1. La llegada de Luka Doncic
Desde que el pasado 21 de junio supimos que Luka Doncic debutará en la NBA con la camiseta de los Mavericks, la expectación por verle en la mejor Liga del planeta ha ido en aumento cada día. A sus 19 años Europa se le quedó pequeña y los Mavericks parecen el ecosistema ideal para que la perla eslovena se curta. Por si fuera poco, en Dallas tendrá unos tutores extraordinarios como son Rick Carlisle y una leyenda viva, Dirk Nowitzki. El toque excéntrico lo pone Mark Cuban, el propietario. Los Mavs le vienen a Doncic como anillo al dedo. Ser testigos del primer año NBA de un jugador, criado baloncestísticamente en España y llamado a marcar una época, no se ve todos los días.
2. El trono vacante del Este
Después de ocho temporadas de reinado absolutista, LeBron James abandona su feudo del Este. Pone rumbo a Los Ángeles (razón más que de peso para no perdernos detalle este curso), a los Lakers, a la Conferencia Oeste. A la soleada y abierta California. ¿Quién ocupará el trono del Rey en la otra Conferencia? La batalla se presenta apasionante. El último equipo que ganó el Este fueron los Celtics de 2010. Los mismos que este año parten como favoritos. Los mejores refuerzos para Brad Stevens se llaman Gordon Hayward y Kyrie Irving. Aunque Boston no lo va a tener fácil. Todo lo contrario. Los Sixers y los nuevos Raptors de Kawhi Leonard son unos más que serios aspirantes. El premio para el vencedor, disputar las Finales. Pero ojo, que a equipos como los Bucks se les han acabado ya las excusas. Y más urgencias presenta el proyecto en Washington con John Wall y Bradley Beal. Otros, como los Pacers, quieren seguir subiendo escalones. Casi nada.
3. LeBron James en los Lakers
La franquicia más glamurosa de toda la NBA, la segunda casa de las estrellas de Hollywood, el equipo de los 16 anillos (sólo los Celtics, con 17, suman más); ha abierto sus puertas a LeBron James. El jugador más determinante de lo que llevamos de siglo XXI. Un icono global que trasciende las barreras del deporte acude al rescate de unos Lakers que llevan unos cuantos años sin corresponder a su gloriosa historia. Una tarea a medio plazo, como demuestran los cuatro años a los que se comprometió en julio. El objetivo no es pelear este curso por el anillo. De hecho, ciertas predicciones polémicas que incluso les situaban fuera de los playoffs. Cuesta anticipar este escenario, más teniendo en cuenta el impacto que LeBron ejerce en los equipos (el suyo propio y los rivales) con su mera presencia. Por si fuera poco, Magic y Pelinka han rodeado el joven y talentoso núcleo (los Ingram, Ball, Kuzma, Hart…) con veteranos que aportarán su experiencia. Cierto es que la presencia de los Rondo, McGee, Stephenson o Beasley añade un toque de picante a un vestuario de por sí divertido, pero todo obedece a un plan… que cuenta con el beneplácito de LeBron. Verle con la camiseta púrpura y oro es, sin duda, un foco de interés brutal.
4. La confirmación de los Jazz de Ricky
La segunda mitad de la pasada campaña de los Jazz se convirtió en una de las historias más increíbles como inesperadas de los últimos tiempos en la NBA. El año I después de Gordon Hayward en Utah pasó del temor inicial a los fuegos artificiales de la primavera. La mente de Quin Snyder desde el banquillo, la formidable explosión del rookie Donovan Mitchell y un núcleo de foráneos compuesto porRicky Rubio, Joe Ingles y Rudy Gobert situó a Salt Lake City en el epicentro del mapa NBA. Su frescura y estilo de juego ganaron a muchos adeptos para la causa. Su defensa, una de los mejores de la Liga, el gen competitivo necesario. Para este curso apenas ha habido movimientos más allá de la apuesta por Grayson Allen en el draft. Lo que significa que, con buen criterio, han apostado por la consolidación de un bloque que ya ha demostrado que es capaz de desenvolverse en la zona noble. Pese a que cuentan ya con la estrella (sino lo es ya Mitchell lo será muy pronto) superar lo de la temporada anterior se antoja harto difícil. Lo que no significa que se hayan ganado por méritos propios la etiqueta de aspirantes. En lo personal, será también un año clave para Ricky. El base español entra en su último año de contrato, con Raül López -artífice en la sombra del éxito de Rubio- a bordo del staff técnico. Un guiño de los Jazz y que pone en valor la confianza que tienen en él. Eso sí, si consigue mantener el nivel y alegría en su juego, les tocará rascarse el bolsillo para retener a alguien que podría cotizar muy al alza durante la agencia libre 2019.
