del CB Hospitalet al RCD Español, pasando por CD Layetano, Juventud de Badalona y, especialmente, el Barça, que se estrenó en el 43, ganó tres seguidas entre el 45 y el 47 -quedándose con el título en propiedad- y repitió en el 49 y 50. La Copa, llamada ahora del Generalísimo, tenía cada vez más diversidad. 8 equipos, 16… ¡24!

Primero entraron equipos de Murcia, Galicia, Asturias, Extremadura, Baleares y País Vasco. De andaluces a canarios, pasando por Ceuta. Había equipos de policía armada (“Lapoli de Oviedo”) de militares (“Regimiento de Infantería”, de Valencia) y hasta de estudiantes emigrados, como el Canarias de Madrid.

Los formatos cambiaban constantemente. Unas veces adoptaba formato de liga, otro con liguilla, al siguiente de eliminatorias a doble partido. Rondas clasificatorias, fases finales. Los cambios no impedían que la pasión se desbordara, con primeras leyendas como Kucharski, que ganó en el 50 su quinta Copa, con tres equipos diferentes, delante de 10.000 personas en la Plaza de Toros Las Arenas, superadas dos años más tarde por las 15.000 al aire libre que se dieron cita en Alicante para ver la primera doble prórroga en una final, con triunfo madridista frente al Juventud.

Las anécdotas se sucedían. De aquella final del 51 en San Sebastián que cambió de ubicación a ultimísima hora -con aficionados, árbitros y equipos yendo de un lado a otro entre carreras- porque las canastas no cabían en la puerta de entrada de un frontón a la celebración anticipada del Aismalíbar en el 56 antes de que el Real Madrid mandara la final a la prórroga para acabar ganándola. En 1957, con el nacimiento de la Liga, la Copa pasó a un segundo plano. Tanto que la final de ese año se jugó en el Club de campo de Vigo a las 12 de la noche y, al año siguiente, el Juventud ganó en Zaragoza una final que arrancó a la una de la madrugada. ¡Y con prórroga!

Los 60 supusieron el inicio del dominio del Real Madrid de Ferrándiz, que conquistó 11 títulos, 6 de ellos consecutivos. El formato seguía mutando después de ediciones en los que hasta se vieron a equipos de la segunda categoría del basket nacional. Un año los cuatro primeros de liga, otro los ochos de arriba, después los doce participantes en el torneo liguero, con octavos, cuartos, semis y una máxima: final a un partido. Lugo, Salamanca… hasta 35 ciudades diferentes han acogido la fase final copera a lo largo de la historia. Alfonso Martínez, con el Juventud, se convertía en el 69 en el jugador con más Copas ganadas con equipos diferentes (4) antes de que el Real Madrid no diera ninguna opción al resto entre el 70 y el 75. Con el fin de la dictadura en España, el torneo cambió de nombre en 1977, en el último de los títulos coperos celebrados por Luyk (10).

El FC Barcelona tomó el control y se adueñó de la Copa del Rey durante los siguientes 6 años, del 78 al 83, con finales tan apasionantes como aquel 108-110 contra un épico Real Madrid con 5 eliminados, Fernando Martín lesionado y solo 4 jugadores en pista en los últimos instantes. La guinda a una era que concluiría justo en el arranque de la época moderna de la Copa, a partir de la campaña 1983-84, con el comienzo de la ACB.

Se daba paso finalmente al torneo moderno, con fase final. Ya no se jugaría al término de la liga sino en mitad de temporada. Aquella edición del 84, con Magee festejando la machada del CAI delante de su afición, será siempre eterna. Como el duelo entre Epi (36) y Villacampa (31) en las semis del 86 (115-120 para la Penya), en el partido con más puntos del torneo.

En 1987 la Copa era ya cosa de ocho, los cuatro primeros del grupo Par e Impar y, en 1989, un año después del triple final de Solozábal contra el Real Madrid, la Copa se vistió de multisede, con cuartos en Santiago, Ourense y Vigo, semifinales en Lugo y Ferrol y finalísima en A Coruña, un formato que se repitió cuatro años más tarde.

Los 90 llegaron agitados, con Mark Davis igualando el récord de puntos de Wood (44) en una final el primer año en el que se otorgó el galardón de MVP y Chuchi Carreras ganando desde el banquillo con solo 24 años. El décimo trofeo de Epi para igualar a Luyk en el 94 y el estreno de Baskonia en el 95 darían paso al formato copero actual, el que se conoce hoy, el que veremos en A Coruña 2016. Los siete primeros y el anfitrión, como en Murcia 96, con Creus haciendo historia con un triple a sus 39 años.

La irrupción del Pamesa Valencia de Rodilla en el 98 o del Unicaja de Garbajosa siete años después, la prodigiosa explosión de Pau Gasol en el 2001, la locura en Vitoria al año siguiente cuando el Baskonia rompió el maleficio de los anfitriones, el descaro de Rudy Fernández para ser MVP con 18 años en Sevilla 2004… muchos recuerdos que ocurrieron hace ya más de una década y que aún parecen cercanos para cualquier amante del basket que los haya vivido en directo. El dominio del Baskonia en 2006 -120 minutos mandando-, la histórica precocidad de Ricky Rubio con Joventut en 2008, los 15.128 espectadores como nuevo récord de asistencia en 2012 o el canastón in extremis de Llull en Málaga, algunos de los últimos destellos imposibles de separar de la historia de este torneo, que sigue más vivo que nunca.

15 equipos la ganaron -Real Madrid, con 25 y FC Barcelona, con 23, los más laureados- y 24 llegaron a jugar la final de una Copa del Rey en el que lo imprevisible hoy manda. En los últimos 28 años solo un equipo pudo revalidar su título, el Barça campeón en 2010 y 2011. 80 ediciones de Copa. De la tierra y al aire libre a pabellones repletos, con ocho aficiones volcadas conscientes de que, aquí sí, todo puede pasar durante cuatro días de adrenalina. Mucho ha cambiado desde aquel 15 de octubre de 1933 sin que se pierda la esencia de un sueño que siempre, entonces y ahora, fue común. La Copa del Rey tiene historia. La Copa tiene memoria.

Nota de prensa liga Endesa

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