5. Los Spurs, ante un imposible
Desde el verano de 2016 en San Antonio han tenido que hacer frente a las retiradas de Tim Duncan y Manu Ginóbili. También ver lucir a Tony Parker otra camiseta distinta, la de los Hornets. El Big Three con más victorias de siempre ya es eso, Historia (por supuesto en mayúsculas). Kawhi Leonard era el hombre elegido para encabezar la transición e instaurar una nueva era. Un príncipe convertido en rana después de protagonizar el episodio más rocambolesco de una franquicia ejemplar. Los Spurs afrontaron la pretemporada con un sombrío panorama y salen de ella en plena pesadilla tras las lesiones de Dejounte Murray y Lonnie Walker IV. Será interesante comprobar quien da un paso al frente en defensa en una plantilla veterana y comandada por LaMarcus Aldridge y DeMar DeRozan. Dos grandísimos jugadores, pero no al nivel de las principales estrellas actuales. En San Antonio, con 38 años cumplidos, también continúa un Pau Gasol que probablemente parta desde el banquillo. Un reto mayúsculo (el de estar en los playoffs por 22ª temporada consecutiva) que se acentúa aún más en un Oeste hiper reforzado. Gregg Popovich ante, prácticamente, un imposible. Pero ojo, Pop continúa al frente.
6. La reconversión de los Rockets
Con excepción de la histórica remontada de los Cavaliers en 2016, sólo los Thunder de ese mismo año estuvieron tan cerca de derribar a estos Warriors como Houston la pasada temporada. Dos match balls tuvieron los texanos que, en parte, no fructificaron por la ausencia del lesionado Chris Paul. Para muchos siguen siendo el gran rival de Steve Kerr y sus chicos en la lucha por el anillo, aunque existe la sensación de que esta offseason la brecha ha crecido en vez de cerrarse. Tras las pérdidas en el mercado de Trevor Ariza y Luc Mbah a Moute y la retirada de Jeff Bzdelik (su arquitecto defensivo) los Rockets 2018-19 se presentan más vulnerables en su propio aro. Un paso atrás. Buena parte del éxito de la anterior campaña residió en la sexta mejor defensa de toda la Liga. Sin estas piezas, Mike D’Antoni y sus ayudantes van a tener que buscar atrás nuevas soluciones. Un problema que a priori no soluciona la llegada de Carmelo Anthony. El alero peleará por el anillo y tendrá como objetivo hacer olvidar su gris campaña en los Thunder. Lo contrario supondrá la constancia definitiva de su declive. La gran apuesta de Daryl Morey este verano es un mar de dudas. Al menos, eso sí, el triángulo James Harden-Chris Paul-Clint Capela continúa intacto. Una garantía ante casi toda la NBA. Aunque claro, están los Warriors…
7. Los Bulls, Jabari y la luz al final del túnel
Hace no tanto daba la sensación de que a los Bulls les iba a costar un mundo volver. Exprimida al límite la era Thibodeau (no olvidamos que pudo ser otra cosa de no ser por las malditas lesiones de Derrick Rose, el MVP más joven de la historia), en los despachos de Chicago (contra pronóstico) parecen haber tomado la senda correcta. Traspasaron el verano anterior a Jimmy Butler y a cambio llegaron Zach LaVine, Kris Dunn y un intercambio de elecciones en el draft que permitió sumar para la causa a Lauri Markkanen. Una lesión hará que el finlandés no llegue a tiempo para el inicio, pero la ilusión por el proyecto se mantiene intacta por el momento. En el draft se hicieron con Wendell Carter Jr. y completaron el frontcourt con un jugador local y de sobra conocido por todos. Jabari Parker tratará de resarcirse y olvidar las lesiones de rodilla en un entorno que le viene como anillo al dedo. Poca o nula presión competitiva y minutos garantizados para mostrarnos el talento que se esconde en todo un número 2 del draft (2014). Un año, todavía con Fred Hoiberg como head coach, que puede marcar el devenir de los Bulls hacia el despegue definitivo. Aunque nos conformamos con ver todo el potencial de Jabari.
8. La gestión de Brad Stevens en Boston
La desgraciada lesión de Gordon Hayward y el incesante chorreo de problemas físicos a lo largo del curso pasado (Kyrie Irving no disputó ni un solo minuto de los playoffs), dejó a los Celtics con lo puesto. Pese a todo, los de Boston se quedaron a un solo triunfo de disputar las Finales 2018. Este año, con el mismo bloque y todos sus efectivos en óptimas condiciones, todo debería ser más fácil. Decimos debería, porque a la larga esto podría suponer un arma de doble filo. Con tres jugadores cobrando por encima de los 20 millones de dólares este año (Irving, Hayward y Horford), dos jóvenes proyectos de estrella como Jaylen Brown y Jayson Tatum que ya fueron determinantes en la última postemporada y varios meritorios que acaban de asegurar su futuro con la franquicia (Marcus Smart) y otros que deberán hacerlo en próximas fechas (Terry Rozier); Brad Stevens tendrá que hilar muy fino en la gestión del vestuario y reparto de roles y minutos. Hasta la fecha se ha descubierto como un líder admirable con un discurso que gana adeptos para la causa. Ahora también tendrá que lidiar con la presión que coloca a su equipo como el gran favorito en el Este. Bendito problema y una historia más que interesante.
9. La pelea por el MVP
Para una gran mayoría de aficionados y seguidores, LeBron James y Kevin Durant son los dos mejores jugadores del momento. Apreciaciones al margen, no cabe duda de que ambos formarán parte de las quinielas de candidatos al MVP 2019. En el caso de LeBron, su cambio de aires le puede hacer ganar especialmente enteros. Pero también aparecen otros aspirantes. Entre ellos dos jóvenes que hace tiempo que llevan sobre sus hombros el peso de los Bucks y Pelicans. Giannis Antetokounmpo y Anthony Davis, respectivamente, están llamados a dominar por sensaciones y números la presente temporada. Dos apuestas a los que no perder de vista. Por supuesto, los Harden (busca el doblete), Westbrook, Irving, Kawhi o Curry serán otros nombres a seguir muy de cerca. ¿Quién será el invitado sorpresa?
10. El año de las (posibles) despedidas
Tras el de Kobe, toca encarar el farewell de otro de los mejores escoltas de la historia. Dwyane Wade nos hizo un poco menos traumático el verano (se retiraron Ginóbili, David West, Navarro, Diaw…) optando por vivir un último baile antes de su adiós. La 2018-19 será la última temporada en la que poder disfrutar de las andanzas de un jugador que, no lo olviden, en su tercer curso como profesional se echó a la espalda un equipo en el que estaba Shaquille O’Neal para dar a Miami su primer anillo. De la melancolía certera por Wade a las incógnitas que plantean Dirk Nowitzki y Vince Carter. Ambos han dejado abierta la posibilidad de seguir en activo, pero probablemente el física acabe dictando los últimos acordes NBA del alemán y Air Canadá. El primero soplará 41 velas el próximo verano, mientras que el escolta celebrará su 42 cumpleaños el primer mes de 2019. Ante la duda, estén preparados.
Fuente: es.nba.com
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